Masumi perdió a sus padres a la temprana edad de dos años, un vacío que dejó una herida profunda en su corazón. La ausencia de sus padres era un dolor constante, pero en medio de esa oscuridad, siempre tuvo a una figura protectora que la cuidó como...
La albina frunció el ceño, su rostro se endureció, aunque esto no era visible por su máscara. Sin embargo, su postura seguía tranquila, recta.
-Tu misión es atraparlos -le ordena Tsunade, su mirada fija en Masumi-. Y para ello, te acompañará Shiranui Genma.
La kunoichi, sintió una punzada de nervios y sorpresa. Genma, el hermano mayor de Jun, era un ninja experimentado, un compañero de Kakashi, y, casualmente, el crush de Masumi cuando era más pequeña. Jun, su amigo y antiguo compañero de equipo, los juntaba en cada ocasión que tenía, solo para ver cómo se coloreaban las mejillas de Masumi.
- Puedes quitarte la máscara -dijo Tsunade, una sonrisa leve se dibujaba en sus labios-. Es una misión que no requiere tus servicios de ANBU, más aún, tienes que ir de encubierto. Tú fama a alcanzado toda la tierra de Fuego, incluso a llegado a más allá de nuestros territorios... Tengo entendido que están evaluando colocarte en el libro BINGO, no es algo seguro, pero la información enviada se detalla que a más tardar, el año que viene te colocarán en el libro. Ten cuidado.
-Entendido, Tsunade-sama.
Recibió un pergamino de parte de la Hokage, informando que al medio día partirían. Luego, Masumi salió de la oficina sin la máscara. Genma, con su habitual expresión indiferente, la esperaba en la entrada de la oficina.
-Masumi -dijo Genma, su voz grave y calmada-. Me alegra volver a verte.
-Igualmente, Genma-san -le respondió la chica, con un ligero sonrojo en las mejillas.
A la hora estipulada, salieron de la aldea, en dirección al burdel. La misión se prometía complicada, peligrosa, pero Masumi se sentía preparada. Genma, con su experiencia, la ayudaría a atrapar a los traficantes. Y ella, con su determinación, no se detendría hasta que la justicia triunfara.
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La misión iba viento en popa. Ambos habian acordado llamarse de distinta manera por la ocasión, él era Jin y ella Seiya. Masumi, con un jutsu de transformación, ocultaba su rostro y cabello, vestida como una trabajadora del burdel, se movía con naturalidad entre las demás mujeres, tratando de pasar desapercibida. Genma, también encubierto, vestido como un extranjero de paso, observaba desde la distancia, su mirada atenta a cada detalle de su alrededor.
Pero de un momento a otro, el ambiente cambió. El burdel cerró sus puertas, las luces cambiaron de color blanco a rojo, y un gas, imperceptible para civiles, comenzó a llenar el lugar. Su aroma era envolvente y excitante, una mezcla de flores y especias que despertaba los sentidos.
Masumi, con su percepción aguda, sintió al instante que algo iba mal. Su chakra se volvió sensible e inestable, como si el gas lo estuviera alterando. Genma, con su experiencia como ninja, sintió lo mismo.
Con pasos lentos y calculados, la albina se acercó a su compañero. Se plantó delante de él y, siguiendo el ejemplo de las mujeres del lugar, comenzó un baile seductor, sus movimientos siendo un deleite para los ojos.
En uno de los movimientos, Masumi aprovecho para acercar sus labios al oído de Genma.
-Es el gas -susurró, su voz apenas audible solo para ellos-. Parece aumentar el deseo.
Genma asintió. Evitando mirar las hipnotizantes caderas de su compañera. Sin embargo, la kunoichi no se la estaba dejando fácil. Él, a pesar de estar centrado en la misión, siendo un ninja experimentado, un hombre acostumbrado al peligro y a la disciplina, un hombre conocedor de la población femenina, se dejó llevar por la belleza de Masumi. Reconoció que de pequeña, ella era adorable, y ahora, la genética, el tiempo y el entrenamiento habían hecho un trabajo impecable en ella, volviéndola una joven hermosa y atractiva. Una mujer que lo cautiva y que justo ahora le está robando el aliento.
-Tal vez podemos usar esto a nuestro favor -volvió a susurrar la joven, con un brillo de inteligencia en los ojos.
En un movimiento inesperado, ella se situó encima del jounin, sin sentarse por completo sobre él, acercando su rostro al de él.
-Atento -a pesar de ser solo un susurro de Masumi, Genma lo sintió como una orden dominante, por la intensa mirada de la albina-. Ya localicé la oficina del líder, necesitamos entrar por el pasillo de la derecha.
Genma se reprende internamente al no poder concentrarse, a pesar de su entrenamiento como ex ANBU, él no puede evitar sentirse atraído por Masumi. Su cuerpo de reloj de arena, sus movimientos sobre él, su mirada intensa, todo lo hacía sentir un cosquilleo en su interior.
-Ten cuidado -advirtió el castaño, su voz ronca.
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