Capitulo 14: Desacuerdos

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Responde confusa

— ¿Debes de ser Megan cierto? Mikhail me ha hablado de ti. Estas algo confundida cariño soy...

— ¡Eres una oportunista! ¡Deja de llamar y acosar a Mikhail!

Cuelgo el móvil y el enojo lo tengo al cien..., que digo al cien, ¡al mil! Respira Megan, inhala paz exhala enojo. ¡Ay no me funciona! Mikhail vuelve a entrar y pretende continuar con la charla y yo no se lo permito. Intenta tocarme y le grito encolerizada

— ¡No me toques! Te llamo tu querida Victoria, anda llámala y queda de verte con ella. A mi, me dejas en paz.

— Megan, déjame explicarte por favor ella es...

— ¡No me importa quien sea! Y sabes, ya no me importa nada de lo que hagas. No voy a volver a tener sexo contigo nunca más. No voy a permitir que me toques. ¡Eres un traidor!

— Digas cosas que no vas a poder cumplir Megan — Responde presumido

— Encima de traidor, ¡Arrogante! ¡Es que te odio!

— No me odias, me amas como yo te amo a ti y eso que dices no lo vas a cumplir.

Lo miro con enojo y me cruzo de brazos

— ¿En serio crees que no voy a poder cumplir? Aquí el que no puede estar sin sexo más de cuarenta y ocho horas eres tu. No dependo del sexo señor Ivanov, y si me lo propongo, no me vuelves a tocar en tu vida aunque me muera del deseo ¿Como la ves?

— ¿Me estas amenazando? Se hace falta mucho más que sexo para dominar a Mikhail Ivanov, Megan. No ha nacido mujer que pueda dominarme

Irónica lo contradigo

— ¿Perdón? ¿Dominarte? ¿No te estarás proyectando? Y Perdoname que difiera, pero si te dominan y como un títere. Eso fue lo que hizo Irina contigo, y aun después de muerta lo sigue haciendo. Dime, ¿Que te hizo esa mujer para que la tengas en la mente?

— ¡No la tengo en la mente!

— ¡No! ¡Si la tienes! Ayer estaba borracha, no idiota y recuerdo perfectamente cómo me mirabas vestida como Irina. Esa mirada jamás la voy a olvidar. Nunca me has mirado así, nunca lo harás. Te aseguro, que si fuera ella la que te pidiera un hijo no lo dudabas, si fuera ella la que te pidiera que la escuches y comprendas, ¡lo haces! Pero no soy ella, y no estoy dispuesta a vivir una mentira en esta casa.

Me quito el anillo de compromiso de mi anular y con todo el dolor del mundo lo dejo sobre su escritorio

— Yo si quiero ser tu esposa, yo si estoy dispuesta a unir mi vida a la tuya. Pero no estoy dispuesta a casarme con Irina también. Creo que fue una decisión algo apresurada lo del matrimonio. Porque si algo tengo claro, es que Irina, sigue atormentando tus pensamientos

Encolerizado da un puñetazo en el escritorio y camina de lado a lado y su mirada está acorralada. Más que su mirada, sus sentimientos.

— ¡Basta ya! ¡Basta de que quieras mencionar a Irina en todo!

— Tu no sabes lo que es amar enserio a una mujer. Porque parece que no conoces el dolor de perder realmente lo que quieres Mikhail

— ¿Estas loca? En una sola noche perdí a mi esposa y a mi hijo. Esa noche, sentí que la poca alma que me quedaba de iba con ellos. No sabes lo que es ver a tu hijo morir en tus brazos. ¡Eso lo he tenido que llevar solo! ¡Tu nunca has tenido que enterrar a nadie que amas como lo hice yo! No sé cómo te atreves a decir que no sé amar.

Gélida y hastiada de lo mismo respondo

— No hace falta que yo lo entierre, lo está haciendo él solo. Y ahí, yo no puedo hacer más que resignarme. Tu perdiste a tu familia en una noche y pretendes castigar al mundo y a dios por eso toda la vida. Yo no tengo culpa de lo que pasó y me pasas factura. Lo haces al querer sacarme por dentro y no dejarme ser madre porque solo piensas en ti.

Tuya Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora