❝Yoo Jaeyi debía dejar de marcar de esa manera a su novia o se metería en problemas.
─ ¡Woo Seulgi! ¡¿Qué es eso que tienes en el cuello?!
─ M-Mamá, yo- ¡Lo siento!─,y se largó a llorar. ❞
キ yj top || ws bottom.
キ mini fic.
...
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Jaeyi caminaba a la sala de su novia con el ceño fruncido. Las clases habían terminado hace diez minutos y Seulgi aún no hacía acto de presencia. Habitualmente, la pelicorta no demoraba mucho en alistarse y se encontraban en el pasillo cercano al salón de Jaeyi, quien iba un curso más arriba, pero la coreana comenzó a preocuparse lo suficiente como para ir ella misma a buscarla.
Subió unos escalones hasta dar con el cartel que decía III B que colgaba en la puerta.
Sin miedo se acercó hasta adentrar la mitad de su cuerpo, buscó entre los pocos alumnos que estaban allí, mas Seulgi no era una de esas. Arrugó los labios y se acercó a Kyung, una amiga de su novia.
—Hola, oye, ¿has visto a Seul?
—Oh, sí, ella está en la sala de artes.
Jaeyi asintió, sonriéndole agradecida y comenzó a bajar las escaleras nuevamente para dirigirse al lugar que le indicaron.
Al estar cerca, pudo oír la risa de su chica junto a su voz llena de carisma. Alzó una ceja inconscientemente y se asomó por la ventanilla.
Ahí estaba Seulgi, su sonrisa amplia y brillante, reía tapándose la boca y se veía hermosa. Todo hubiese sido perfecto si a su lado no hubiese estado Jeon Somi, la chica más atractiva de la preparatoria según muchos.
—Déjame ayudarte con eso —le dijo Jeon, acercándose a Seulgi y tomando las tijeras que esta estaba usando para cortar un pedazo de cartulina.
Somi era la capitana del equipo de volleyball, era solicitada en cada partido y tenía todo un ganado de chicas y chicos tras suyo por su bonito rostro y personalidad coqueta. Lo peor, le sacaba como mínimo una cabeza de altura a Seulgi y eso a Jaeyi le molestaba más que cualquier otra cosa. Ella deseaba en el fondo ser igual de alta que Somi o hasta superarla pues sabía que a su novia siempre le habían atraído las chicas altas.
Mordiendo sus labios y sintiendo la rabia recorrerla, abrió la puerta del salón, llamando la atención de ambas jóvenes. Seulgi le sonrió y Somi dejó de reír, notablemente incómoda.
—¿Pensabas dejarme plantada? —soltó, agria. A Seulgi le costaba entender cuando Jaeyi estaba celosa.
Woo se apresuró a negar, dejando de lado sus materiales de arte. Se acercó a su novia, mirándole con un puchero y le robó un pico en los labios.
—Lo lamento, amor, debía terminar este trabajo y dejé el móvil en la sala —susurró en su oído, Jaeyi la abrazó por la cintura, como marcando territorio—, no seas refunfuñona~
—Como sea —gruñó, lanzándole una mirada de víbora a Somi aún en el abrazo de su novia—. ¿Estás lista? Me quiero ir a casa.
—Oye, Seul —interrumpió la deportista—, yo puedo terminar con esto, no es mucho y no tengo problema.
—No, So-
—Sí, que lo termine ella. Debemos irnos.
La menor se disculpó con Somi y siguió a la mayor, que tomó su mano y la arrastró lejos de aquel salón.