Forsaken Oneshots ͏ ͏ ͏ ᭄᭡ ͏ ͏ ͏ ͏ㅤtraduccionesㅤ ꯳⃘꤫

IX. {A coinrush} Away from the carnival lights {🌷}

-Vamos- dijo Elliot, con los ojos iluminados al ver un juego de gateo por escaleras -¡Probemos esto!-

El juego de gateo por escaleras se encontraba en un rincón más tranquilo, con su acolchado rojo brillante y la escalera de cuerda resaltando contra el oscuro recinto ferial. Las reglas eran simples: subir por la escalera tambaleante hasta la cima sin caerse.

-Tú primero- insistió Elliot, prácticamente empujando a Chance hacia adelante mientras sostenía el peluche alienígena como un trofeo.

Chance enarcó una ceja, pero aceptó el desafío y se preparó para subir. Colocó un pie en el primer peldaño y puso a prueba la estabilidad de la escalera, que inmediatamente se tambaleó debajo de él. Lo hizo con calma, distribuyendo cuidadosamente su peso en cada paso. A pesar de su enfoque mesurado, la estructura se balanceó de manera impredecible. Cuando había recorrido aproximadamente tres cuartas partes del camino, el pie de Chance resbaló y cayó hacia atrás sobre el suelo acolchado con un golpe sordo.

Elliot se echó a reír, apretando contra su pecho el peluche alienígena. -Mueve con suavidad-bromeó mientras Chance se ponía de pie y se sacudía el polvo.

-Veamos cómo lo haces- replicó Chance, cruzándose de brazos y haciéndose a un lado.

Elliot le entregó el peluche a Chance y subió a la escalera lleno de confianza. A diferencia de Chance, optó por la velocidad y trató de correr a toda velocidad por la inestable estructura. Sin embargo, resultó ser una estrategia terrible. Apenas había recorrido un cuarto del camino, cuando perdió el equilibrio y se resbaló, cayendo al suelo acolchado sin contemplaciones.

Chance sonrió mientras Elliot se levantaba y se sacudía los pantalones. -No hay nada mejor que eso- dijo Chance, mientras le ofrecía el peluche alienígena a Elliot con una sonrisa burlona.

Elliot puso los ojos en blanco y se sacudió el comentario de encima mientras volvía a concentrarse en la animada feria que los rodeaba. El aire estaba impregnado del tentador aroma de comida frita, lo que hizo que Elliot sintiera hambre.

-¿Quieres ver si tienen un puesto de helados en alguna parte?- preguntó Elliot de repente, volviéndose hacia Chance. Su expresión se suavizó y su frustración se desvaneció tan rápido como había llegado -Tengo un antojo de helado ahora mismo.-

Chance ajustó su agarre sobre el peluche, sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa. -Claro, me parece bien- respondió casualmente, siguiendo a Elliot mientras comenzaban a abrirse paso entre la multitud.

Los dos pasearon por el área principal mientras se abrían paso entre grupos de personas. Los ojos de Elliot se movían rápidamente entre los distintos puestos y casetas, cada uno decorado con carteles llamativos que promocionaban prácticamente cualquier comida que se te pudiera ocurrir. Les llevó unos minutos buscar, pero finalmente, localizaron un pequeño puesto de postres escondido en un rincón más tranquilo.

Afortunadamente, la fila era corta y solo había unas pocas personas delante de ellos. Mientras esperaban, Elliot miró a Chance, que miraba hacia un lado y que todavía agarraba el peluche alienígena como si fuera una posesión preciada. No pudo evitar sonreír al verlo; era extrañamente entrañable ver al jugador, que normalmente estaba tranquilo, llevar algo tan tonto, incluso si era suyo.

Cuando fue su turno, Elliot se acercó al mostrador y dijo alegremente: -¿Me puede dar una bola de fresa, por favor?- Se volvió hacia Chance y le hizo un gesto para que hiciera su pedido.

-Voy a querer uno de vainilla, gracias- dijo Chance, mientras buscaba su billetera. El peluche alienígena hizo que la tarea fuera un poco incómoda, ya que rebuscó en el bolsillo y finalmente sacó la cantidad exacta que necesitaba y se la entregó al trabajador.