Capítulo 4

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AMANDA JOHNSON

Oh por Dios.

Eso era lo único que podía pensar en ese momento. Los chicos habían cambiado demasiado. Matt ya no tenía acné, y seguía delgado, pero su cabello rubio-castaño le favorecía. Dylan había dejado de usar frenos y lucía un bronceado que le quedaba muy bien. Logan ya no parecía un espagueti andante, ahora su cuerpo estaba más trabajado.

Los tres chicos saludaron a mis padres y después a mis hermanos. Luego Logan posó su mirada sobre mí y así se quedó, sólo mirando. Luego sonrió, mostrando una perfecta dentadura.

—Hola. —saludó.

—Hola. —sonreí.

—Cambiaste. —murmuró, yo reí.

—Sí, tú igual, ya no pareces un... —Logan me interrumpió para envolverme en un abrazo. Yo me quedé quieta sin saber qué hacer.

—Te extrañé, tonta. —rió en mi oído. Luego de unos segundos reaccioné y rodeé su espalda con mis brazos.

—Sí, yo también. —reí y ambos nos separamos. Enseguida Dylan y Matt se arrojaron sobre mí.

—¡Amy, mal de amores! —exclamó Dylan y lo miré mal. Ellos sabían acerca de Brad.

—¿Quién más te ha roto el corazón en estos últimos tres años? —preguntó Matt, claramente con la intención de molestarme.

—No nos hemos visto en tres años, ¿y eso es lo primero que dices? —me quejé, en un intento por cambiar de tema.

—Amy no sale con nadie. Comienzo a preocuparme por el hecho de que tal vez nunca me llamen suegra.

—¡Mamá! —chillé y golpeé el suelo con la planta de mi pie.

Todos estallaron en risas y yo me sonrojé ferozmente, luego sentí una mirada sobre mí y vi a Logan. Él no se estaba riendo, sólo me miraba en silencio. Me ponía nerviosa.

—Venga, vayamos a cenar. —sugirió mi padre y lo seguimos hasta el comedor.

Nos sentamos a comer el espagueti a la boloñesa que había preparado mi madre. Mientras tanto todos se ponían al tanto sobre lo que había sucedido en sus vidas en últimos tres años. Miré el espagueti enrollado en mi tenedor y después miré a Logan, quien estaba sentado frente a mí. Él sintió mi mirada y también me miró. Reí y al parecer él sabía a lo que me refería porque hizo lo mismo.

Todos hablaban y yo no dejaba de mirar el reloj. Estaba algo nerviosa por saber cómo reaccionaría mi madre a lo de ir a hacer "un proyecto" a casa de Kate. Esperé impaciente, hablando con los chicos para tratar de calmarme un poco. Después de un rato, el timbre sonó, miré el reloj y vi que eran las siete en punto.

Bastante puntal para ser Kate.

Mi madre se puso de pie y caminó hacia la entrada, abrió la puerta y entonces vi a la madre de Kate junto a ella.

—Oh, Sandra. ¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó mi madre. La madre de Kate le dio un vistazo rápido al interior de la casa y enseguida regresó su vista a mi madre.

—En realidad, sí. Quería saber si no te molesta que Amy venga con Kate. —respondió. Mi madre la miró con el ceño fruncido y yo sin dejar de mirarlas mordí mi labio inferior.

—¿A estas horas? ¿Para qué? —preguntó mi madre.

—Un proyecto del instituto, necesito que Amy me ayude. —contestó Kate, y sonó tan natural que por un momento me lo creí.

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