Forsaken Oneshots ͏ ͏ ͏ ᭄᭡ ͏ ͏ ͏ ͏ㅤtraduccionesㅤ ꯳⃘꤫

V. It takes two to tear the tapestry{🌸}

Otra razón por la que no quería salir a la pista era que no quería que lo tocaran manos desconocidas en un entorno mal iluminado. Sabía que era un invitado importante, pero no quería darle una excusa incómoda a una persona desconocida sobre por qué no quería jugar con ellos. Elliot no quería que nadie especulara.

Sacudió la cabeza y trató de pensar positivamente, tratando de hacer una lista mental de las cosas que le gustaban de sí mismo.

¿Su pelo? Se pasó las manos por él, desenredando pequeños nudos en la masa esponjosa que se asentaba sobre su cabeza y sobre su visera. Se había negado a dejar que los estilistas lo tocaran, convencido de que no tenía ningún problema con una melena desordenada.

Elliot no supo qué más hacer y se detuvo en el pasillo para mirar la hora en su teléfono.

Ni siquiera era tan tarde. Eran apenas las 22:45. La vida nocturna acababa de empezar y allí estaba Elliot, parado solo en el pasillo como un idiota. Sus compañeros de banda probablemente estaban tomando algo o bailando o algo así, y allí estaba él. Solo el zumbido de las luces lo acompañaba y sus pensamientos siempre atormentadores.

Hasta que una puerta se abrió con un crujido y alguien asomó la cabeza y estableció contacto visual directo con Elliot. Uh... Bueno, esto es incómodo.

...Lo que empeoró un poco fue el hecho de que la persona había sacado todo su cuerpo del marco de la puerta y había salido al pasillo, a solo unos pasos de Elliot, y el hecho de que la persona en cuestión era el propio Chance. Impecablemente vestido como siempre, con el rostro en una expresión de curiosidad inquisitiva. Probablemente se preguntaba por qué Elliot estaba allí.

Él también se preguntaría por qué.

Se miraron el uno al otro en un silencio incómodo durante unos momentos. Elliot reflexionó sobre Chance por un momento. Los dos eran muy diferentes en apariencia: podían ser bastante parecidos en altura, pero Chance era más ancho, más fornido, con un vello espeso en los brazos. Parecía que podía derribar a Elliot. Era más o menos lo que Elliot siempre quiso parecer, y frunció el ceño, mordiéndose el labio.

-¿Estás bien, hombre?- dijo Chance.

Elliot simplemente dejó de prestar atención a lo que estaba diciendo y tartamudeó: -Oh, Dios mío, lo siento mucho. Estaba perdido en mis pensamientos...- Se rió nerviosamente, tratando de disipar el aire de incomodidad.

O si la opinión que Chance tenía de él ya empezaba a decaer. Dios.

En cambio, se limitó a sonreírle a Elliot, una sonrisa cálida que hizo que su interior se revolviera. -Está bien. ¿Quieres hablar de ello?-

Elliot miró a su alrededor. -Quizás no aquí. Es un poco personal.-

Chance tarareó un momento, como si estuviera pensando antes de pensar en una idea para solucionar el problema. -Mi oficina está aquí mismo, no me importa invitarte a pasar.-

-Oh, no, no quiero invadir tu espacio...-

-¿Te invitaría a entrar si pensara que lo harías?-

La boca de Elliot se cerró de golpe. No, probablemente no. Se limitó a sonreír con ansiedad, frotándose la nuca.

Los dos hombres entraron en la lujosa oficina y Elliot se sentó frente a Chance en una de las sillas para visitantes, que sin duda eran muy cómodas. El hombre se sentó en su propia silla y ordenó su escritorio, mientras las pilas de papeles se desordenaban un poco.