Capítulo único.

958 58 8
                                    

Tu recuerdo sigue aquí, jamás se irá. ¿Como despojarme de esta desdicha, del dolor, de este asco que provocaste en mi? Te necesito, pero me hace tanto daño recordar lo que me hiciste. Me lastimaste, me usaste y luego me abandonaste. Pero te amo tanto que me cuesta decidir si tu recuerdo me hace bien o mal. Quiero saber la razón de tus mentiras, de tus acciones, de todo tu ser en si.

Dijiste que fuiste revivido con el único propósito de asesinar a Zeref, ¿pero después de eso qué? ¿Solo pudiste divertirte conmigo? ¿Era tan difícil volver a la normalidad; sin cuernos, marcas o nombres raros?

Aquella vez que me animé a preguntarte por qué no habías vuelto a la normalidad tu sólo respondiste »Esta es la normalidad princesa.« Con tu típico tono arrogante, mientras me mirabas desde arriba con superioridad.

»Además deberías estar feliz de que te elegí a ti, hace 400 años ellas se morían por estar conmigo.« agregaste, como si eso fuera a cambiar mi opinión de ti.

Con un poco de miedo te respondí »Tu mismo... lo... lo dijiste...« mi voz era baja y entrecortada por el cansancio y dolor que me ocacionabas. »Han pasado 400 años, o más. Todo el mundo te tiene miedo y asco.« agregué con más valor. Aunque me arrepentí tanto, me castigaste. Me arrebataste la poca dignidad que me quedaba, y yo hiciste de tal manera. Daño físico y mental. Me hiciste llorar y gritar por piedad. Me violaste y trataste como un juguete.

Y ahora cada vez que se te antoja lo haces, y no encuentro manera de escapar. Ya desistí, me rendí, di esta vida por pérdida.

Supongo que Fairy Tail, o lo que queda de el, ya habrá hecho un funeral para mí, espero que ya se hayan rendido. No quisiera que todos estuvieran preocupados por mi, realmente no quiero eso. Quiero que sigan adelante con sus vidas, como lo hicieron cuando murió Lissana. Ya no quiero ser un estorbo.

»Matame te pedí nuevamente, mejor dicho te rogué.

»Aún no me he divertido lo suficiente contigo.« respondiste con esa sonrisa que me daba nauseas.

»Sólo hazlo.« volví a insistir »Por favor.« siempre le tuve miedo a la muerte, no quería morir. Nunca quise saber que sucedería luego de soltar mi último respiro. Pero ahora mismo anhelaba la muerte, quería conocerla. Y por muy feo que suene, quería disfrutarla.

»No importa cuanto lo intentes, o cuanto lo desees.« dijiste con poco interés »Jamás, del jamás de los jamases, te dejaré ir...« seguiste mientras acomodabas mís piernas sobre las tuyas. Estábamos frente a frente, como una pareja de enamorados sentada en el parque disfrutando de la compañía del otro. Pero tu y yo no éramos una pareja, no una de enamorados; éramos una víctima y su atacante »Luce.« tu mirada era tan verde, tan hermosa y brillante.

Como aquel día en Haregon, cuando me invitaste a unirme a Fairy Tail. Pero estaba inundada de lágrimas, como la vez que mi yo del futuro murió frente a tus ojos y en mis brazos. Eras tú, no habían cuernos ni marcas. Tus ojos eran verdes, y tus lágrimas sinceras. Estabas tan feliz, y no comprendías mi comportamiento.

»¿Donde estamos?« preguntaste.

»¿¡Como que dónde estamos!?« no debí haberte gritado, no debí reaccionar así »Luego de todo lo que me hiciste, de todo lo que paso, del sufrimiento que me causaste, ¿preguntas donde estamos? Bienvenido al infierno.« no quería explotar, tenía tantas ganad de abrazarte y que tu lo hicieras devuelta, pero con cariño y no con posesión. Tus ojos estaban abiertos de par en par, y comenzaban a recorrer mi cuerpo en busca de daños. Pero dos pobres ojos no alcanzarían para ver todo, incluso todo Fairy Tail no podría ver todos los daños.

Estabas shockeado, no sabias que decir o como reaccionar. No podías creer que tu lo habías hecho, era imposible para Natsu Dragneel lastimar a un compañero; pero no para Etherias. Oh no, pera él era un acto increíblemente divertido.

»Por favor, deja de llorar. No fui yo, lo juró. Jamás te haría esto Lucy, yo no... No pude hacerte esto.«

»Si lo hiciste Natsu, y te divertiste mucho.« el se sorprendió con mi tono de voz. Ya no había sentimiento alguno en mi, decidí que este era el final. En mi mano tenía un oxidado y ensangrentado cuchillo; el que Etherias había usado para dañarme. »Pero puedes remediarlo todo, darle un fin a esto.«

»¿Cómo? ¿Qué es lo que puedo hacer? Dime.« saqué el cuchillo y lo clave en tu corazón. Abriste los ojos sin comprender. »Lucy... ¿Por qué?«

»Ahora estarás conmigo para siempre, te atormentaré por la eternidad... Natsu.« susurré antes de clavar ese mismo cuchillo en mi estómago. Lo saque con fuerza y brutalidad, me recoste sobre tu sangrante y casi muerto cuerpo.

»Te amo.« dije como mis últimas palabras, cerré los ojos y deje que el dolor me llevará a otro lado.

Ahora todo iba a estar bien.

•••••••••••••••••

Quedó medio raro, pero si me gustó. Espero a ustedes también, voten y comenten peques. Ily

No se olviden de pasar por mis otras historias.

El llanto de los perdidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora