Forsaken Oneshots ͏ ͏ ͏ ᭄᭡ ͏ ͏ ͏ ͏ㅤtraduccionesㅤ ꯳⃘꤫

IX. {A coinrush} Away from the carnival lights {🌷}

-Gracias- dijo Chance con sencillez, mientras se quitaba una pelusa de la manga del traje. Mientras su mirada vagaba, se detuvo en una gigantesca noria iluminada por luces de colores a lo lejos. Inclinó la cabeza en dirección a el -¿Quieres subirte?-

A Elliot se le encogió el corazón por un momento y se le aceleró el pulso, aunque no por la emoción. Tenía un miedo a las alturas, cierto pero innegable, y la idea de estar suspendido tan alto en el aire le revolvía el estómago. Aun así, la idea de decirle que no a Chance, especialmente después de que el jugador hubiera seguido todas sus sugerencias, lo hizo dudar.

-Claro- dijo Elliot, forzando una sonrisa que esperaba que no pareciera demasiado forzada.

Los dos caminaron hacia la noria, mientras el mismo suave zumbido de las charlas de feria llenaba el aire a su alrededor. Aunque la fila parecía larga a primera vista, avanzaba sorprendentemente rápido, gracias a la gran cantidad de carros. Antes de que Elliot se diera cuenta, estaban al frente, subiendo a uno de los carros abiertos de dos plazas.

En el momento en que el carro se sacudió ligeramente para permitir que subiera el siguiente grupo, el corazón de Elliot empezó a latir con fuerza. El metal bajo sus pies se sentía desconcertantemente endeble y se agarró con fuerza al borde de su asiento, con los nudillos blancos. Cuanto más subían, más sentía Elliot que se le apretaba el nudo de ansiedad en el pecho. Malditos sean estos carros por no estar cerrados.

Intentó distraerse mirando a su alrededor, pero la visión del suelo cada vez más pequeño debajo de él solo empeoró las cosas. Una fina capa de sudor comenzó a formarse en su frente y su respiración se volvió superficial. Intentó calmarse pensando en el peluche que había ganado antes y luego imaginándose sosteniéndolo para calmarse. Pero entonces se dio cuenta: el alienígena había desaparecido. Debían haberlo dejado junto al banco.

A Elliot se le encogió aún más el estómago. Apretó la mandíbula y se negó a hablar del asunto con Chance. Lo último que quería era que Chance pensara que lo estaba culpando por el peluche olvidado, además de todo lo demás.

Mientras Elliot miraba el piso de metal del carro, tratando de no hiperventilar, no se dio cuenta de que Chance se giraba hacia él. No fue hasta que la voz de Chance irrumpió en el estruendo de sus pensamientos que volvió a la realidad.

-¿Elliot?-preguntó Chance con voz preocupada -¿Estás bien? ¿Qué te pasa?-

Elliot giró la cabeza lentamente, sintiendo el calor de la vergüenza inundar sus mejillas. Podía decir por la mirada preocupada en los ojos de Chance que su pálido rostro ya lo había traicionado.

-Me dan miedo las alturas- admitió Elliot en voz baja, apenas un susurro. Tragó saliva con fuerza antes de continuar: -Lo siento-

Los ojos de Chance se abrieron brevemente antes de que su expresión se suavizara. Sin decir palabra, se acercó a Elliot y colocó una mano tranquilizadora sobre una de las de Elliot, que todavía sujetaba el borde del asiento.

-No te disculpes- dijo Chance con firmeza, en un tono amable pero insistente -No es tu culpa. Si me lo hubieras dicho, no habríamos seguido con esto. Debería ser yo quien se disculpara-

Elliot negó con la cabeza, mirando sus manos unidas antes de murmurar: -Pero parecía que realmente querías hacerlo, así que acepté-

Chance frunció el ceño ligeramente y apretó un poco más la mano de Elliot. -No, no me importa el viaje si eso significa que te vas a sentir mal- dijo con voz firme -En serio, podríamos haber hecho otra cosa.-

Elliot no respondió de inmediato, tenía la mirada fija en el suelo. Chance lo observó por un momento antes de volver a hablar, con voz más suave. -¿Quieres mis lentes de sol?-ofreció de repente-Puede que no te ayuden mucho, pero... ¿quizás te hagan sentir mejor gracias al tinte?-