Capitulo 12

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Cuando _______ llegó a casa, seguía tan indignada como cuando había salido del despacho de James, pero su rabia desapareció en el momento en que aparcó en la entrada asfaltada de la casa y vio a sus dos hijas y a su sorpresa.
— ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mírame! — Sonriendo de oreja a oreja, Carrie iba montada en su bicicleta por la acera y sin ruedecillas. — ¡Mira lo que me ha enseñado el tío Dani! ¡Mira, mamá! Ya sé llevar la bici sola— Con el casco firmemente sujeto a la cabeza, Carrie se mordía el labio inferior y sujetaba el manillar de la bicicleta con fuerza, mientras pedaleaba y trataba de mantener el equilibrio a la vez.
—Eso es fantástico, cielo— le gritó su madre, saliendo del coche. —Fantástico— ______ sintió que se llenaban los ojos de lágrimas.
Sus dos pequeñas estaban creciendo muy deprisa. Hacía nada eran tan sólo unos bebés, y ahora ya iban solas al colegio en el autobús escolar y sabían montar en bicicleta. Dentro de nada, empezarían a conducir coches y a salir con chicos.
Con criaturas... masculinas.
Oh, cielos.
Recordando la conversación con James, ______ casi se estremeció. No quería ni pensarlo.
—Yo también sé montar en bici sola, mamá— dijo Mary, corriendo hacia _______ y sujetándole la mano.
________ le dio un fuerte abrazo, y le plantó un sonoro beso en la cabeza.
— ¿Sí? — dijo ______ con una risa. — ¿Cuánto tiempo lleváis aprendiendo? —
Ella les había prometido enseñarles a montar en bicicleta sin ruedecillas al verano siguiente, pero tenía que reconocer que la sola idea de ver a una de las dos niñas en el suelo le había tentado muchas veces a romper su promesa.
—El tío Dani nos ha estado ayudando desde hace casi una semana— dijo Mary, balanceando la mano de su madre. —Todos los días, después de la merienda y antes de empezar con los deberes. Hemos aprendido mucho, mamá. Eso dice el tío Dani—
—Ya lo veo— dijo ______, mirando a Dani con infinito agradecimiento. —Estoy muy orgullosa de ti— le dijo a Mary, dándole otro abrazo. —De las dos— añadió, abrazando a Carrie que había regresado con la ayuda de Dani a la entrada de la casa. —Estoy muy orgullosa de ti, cielo—
—Gracias, mamá— dijo Carrie, radiante de felicidad y orgullo. —pero el tío Dani me ha ayudado—
—Eso me han dicho— dijo ______, alzando los ojos hasta Dani que estaba justo detrás de la niña, sujetando la bicicleta, con los ojos brillantes de orgullo.
No fue la primera vez que _______ pensó en que Dani habría sido un padre maravilloso.
«Oh, Dani»
Una profunda tristeza se apoderó de su corazón al pensar en las muchas carencias y sacrificios en la vida de Dani. Entre ellos, el sacrificio que hizo por su hermano, un hermano que ni siquiera se había molestado en darle las gracias ni había sabido apreciar el maravilloso y desinteresado regalo que le había dado.
Pero ella no lo había olvidado. Ella era plenamente consciente del maravilloso regalo que les había concedido.
Sintió ganas de abrazarlo y hacerle saber lo importante que había sido para ella.
De no ser por él, ella jamás habría tenido a sus dos maravillosos milagros gemelos.
—Dani, gracias— susurró ella, dándole un abrazo, con los ojos cargados de lágrimas.
Carrie, que por un momento quedó atrapada en medio de los dos cuerpos adultos, se deslizó rápidamente y echó a correr hacia su hermana, que se estaba montando en su bicicleta.
— ¿Por qué? — preguntó él, sorprendido, sin entender muy bien ni las gracias ni el abrazo.
«Por mis hijas», pensó ella para sus adentros. «Por mis dos maravillosas hijas».
—Por... todo— dijo en voz alta.
Ignorando las lágrimas que pugnaban por derramarse de sus ojos, _______ buscó la mirada de Harry.
—Gracias, Dani, por todo—
Dani deslizó los brazos por su cintura, sin dejar de mirarla a los ojos.
—Mi queridísima ______— susurró él. —Para mí, es más que un placer—
Y a pesar de que las niñas estaban sólo a unos metros, Dani bajó la cabeza y la besó. ______ se apretó contra él, aceptándolo, y respondiendo apasionadamente.
Era la sensación más maravillosa del mundo, pensó él, tener a la madre de sus hijas, a la mujer que siempre había amado, entre sus brazos y respondiendo tan maravillosamente a sus caricias.
— ¡Tío Dani! — Carrie tiró de los pantalones de Dani. —Tío Dani, ¿estás besando a mamá? — Reprimiendo una carcajada, Dani se echó hacia atrás, sin dejar de mirar a ______ a los ojos.
—Sí, cielo, supongo que sí— dijo, sin soltarla.
Era mejor que las niñas se fueran acostumbrando a verle besar a su madre, pensó, porque pensaba hacerlo con mucha frecuencia.
Frunciendo el ceño, Carrie insistió:
— ¿Por qué? —
—Los mayores siempre se besan— le informó Mary, acercándose a ellos con el casco en la mano.
— ¿Por qué? — volvió a insistir Carrie, esta vez dirigiendo su atención a su hermana.
—No lo sé— dijo Mary, encogiéndose de hombros. —Pero los mayores siempre se están morreando en la tele— añadió con una risita.
—Qué raros— dijo Carrie con el ceño fruncido, y miró a su madre y a su tío. —Si ya Habéis terminado de besaros, ¿podemos cenar? Tenemos hambre—
Riendo, Dani apoyó la frente contra la de ______, y pensó que era el hombre más feliz del mundo.

Solo Para Él (Dani Fernandez y tu) AdaptadaWhere stories live. Discover now