Capítulo Uno: Un Nuevo Comienzo

1.7K 82 9
                                    

Estaba claro que esto no iba a salir bien, me había precipitado ante mi decisión ¿cómo se me ocurrió decirle que sí? Samuel y yo nos queríamos, pero no para llegar al punto de casarnos. Mi "sí quiero" fue simplemente algo que ni siquiera me pare a pensar en las consecuencias que traía, y más si esta era unirme a la otra persona para siempre. Claramente existía el divorcio, pero para que empezar algo que se que no voy a terminar.

Quizás fue aquel momento en el barco, el atardecer o él mismo... No se lo que me impulsó a darle esa respuesta. Sin embargo, no hay nada en la vida que me haya dolido más que haberle dicho que lo sentía, pero que no podía seguir adelante con esto, y por supuesto Samuel no se lo tomó nada bien. Yo sé que no hice bien al echarme para atrás pocos días antes de nuestra boda y cancelar todo lo que teníamos planificado, pero... ¿Qué iba a hacer? Admito que fue mi culpa haberlo alargado tanto, no obstante pienso que es lo mejor para los dos... O quizás para mí.

Había pasado ya un año desde nuestra ruptura. Yo pensé que lo mejor era darnos un tiempo, pero para cuando yo decidí eso, él ya se había marchado. No se tomó la molestia de insistir o de luchar por nosotros, pero eso me abrió los ojos respecto a lo que pensaba de él y me dí cuenta de como era en realidad. Yo era su alumno y él mi profesor, y así deberíamos haber seguido y haber sido siempre. Una persona a la que le importas hasta el punto de casarte contigo, te busca y Samuel no lo hizo, y mucho menos fui a buscarle yo. Era estúpido pensar que nosotros podríamos haber terminado juntos y seguir ilusionados por algo que nunca sería... Lástima que yo me hubiera dado cuenta tan tarde. Samuel estaba realmente resentido y no quiso pasar ni un segundo más conmigo, actitud infantil y extrema por su parte, porque que no me quisiera casar con él no significa que ya no le siguiera queriendo o que yo ya no quisiera que siguieramos siendo novios.

Actualmente, estoy soltero y en estos meses atrás no he tenido ninguna pareja. Pero no ha sido por que echase de menos a Samuel, sino porque aún no he encontrado a nadie que me haya devuelto las ganas que tenía con él. Es algo extraño que solo mi mente puede entender, no digo que quisiera volver con él, sino que al menos me gustaría tenerle ahí como un amigo más. Me lo he cruzado a veces por los pasillos de la universidad, claro que ya no me da clase porque sería algo muy incómodo tanto para él como para mí. No se si fue Samuel el que pidió el cambio o el destino que ya no quiere vernos juntos, pero de todos modos lo agradezco, o eso creo. Este era mi último año de estudios, y aunque ha pasado el tiempo, la gente me sigue preguntando por mi relación con "el profesor de química". Las continuas bromas de edad, nuestras claras diferencias, los supuestos favoritismos del profesor... Me tenían harto.

Mi gran apoyo todo el tiempo fue Frank. A pesar de que me advirtió en su momento que esto no iba a acabar bien, yo no le hice caso. Y por mucho que me cueste admitirlo, tenía razón.

-----------------------------------

Lo que la vida dice parecer un final, puede ser solo un nuevo comienzo. ¿Para qué iba a seguir lamentándome por hechos del pasado cuando puedo salir a vivir mi presente? A veces me gustaría volver atrás y hacer las cosas de otra manera, no haberme precipitado con un tema tan importante como el matrimonio. Esto me ha ayudado a ver la persona que en realidad era Guillermo. Muchos pueden darse el privilegio de saber quien eres sin conocerte, pero yo he descubierto quien es de verdad, una persona hipócrita y sin sentimientos... O al menos eso era lo que decía el dolor que me había provocado. Pero por mucho que intento autoconvencerme de que era una mala persona, mi corazón lo seguía viendo como el chico que más había querido y a la vez el que más he odiado y más me ha hecho sufrir...

A veces seguía pensando en que hubiera sido de nosotros si nos hubieramos casado ¿como hubiéramos estado a día de hoy? Seguro que mejor de lo que estamos actualmente... Cuando me lo cruzo por los pasillos no puedo evitar mirarle embobado, mientrás el solo me dedica miradas de menosprecio ¡Era el colmo! Sus miradas se clavaban en mí como dolorosos cuchillos como si yo tuviera la culpa de algo, cuando la culpa era toda suya. Yo solo quería demostrarle lo mucho que le quería, pero al parecer eso no era suficiente para Guillermo.

Después de todo era mejor olvidarnos del tema y quedarnos con el recuerdo, porque eso era para nosotros un bonito recuerdo del pasado que no se volverá a repetir nunca. Al menos por mi parte, no volvería a vivir una humillación como la que me hizo pasar... Y si a esto le sumamos la cantidad de noches sin dormir, las miles de lágrimas derramadas, los días oscuros tirado en la cama sin salir de casa... No me compensa.

Lo que más me duele es no poder evitar que se me congele algo por dentro cuando le veo sonreir con esa perfecta curvatura de labios que tiene, y no es conmigo, ver lo largo que se me hacen los días cuando no está a mi lado, pero a estas alturas él ya se ha olvidado de mí... Y es mejor así.

----------------------

Una brisa helada caracterizaba una nueva mañana más en Madrid. Yo había terminado las clases por hoy y subí un momento a mi habitación para coger algunas cosas y dejar los libros. Había quedado con Frank para ir a comer. Hoy había sido un día tranquilo, más de lo habitual, será porque ya casi estamos acabando el curso y nos centramos más en los exámenes, o simplemente que estamos hartos de clases como la gran mayoría a mi parecer.

Cogí una chaqueta porque no es que hiciera mucho calor hoy y algo de dinero, mire el móvil y vi que tenía dos llamadas de Frank. ¡Para una vez que no es él el que llega tarde!

Casi estaba llegando a la entrada del restaurante cuando me fije que tenía ocho llamadas perdidas más, pero al tener silenciado el móvil por las clases no pude oirlas ¿qué le pasará a este pringado? Le intenté llamar pero me no me respondía, tanta prisa con llamar para que ahora no responda...

Ya podía ver la puerta del restaurante cuando ví a Frank al otro lado de la calle dejándose caer en una farola justo al lado. Tenía una cara como de preocupación, pero nada en comparación con su rostro cuando me vió acercarme. Su cara se tornó radicalmente de blanco y me hablaba con un tono intranquilo, cortando sus palabras como si le costase decirme algo.

-Tú tío ¿qué te pasa? ¿y todas esas llamadas? – Pregunté intrigado. La verdad no tenía la más mínima idea de porque estaba así, pero seguro que era una de sus tonterías.

-¡No podemos comer aquí, vámonos a otro sitio! – Dijo jalándome del brazo en dirección contraria al restaurante.

-¿Cómo? ¿Porqué? ¿Qué le pasa a este sitio? ¡Siempre comemos aquí! – Le pregunté extrañado parándome en la puerta del recinto soltándome de su agarre.

-Créeme, mejor que no lo sepas... - Susurró bajando poco a poco el tono de voz.

-Frank... ¿Qué cojones pasa ahí dentro? – Mi rostro pasó de curioso a molesto. ¿Qué había que fuese tan malo como para no entrar aquí? Este era nuestro restaurante favorito desde hace tiempo y casi siempre comemos aquí, no entiendo que le pasa.

Frank se me quedó mirando por unos segundos sin decir nada y seguido a esto agachó la cabeza y clavó su mirada en el suelo. Confuso, di media vuelta y me dirigí a la entrada del restaurante.

Y al entrar, el mundo se me vino encima. Sí, lo admito. Fue mi culpa, yo le decepcioné, fui yo quien lo echó todo a perder y fui yo quien le falle en el momento que más me necesitabas, pero yo no quería que pasase esto. No me podía creer lo que mis ojos estaban viendo, era irreal, es difícil aceptar que le dejé escapar cuando un día lo tuve entero para mí.

Allí estaba él con ese fino cabello castaño, esa sonrisa reluciente, su trabajado y esculpido cuerpo de tez blanca... No puedo negar lo innegable, decir que era guapo se quedaba corto, joder si se quedaba corto... No puedo evitar que algo se me remueva por dentro cuando le veía, pero esta vez no estaba solo. Las palabras no me salían en ese momento, quizás es porque no tenga nada que decir, estaba congelado por completo, me sentía la persona más pequeña e insignificante del mundo. Después de todo, Samuel podía estar con quien le diese la gana... ¡Pero con una chica! ¡Qué clase de humillación era esa! Se les veía tan felices, tan cercanos mostrando su cariño, dándole esos besos y esas caricias y que un día fueron nuestras... Los celos y la envidia me corroían por dentro.

Esta vez admito que la he jodido, por mi actitud cobarde y me ha tocado perder.

----------------------

Holaaaa,cuanto tiempo!!!! Se que ha sido bastante, pero si hacía una segundo partequería que fuera tan buena como la primera y al fin creo que he encontrado unatrama interesante y que me haya devuelto las ganas de escribir. Decir que essolo puro entretenimiento y llevaba mucho tiempo escrito, espero que les guste.Intentaré que haya un capítulo por semana, gracias ♥

Juego De Niños 2 (MINI FANFIC WIGETTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora