Forsaken Oneshots ͏ ͏ ͏ ᭄᭡ ͏ ͏ ͏ ͏ㅤtraduccionesㅤ ꯳⃘꤫

XII. Neat and Unraveled {🌸}

Sus labios se separaron y se le escapó un gemido suave y melódico, como si finalmente hubiera recibido lo que ansiaba. El sonido era casi lírico, un testimonio silencioso del alivio y el placer que fluían a través de él. Mafioso sintió el calor, la estrechez alrededor de su dedo, y se tomó su tiempo, moviéndose deliberadamente, dejando que Chance se acostumbrara a la sensación, alargando cada gemido con movimientos cuidadosos y medidos.

-¡Mmhm! Gracias... gracias, gracias, gracias- dijo Chance entre respiraciones, inclinando la cabeza hacia atrás.

Los ojos de Chance se cerraron y su cuerpo se hundió en el sofá; su tensión anterior se disolvió con cada empuje constante del dedo de Mafioso.

Mafioso añadió un segundo dedo, aumentando el ritmo y penetrando más profundamente a Chance. -¿No te dije que pararas?- dijo, con una leve sonrisa burlona en sus labios.

Chance, espoleado por la orden, reanudó su ruego, con la voz quebrada. Suplicó por Mafioso, suplicó por más, sus palabras brotaron en una frenética avalancha, desesperadas y necesitadas, suplicando como si hubiera sido consumido por la lujuria y la codicia. -¡P... por favor! ¡ Ghh...! ¡Por favor! Por favor, Mafioso...- su respiración se entrecortó y un jadeo agudo escapó de su pecho -por favor, por favor, por favor, por favor. Más... más, por favor.- Suplicó y suplicó, sonando similar a un disco rayado.

Los sonidos de los dedos de Mafioso moviéndose dentro de él, los ruidos húmedos y resbaladizos que llenaban la habitación, eran tan mortificantes como excitantes, llevando a Chance más profundamente a una niebla de deseo. ¿Era esto ético? ¿Le importaba?

Sus párpados se agitaron y sus ojos se pusieron en blanco mientras oleadas de placer lo inundaban. Mafioso continuó elogiándolo, con una voz suave y aprobatoria. -Qué buen chico, chance...-, murmuró, cada palabra impregnada de admiración. -Mi dulce juguetito, amorsito, lo estás haciendo muy bien-

Los elogios alimentan a Chance, su cuerpo responde con más fervor, sus caderas se mueven para recibir cada embestida de los dedos de Mafioso. Cada gemido, cada súplica, cada suave gemido se encuentra con más de ese dulce y gentil estímulo, manteniéndolo al borde del placer, perdido en la sensación, aferrándose a los elogios como a un salvavidas.

De repente, a Chance se le ocurre una idea. Balbucea torpemente pidiendo sus pantalones y Mafioso, confundido por el cambio repentino, usa su mano libre para alcanzarlos y entregárselos. Mafioso aminora el paso, observando atentamente, con curiosidad por la repentina urgencia de Chance.

Chance hurga violentamente en sus bolsillos, con movimientos casi frenéticos, y saca una moneda de plata. Con torpeza deliberada, la da vuelta entre los dedos, pero falla al darla vuelta. Su cuerpo se afloja y los pantalones vuelven a caer al suelo. La moneda cae sobre su pecho; el frío metal contrasta marcadamente con su piel acalorada.

-Por favor, por favor, continúa!-suplica Chance, con la voz ronca por la necesidad -Por favor. Por favor, por favor, ¡Date prisa~~!-

Mafioso no necesita más indicaciones; su ritmo se acelera, percibiendo la nueva capa de desesperación en el tono de Chance. A medida que su velocidad se intensifica, Chance comienza a sobreestimularse fácilmente, mordiéndose el labio con tanta fuerza que siente el sabor de la sangre, y pequeñas gotas de lágrimas se forman en las esquinas de sus ojos mientras los cierra con fuerza.

El cuerpo de Chance se tensa y se relaja en rápida sucesión, sus gemidos se convierten en quejidos. Vuelve a lanzar la moneda, sus dedos tiemblan de excitación, y falla, (intencionadamente), una vez más. La moneda cae sobre su pecho, el frío metal descansa contra su piel enrojecida. Chance habla aún más alto, sus gemidos se convierten en llamadas desesperadas, su espalda se levanta del sofá aterciopelado como si intentara escapar.