Capítulo XVII

Začít od začátku
                                    

-Sí. Es un socio muy bueno de Rosa. Él envía muchas chicas aquí.

-Ya, por eso Rosa lo trata tan bien – "menuda hipócrita de mierda".

-Ya sabes lo que dicen. Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más. Bueno, por supuesto que lo sabes. Anda que no te acercaste a Hell en su día – soltó una risita y la miró de forma cómplice.

Kiara solo miraba al tipo que hablaba con Mamá Rosa pero su subconsciente se encargaba de formular todas las respuestas necesarias. A esas alturas ya ni le preocupaba ser políticamente correcta.

-Fue Hell quién se acercó demasiado a mí. El muy cabrón hizo que me enamorara. Creo que fue la peor venganza de los Capobianco. Nadie tiene ni idea de lo que he llorado por ese idota.

Yvonne se marchó a atender al maldito acosador de Hell y le guiñó un ojo mientras se alejaba. Estaba pensando algo y no les gustaba para nada. Podía subir a la habitación y contárselo a Hell. Podía explicarle todo lo que se le había ocurrido. ¿La apoyaría?

"Me dirá que estoy loca y que ni de coña voy a hacerlo", supo enseguida.

Así que tenía dos opciones: o dejaba pasar la oportunidad y dejaba que ese tipo se le escapase de las manos o tomaba cartas en el asunto. Kiara siempre había preferido solucionar las cosas por su propia cuenta.

El mafioso asiático parecía muy cabreado. Al parecer no acababa de creer a Mamá Rosa y había cogido una rabieta infantil. Le hablaba en un tono horrible a Yvonne y la empujó un par de veces. Ella hizo como si no hubiese pasado nada.

Alrededor de las dos y media, ambos se marcharon a una de las habitaciones y Kiara maldijo en su interior. ¿Cómo se las apañaría? Podía entrar si pedía ayuda a Yvonne pero tendría que comunicarle sus planes y prefería no hacerlo hasta verlos concluidos.

Kiara no era consciente de que no podía hacer nada de lo que estaba pensando. Era firmar su sentencia de muerte. Pero, al parecer, el destino quería cargarse aquella noche a Kiara e Yvonne apareció en la barra con expresión compungida.

-Ese idiota me ha pegado – le murmuró con voz rota -. ¿Puedes pasarme una botella de bourbone?

-Oye, ¿estás bien?

La rubia se encogió de hombros. Oportunidad perfecta.

-Necesito que me hagas un favor.

-¿Qué clase de favor? Ahora no puedo, quizá más tarde si ese cerdo no me...

-No entres. Déjame ir a mí.

Yvonne la miró como si estuviera loca. Kiara ya podía oír lo que diría. Que no estaba en el contrato, que estaba prohibido, que era muy peligroso... Nadie sabía lo que era de verdad peligroso. Ella había estado en verdaderas situaciones peligrosas, todas con Hell. Había sobrevivido y estaba más viva que nunca. No dejaría que nadie lo arruinase todo ahora.

No esperó a que la rubia le contestase. Taconeó con un movimiento fino de caderas hacia el pasillo de las habitaciones con ella siguiéndola. No quería hacerlo, pero la estaba obligando.

-Yvonne, voy a entrar ahí – susurró con una sonrisa -. Si te entrometes me vas a obligar a hacerte daño.

-Te he dicho que no. Se lo diré a mamá ahora mismo si no paras de hacer la imbécil. ¿No te das cuenta de que...?

No pudo continuar puesto que Kiara acababa de cruzarle la cara. Esto la desestabilizó un momento que aprovechó para aprisionarla contra la pared e imposibilitar que respirar bloqueando sus garganta con el antebrazo. No hizo demasiado esfuerzo.

Éxtasis (Saga Adrenalina II)Kde žijí příběhy. Začni objevovat