ACTUALIZACIONES LOS DOMINGOS
🌊 || ENEMIES TO LOVERS
Nyx (Reader) criada por la RDA, tiene una misión que cumplir, y Neteyam quiere ser un poderoso guerrero para complacer a su padre.
¿Qué pasará cuando ambos comiencen a ponerse obstáculos de manera...
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
ESA MAÑANA, NYX SE HABÍA LEVANTADO de su hamaca con mucha más determinación que los días anteriores. Después de varias semanas conviviendo con los Omaticaya y los hijos del Toruk Makto, sentía que era momento de tomar un paso más grande dentro de sus propios planes, de todos modos, ella también se había cansado de interpretar un papel estúpido que la misma Admore le había obligado a tomar.
Se colocó ropa sencilla, una de las pocas prendas que había logrado intercambiar con algunas artesanas del clan, pues le era muy tedioso tener que bordar, trenzar y pintar como hacían los demás; no tenía la paciencia ni el gusto por esos detalles. Finalmente aseguro su arco a la espalda y salió de su mauri, descendiendo de las montañas Aleluya.
Al llegar al bosque avanzó un par de pasos más, y entonces lo vio a lo lejos, era Neteyam, parado junto a una Na'vi de piel pálida, que tenía el cabello entretejido con pequeñas flores blancas que brillaban tenuemente bajo la luz filtrada del dosel. Reyla, creía que se llamaba, aunque el nombre le resbalaba como agua entre los dedos, pues no tenía el más mínimo interés en retenerlo.
Desde lejos, observó cómo aquella Na'vi posaba una mano sobre el brazo de Neteyam, hablando de una manera tan animada que le resultaba tan falsa como el brillo de un insecto muerto. Nyx arrugó la nariz, como si hubiera percibido el olor de algo podrido, y avanzó hacia ellos, sin preocuparse por suavizar el crujido de hojas bajo sus pies ni el fuego silencioso que le quemaba las pupilas. Que vieran su disgusto.
