Capitulo 14: Desacuerdos

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La directora de la fundación se queda patidifusa. No se esperaba esa pregunta. Tartamuda responde

— Señorita McMillan, entiendo que quiera a Lara, pero una adopción es algo que no se toma a la ligera

— Lo sé, y estoy consiente de lo que significa el adoptar a la niña. Ahora, dígame qué tengo que hacer.

Suelta un suspiro y teclea en el computador mientras responde escéptica

— Antes de la adopción, se hace un estudio del lugar donde vivirá la niña. El lugar debe de ser apto y adecuado para su crecimiento...

La interrumpo

— Va a vivir en la casa de Mikhail Ivanov, no creo que haga falta ese estudio.

— Por tal razón, dudo mucho que el señor quiera adoptar señorita McMillan.

Suelto un suspiro desesperado. ¿Porque este ruso siempre tiene que interponerse en lo que quiero?

— Pero quiero adoptarla yo. Quiero que lleve mi apellido solamente

— Señorita McMillan, eso no se puede. Para adoptar, tiene que hacerlo en pareja o en matrimonio. Para poner a andar los trámites de adopción debe tener el apoyo del señor Ivanov

¡Me lleva el demonio! Decirle a Mikhail que me apoye en esto es como pedirle por enésima vez que tengamos un hijo. Trago saliva y contesto

— Si logro conseguir el apoyo de Mikhail, ¿Que seguiría?

— Hacer el proceso de adopción donde Lara, pasaría a ser legalmente hija de ambos.

Digo que si con la cabeza y le pido que comience con los trámites. No sé como pero Mikhail me apoya o me apoya. Manejo con Ninette a la casa y no hago más que llegar y ya tengo encima los interrogatorios de Mikhail.

— ¿Porque no contestas mis llamadas?

— Me quedé sin pila — Miento

— ¿Ah sí? Que conveniente

Pongo los ojos en blanco cruzándome de brazos y respondo gélida

— ¿Deja de importunarme quieres? Estoy cansada y no estoy para aguantar tus aires de macho alfa Mikhail

No cede, ¡es que nunca cede! Me agarra del brazo y en volandas me lleva a su despacho como al fuera una mocosa de diez años.

— ¡Suéltame! ¡No tienes derecho alguno a agarrarme así!

Azota la puerta y me suelta enojado

— Ya me harta esta situación. Me tienes hasta la azotea con tu actitud altanera Megan McMillan. ¡Joder solo quiero hablar!

— ¿Hablar? Pues habla con Raisa, ¡O con tu Victoria! Ni creas que soy una imbécil que no se da cuenta de nada. ¿Quien es? ¿Tu nueva conquista? ¿Cuando tengo que irme?

Me mira anonadado y niega con la cabeza indignado

— ¿De qué coño hablas?

Justo cuando voy a contestar Alena interrumpe y pide hablar con Mikhail. ¡Maldición! Veo el móvil de Mikhail y la pantalla está encendida, que casualidad, la resbalosa de la tal Victoria está llamándolo. Me sale lo de macarra por las venas y tomo la llamada

— Hola cariño, ¿Como estas? Te extraño mucho. ¡Ya llegué a Rusia!

¡Me bulle!

— Mira resbalosa ofrecida, no vuelvas a llamar a mi prometido, ¡si! Es mi prometido y tu una zorra que intenta separarnos.

Tuya Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora