What If...

Conditional First

"Quisiera tenerte siempre a mi lado"

El sol se despedía en el horizonte, tiñendo el cielo con pinceladas doradas y rosadas. El viento era suave, acariciaba la piel como una última caricia antes de la despedida.

—Quisiera tenerte siempre a mi lado —susurró Alex, aferrando con fuerza la mano de Noah.

El menor sonrió con tristeza, apretando los labios para contener lo que su corazón gritaba. La brisa revolvió su cabello, y sus ojos brillaban con el reflejo de la puesta de sol. Sabía que no podía quedarse. Sabía que, sin importar cuánto lo deseara, el destino ya había decidido por ellos.

—Lo sé... —respondió Noah, con un hilo de voz.

El silencio se coló entre ellos, pero no era incómodo. Era un silencio que hablaba, que gritaba todo lo que no podían decir en voz alta. Alex alzó la otra mano y la posó en la mejilla de Noah, como si quisiera memorizar la calidez de su piel, la curva de su rostro, la manera en que su respiración temblaba.

—Siempre estaré contigo —prometió Noah, cerrando los ojos un instante—. Aunque no pueda estar físicamente aquí...

Alex soltó una risa sin humor, inclinando la cabeza mientras apretaba los dientes. No le servían las promesas, porque lo único que quería era que Noah se quedara. Pero no podía ser egoísta. No podía pedirle que renunciara a sus sueños, aunque su corazón doliera con cada latido.

—Te esperaré... —murmuró, incapaz de soltar su mano.

Noah tembló, pero al final dio un paso atrás, rompiendo el contacto. El vacío que dejó fue como un golpe en el pecho. Se giró lentamente, con la maleta colgando de su mano, y comenzó a alejarse por el sendero de piedra.

Alex sintió el mundo derrumbarse a su alrededor. Su garganta se cerró, su pecho ardía. Pero entonces, antes de que Noah desapareciera, su voz lo alcanzó en el viento:

—Te amo, Alex...

Y con eso, se perdió entre la brisa del atardecer, dejando atrás un amor que nunca dejaría de existir.