Ni siquiera me miró. "Cógetelo si quieres", murmuró antes de darse la vuelta para charlar con sus amigas.
No les gusto. Quizás crean los rumores de ayer.
Lo que sea.
Suspiré y me incliné para recoger mi bolígrafo.
Nunca esperé amabilidad, pero a veces la gente lograba sorprenderme con lo desinteresados que estaban en la decencia básica.
El resto de la clase transcurrió sin incidentes. Me concentré en mis apuntes, subrayando los puntos clave y mirando el reloj de vez en cuando.
La hora del almuerzo llegó más rápido de lo esperado. En cuanto sonó el timbre, los estudiantes salieron corriendo, y sus conversaciones se fundieron con el murmullo habitual del pasillo.
No tenía con quién sentarme, pero estaba bien.
Tomé mi bandeja y encontré un asiento vacío en la esquina. Un lugar tranquilo.
A mitad de mi comida, sentí que alguien me observaba.
Al principio lo ignoré. No era nada nuevo.
Pero entonces-
"Hola, Beak Cheonga."
Me detuve a medio bocado, con la mirada fija en la bandeja. Conocía esa voz.
No respondí, pero eso nunca los detuvo.
Un grupo de chicas estaba de pie cerca de mi mesa, con sus bandejas intactas, como si tuvieran cosas más interesantes que hacer que comer.
"¿Viste el correo ?" preguntó una de ellas con tono ligero, casi divertido.
Otra chica se acercó, apoyando la barbilla en la mano. "Tu hermana publicó algo muy lindo. Deben ser muy cercanas, ¿verdad?"
Apreté la mandíbula.
Debí haberlo sabido. Beak Harin no estaba, pero su presencia me seguía como una sombra.
"Parece tan amable", continuó uno de ellos. "Imagínate tener una hermana tan perfecta y aun así ser tan fracasado".
Sus palabras eran duras, destinadas a cortar.
"Debe tenerte lástima", añadió otra, con fingida compasión en la voz. "Por eso lo publicó. Para hacerte parecer menos... bueno, ya sabes."
Siguieron las risas.
Apreté mi cuchara y me obligé a permanecer quieto.
No reaccionaré .
Quieren una reacción.
Regla n.° 5:
No pelees con los abusadores.
Los fuertes no necesitan demostrarlo.
Tragándome el nudo en la garganta, me levanté y recogí mi bandeja. Sin mirarlos, pasé junto a ellos.
Déjalos reír. Déjalos susurrar.
Me dirigí directamente a la biblioteca.
En el momento en que entré, el ruido del exterior pareció desvanecerse, reemplazado por el suave susurro de las páginas al pasar.
Exhalar.
Seguro .
La biblioteca era uno de los pocos lugares donde podía respirar sin sentirme como un extraño. Deambulaba entre las estanterías, pasando los dedos por los lomos de los libros antes de sacar uno al azar.
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When the Clock Strikes | Pi Han UI
FanfictionBeak Cheonga nunca esperó mucho de la vida. Ni amor, ni cariño, solo supervivencia. Adoptada por una familia adinerada que nunca la quiso de verdad, aprendió a vivir en los vacíos entre su afecto. Transferirse del instituto Daehwa al instituto técn...
