Capitulo 49. "¿Embarazada?"

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Un pequeño golpe llegó a la puerta.

—Por favor no te vayas así, Harry. No te hemos visto en años —rogó Anne. Parecía al borde de las lágrimas.

—Ella no es Abby —dijo él, apretándome más fuerte.

—Lo sé. —Su madre sonrió, pero sus ojos estaban llenos de tristeza—. Mi Harry es un chico especial. Por favor cuida bien de él. —Asentí y ella se volvió para irse, cerrando la puerta detrás de ella. Harry pasó sus pulgares sobre mis mejillas para limpiar las lágrimas.

—Salgamos de aquí —dijo en voz baja, besando mi frente.

Nos fuimos en silencio mientras hacíamos nuestro camino hacia el hotel. Me quedé mirando por la ventana, observando las luces destellar hacia mí. Harry estaba de mucho mejor humor, considerando su pelea con su padre. Sólo podía asumir que parte de él todavía estaba preocupado de que tomaría el dinero y correría sin pensarlo dos veces. Esperaba que después de esta noche, no dudara de mis sentimientos por él otra vez. Me arrastré hacia la cama y me acurruqué hecha bola. Estaba exhausta y mi almuerzo no me había caído bien, sin mencionar que no tuve oportunidad de disfrutar mi cena. Harry se deslizó a mi lado y besó suavemente mi hombro.

—¿Estás bien? —preguntó, sus labios contra mi piel. Asentí y mordí mi labio.

—¿Qué está mal? —preguntó, tirando de mí hacia atrás para que pudiera ver mi cara. Estaba tan preocupado, tan comprensivo.

—Mi estómago. —Suspiré mientras frotaba mi mano sobre mi vientre. Sus cejas se juntaron mientras escaneaba mi rostro.

—Correré a la tienda y conseguiré algo para eso. —Me besó en la frente y dejó la habitación antes de que pudiera protestar.

—________ —susurró Harry en mi oído, sacudiéndome de mis sueños.

—¿Qué? —pregunté, frotando mis ojos.

—Levántate. —Su voz fue suave y dominante. Le hice un gesto con la mano y enterré mi cara en la sábana.

—No estoy de humor —me quejé. Su mano tomó mi muñeca y la apretó mientras me levantaba.

—Levántate ahora. —Su voz era firme, pero baja, y me di cuenta de que no estaba de buen humor. Me llevó hacia el cuarto de baño del hotel y encendió la luz. Era increíblemente brillante y tuve que cubrir mis ojos por la hostil intrusión. Harry puso algo en la encimera. Hizo un fuerte ruido mientras golpeaba la piedra, causando que saltara. Él no me miró. Miré hacia la encimera y de vuelta hacia él.

—¿Qué es eso? —susurré. Estaba comenzando a asustarme.

Frotó sus manos a través de su cabello y sobre su boca.

—Es una prueba de embarazo. —Mi estómago comenzó a hacer volteretas.

—Pero yo no... quiero decir... no puedo estarlo. —Mi memoria comenzaba a pensar en todos los encuentros que había tenido con Harry. Mi corazón se hundió cuando me di cuenta que no siempre nos habíamos cuidado cuando habíamos sido atrapados por el calor del momento, y Harry estaba culpándome. Mordí mi labio y lo miré fijamente, incapaz de formar palabras.

—Ahora —dijo entre dientes, sus ojos se lanzaron hacia mí y de vuelta a la pared detrás de mí. Salté ante su tono de enojo y tomé la vara de la encimera. Estaba mortificada. El embarazo nunca había cruzado mi mente. De mala gana, tomé la prueba y la puse de vuelta en la encimera junto a él. Mis ojos se desbordaron de lágrimas cuando lo empujé con mi hombro al pasar. Comencé a recoger mis cosas frenéticamente queriendo desesperadamente alejarme lo más lejos posible de todo esto.

Miré detrás de mí hacia el baño antes de arrastrar mis cosas por la puerta. Harry no trató de detenerme. Busqué mi teléfono mientras hacía mi camino a la acera frente al edificio. Estaba en una ciudad extraña a miles de kilómetros de todos a quienes conocía sin ningún lugar a dónde ir. Me subí al primer taxi que se detuvo.

—¿A dónde?

—A un hotel, algo barato... pero seguro —dije entre sollozos. El taxista asintió y se alejó de la acera. Manejamos alrededor de diez minutos antes de estacionarse fuera del hotel.

—Gracias —dije, quitando mis lágrimas y dándole un poco de dinero de mi bolsa.

Arrastré mis cosas al hotel, pagando con una tarjeta de crédito para emergencias. Mi teléfono nunca sonó esa noche. Al día siguiente desperté sintiéndome como si hubiera sido arrollada por un camión. Busqué a través de la guía telefónica y conseguí el número de un aeropuerto para programar mi viaje a casa. Apenas podía respirar, apenas podía pensar. Mi corazón se hundió mientras mis pensamientos iban automáticamente a Harry. Necesitaba salir de este lugar antes de que perdiera el coraje y fuera corriendo de vuelta hacia él. Programé un vuelo unas pocas horas después y me fui a esperar en el aeropuerto. El tiempo voló y antes de darme cuenta estaba en mi avión dirigiéndome a Florida. Dormí todo el viaje después de pasar la noche despierta y llorando.

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3 capítulos, disfruten hermosas

Las ama- Mica

Señor Styles |н. ѕ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora