Graduación

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Hoy es el día, después de años de esfuerzo, he conseguido poner orgulloso a mi padre, un reconocido general de nuestro ejercito, héroe de la nación, pues logró acabar la guerra contra Venezuela, su sueño siempre fue verme convertido en un soldado mexicano.

– Jonh Creispad.– fui llamado para recibir mi título y rango

Avanzaba seguro de mi mismo, después de todo lo que sufrí para llegar hasta aquí, todas esas noches desvelándome para pasar los exámenes teóricos, y los días en los que caía de rodillas por el cansancio extremo de los prácticos, nada arruinaria este momento.
Al llegar junto con el teniente coronel Sanchez, hice un saludo militar y tome mi título y rangos, después de la ceremonia, mi padre se me acerco.

– Hijo, hoy has llenado de orgullo a tu padre.

– Gracias padre, cumplí tu sueño de volverme un soldado de nuestro ejercito.

– Claro que si hijo, claro que si.

El lunes empezaba una nueva rutina, tendría que defender a una nación.
Al ser hijo del héroe del país, estoy en un riesgo constante de asesinato, mi padre tiene demasiados enemigos provocados por la misma guerra.

Hoy estaba con mis amigos celebrando la noticia de mi graduación, las cervezas no se hicieron esperar y como siempre, llega la típica banda de bravucones, trataban de quitarme de mi lugar, cuando lo volteé a ver, me reconoció, su rostro se volvió uno de enfado, y me lanzo fuera de mi asiento, me levanto y el se colocó en guardia de combate, sin decir palabra alguna yo hago lo mismo. El lanza un golpe directo al rostro pero yo logro esquivarlo y derribarlo con un gancho al hígado. Su compañero se acerca y trata de darme con una navaja, yo lo desarmo y la introduzco en su hombro derecho.

Llega otro idiota, aún mas borracho que yo, eso ya es mucho decir, meterle el pie fue mas que suficiente para que cayera directo encima del tipo de la navaja. El primer tipo regresa, y con un cuchillo y una botella rota trata de darme, yo no se que paso pero una rabia inexplicable inundo mi ser, aún se como paso pero lo arrodille con una patada en la parte baja de su pierna derecha, tome el cuchillo y le abrí el cuello.

– Tranquilo chico, no hagas mas tonterías. Fue suficiente por una noche

La arma de fuego de un policía apuntaba directo a mi cabeza desde atrás de mi, alguien los llamo mientras la lucha ocurría. Soy llevado a la prisión municipal, después de unas horas, me dejan salir, bendita corrupción. Al abandonar el edificio, veo como mi padre me espera apoyado sobre su auto, sin decir una sola palabra nos subimos a este y fuimos directo a casa. Ni una palabra fue mencionada, al llegar subo a mi habitación, y me acuesto en mi cama a dormir.


La vida que me toco llevarWhere stories live. Discover now