Tienes que hacerlo

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-Señor.

-No lo haré.

Laxus caminaba a paso firme mientras lo seguían varios lacayos, Laxus se dirigía hacia su abuelo el emperador, al llegar al recinto del emperador abrió la puerta de golpe.

-Ahora que quieres, Laxus?

-No lo hare.

-Que le tienes miedo a las sacerdotisas?-Laxus frunció el ceño, Makarov suspiro- Hijo, necesito que te cases, ya estas en edad de contraer matrimonio y yo...No estaré para siempre.

-Tu dices que no hay que casarse sin amor o lo olvidaste.

-Lo se, por eso recurriremos a esto, solo inténtalo por favor.

Besar a una sacerdotisa hace que te enamores, es inlogico pensaba Laxus mas aun así pidió a los guardias que buscaran la sacerdotisa mas cercana, quería terminar con eso.

-Señor, consiguieron a una sacerdotisa a unas horas de acá.

-Bien.

Y así Laxus se encamino en busca de la sacerdotisa, pero no era lo que esperaba, luego de 3 horas de viaje llegaron al templo que la sacerdotisa cuidaba.

-Donde esta?

-No se señor ella dijo....

La puerta del templo se abrió dejando ver a una mujer joven, era hermosa pero lo que mas le llamaba la atención a Laxus era sus ojos azules te perderías en ellos con gusto, nunca había visto un azul como ese.

-Buenos días- Ella no respondió.

-Señor ya llego- Laxus suspiro, según la rumores el tenia que ver a la persona elegida para enamorarse luego de besar a la sacerdotisa. Makarov sabia que a mala gana Laxus terminaría por aceptar así que ya tenia preparada a la muchacha "perfecta" para su nieto.

Laxus se dio vuelta para encontrarse a una chica bajando de una calesa, la chica era casi de su estatura,  cabello negro, ojos marrones, caderas anchas y su busto...Laxus sonrió era todo lo contrario de la sacerdotisa.

-Acabemos con esto, ella ya lo sabe?

-Si, señor.

Laxus se giro hacia la sacerdotisa, parecía no estar preocupada de hecho parecía curiosa, Laxus negó con la cabeza quizás era su impresión. La chica que eligió su abuelo se colo a una distancia razonable con los ojos cerrados, mientras que todo sus lacayos se dieron vuelta.

Tenia que admitirlo Laxus tenia miedo de acercarse; con mucho cuidado Laxus beso a la sacerdotisa solo poso sus labios sobre los de ella sin si quiera acercar sus cuerpos, con los ojos cerrados Laxus dio vuelta hacia donde estaba la chica que eligió su abuelo, Makarov, abrió los ojos ,la chica se sonrojo pero el...

-Nada.

Laxus se dio giro hacia la sacerdotisa- Gracias perdón por todo.

Ella solo le sonrió.

-Bueno vamos esto no sirvió.

-Si, señor.

Todos ya en sus  corceles empezaron a tomar camino de vuelta.

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-No, funciono.

-Pero como? todos aseguran que eso funciona.

-Pues en mi no.

-Tienes que ir de nuevo.

-Con una condición.

-Y esa seria?

-Quiero saber el nombre de la sacerdotisa.

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Y así Laxus volvió al templo de Mirajane, la sacerdotisa.

Cada intento fue fallido y cada beso fue cambiando de ese primer rose a morder, lamer incluso jugar con sus lenguas.

-Nada otra vez- Laxus miro de reojo a Mirajane estaba toda sonrojada, esta vez Laxus deslizo sus labios hasta su cuello y un poco mas abajo, tenia que agradecer que los lacayos estaban de espalda y la chica no abría los ojos hasta que se lo ordenaran- Adiós Mirajane.

-Adiós Alteza.

Mirajane solía no hablarle mucho eso lo molestaba. Era a veces tan dulce y otras tan ácida, dura pero a su vez delicada, adorable y cruel...Quizás se había enamorado.

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Laxus no volvió luego de ese día se había desatado una guerra.

La sacerdotisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora