Forsaken Oneshots ͏ ͏ ͏ ᭄᭡ ͏ ͏ ͏ ͏ㅤtraduccionesㅤ ꯳⃘꤫

XII. Neat and Unraveled {🌸}

Mafioso se apartó un poco, un hilo de saliva unió sus labios por un fugaz momento antes de romperse. Chance jadeó, un suave gemido escapó de sus labios. Se veía caliente, sonrojado y rojo en todo su rostro. La separación fue breve cuando vio a Chance, y lo indefenso que parecía; bajó de nuevo rápidamente, reclamando la boca de Chance con un anhelo aún más profundo que antes.

El calor era embriagador, serpenteaba a su alrededor como una niebla, haciendo que su cabeza diera vueltas por el vértigo. Sus pensamientos estaban dispersos, perdidos en la embriagadora sensación de pura excitación.

Chance sintió que la rodilla de Mafioso presionaba firmemente su ingle, la fuerza provocó un dolor que se extendió por todo su cuerpo. Su cuerpo parecía anhelar con un hambre que no podía satisfacer, se puso rígido bajo la estimulación. Todo su cuerpo vaciló, su espalda se arqueó, sus pantalones de vestir comenzaron a revelar una mancha húmeda reveladora.

-P... Por favor- gimió Chance, con la voz quebrada. Mafioso lo interpretó como algo cercano a una súplica, y acercó aún más su rodilla a la parte inferior del clítoris de Chance.

Sus movimientos eran lentos, casi apáticos, mientras luchaba por controlar la avalancha de sentimientos. Chance se retorció, su cuerpo se retorció ligeramente bajo el peso de Mafioso, dividido entre evadir la intensidad y anhelar más de ella. Su respiración se convirtió en jadeos rápidos y ansiosos, sus ojos se pusieron en blanco ligeramente, su boca estaba abierta mientras luchaba por mantener el ritmo del calor embriagador y en espiral.

-Ghh ... solo... solo espera...- tartamudeó Chance, aunque ni siquiera estaba seguro de si lo decía en serio.

El tacto de Mafioso era un consuelo y un tormento a la vez, su mano se deslizó por el pecho de Chance, la caricia desencadenó un temblor que recorrió todo su cuerpo. El aire se sentía denso, como un peso que pesaba sobre él, lo que le dificultaba pensar, hacer cualquier cosa excepto sentir. La camisa de Chance estaba ahora húmeda de sudor, adherida a su piel, su rostro teñido de un profundo carmesí por el calor de sus respiraciones mezcladas y el deseo que lo atravesaba.

La presión de la rodilla de Mafioso era persistente y provocativa, y cada empujón enviaba una oleada de placer a través de Chance. Sus pantalones se estaban humedeciendo cada vez más y se le pegaban incómodamente a la parte interior de los muslos. Chance se sentía casi impotente, su cuerpo respondía con mente propia, sus manos se aferraban a Mafioso, esperando que el momento nunca terminara. Y justo cuando albergaba una idea tan tonta...

Mafioso se echó hacia atrás, dejando a Chance sin aliento, con el pecho subiendo y bajando con cada respiración dificultosa. Chance se quedó allí tendido, desorientado y enrojecido, con la barbilla húmeda, sin saber si era su propia saliva o la de Mafioso la que cubría su piel. La repentina ausencia del peso de Mafioso lo dejó sintiéndose extrañamente vulnerable, el aire frío contra su piel febril.

Entonces sintió los dedos de Mafioso en el botón de sus pantalones de vestir, y el contacto le provocó otro escalofrío. Las caderas de Chance se contrajeron involuntariamente, su cuerpo reaccionaba con anticipación mientras su mente se apresuraba a ponerse al día. Miró al otro y lo observó desabrochar metódicamente los botones. La tela se desprendió, y el sonido de la tela al ser arrojada a un lado en algún lugar de la habitación apenas se escuchó por encima del sonido de su propia respiración entrecortada.

Ahora, reducido a sus calzoncillos, la prueba de su excitación era innegable; estaban empapados, adheridos a su piel en un inútil intento de preservar su dignidad. La mirada de Mafioso sobre él hizo que Chance se sintiera como si estuviera bajo un foco de luz deslumbrante, y no pudo evitar protegerse la cara con el antebrazo, el calor en sus mejillas se intensificó instantáneamente. Maldita. Maldita, maldita, maldita sea...