What if || Andromeda's Version

[Invisible string] (GB💛)

What If... Avalon nunca hubiese sido piloto.

***

One single thread of gold tied me to you

***

Avalon Russo sintió, por primera vez en mucho tiempo, la necesidad de romper las reglas. Su madre le había dicho específicamente que fuera a casa después de la práctica para el certamen que tendría lugar la próxima semana. Miss Sicilia, es la siguiente corona que Avalon iba a disputarse. No es como que le interesara ganar ese o cualquier otro concurso, pero hace mucho tiempo que se había rendido ante su madre como para seguir peleando por lo mismo. Es mucho más fácil si simplemente hace lo que le dice y usa la ropa que le diseña, inclusive si eso significa convertirse en algo que no le gusta ni que hubiera querido para ella.

Pero hoy se sentía diferente, mucho más relajada a comparación de cualquier otro día, así que fue directamente a su restaurante de confianza, ubicado en el centro de Sicilia. Ordenó una bebida, sacó su lectura actual de su bolsa y tomó asiento en uno de los sillones del lugar para disfrutar de un rato a solas antes de tener que regresar. Últimamente no había tenido tanto tiempo para leer porque su mamá la había inscrito a infinidad de clases para perfeccionar algunas cosas para el concurso: postura, maquillaje, pruebas de vestuario, posibles preguntas. Avalon comenzaba a enfadarse de lo mismo, pero al menos hoy sería su día libre.

— ¿Lectura interesante? – escucha una voz frente a ella, misma que solo puede adjudicar a un rostro hasta que baja el libro que se encuentra en medio de los dos.

Un par de ojos azules -el tono de azul más bonito que alguna vez había visto- se alza frente a ella. Un chico de cabello rubio rebelde que cae sobre su frente, dueño de un acento que fácilmente pudo reconocer como alemán. Usa una sudadera de Red Bull, misma que identificó enseguida por el equipo que de vez en cuando ganaba las carreras en televisión.

Es guapo. Fue lo primero que pensó, ¿y cómo no hacerlo cuando la miraba de esa forma?

— Muy interesante. Es de mis favoritos. ¿Lo has leído?

— La verdad es que no. Leer no es lo mío. – Sin esperar invitación, el alemán toma asiento en la silla frente a ella, lo que obliga a la siciliana a erguirse en el asiento. Su presencia no le desagrada, pero es fácil sentirse a la deriva en una conversación en la que no sabía qué esperar.

— ¿Oh? ¿Y qué es lo tuyo?

— Los autos, las carreras. Fórmula 1. ¿Te gustan?

— Me encantan. — sintió su corazón latir con fuerza en su pecho. Hacía mucho tiempo que no hablaba de las carreras con nadie, ni siquiera con su padre. Su mamá no permite esos temas en casa, a sabiendas que su hija abandonaría en un santiamén todo por lo que alguna vez han trabajado si existiera la mínima posibilidad de dedicarse a algo relacionado con el mundo del motosport.

Es su sueño frustrado, y muy seguido se pone a divagar respecto a que tal vez, en otro universo, nunca renunció a su sueño y pudo lograr convertirse en piloto de Ferrari. Esa Avalon imaginaria es todo lo que ella desea ser, pero sabe que al menos existe en la profundidad de su imaginación.

— Me encantan.

Avalon conoce el protocolo: ahora siguen las preguntas condescendientes, las miradas que la hacen sentir tonta porque por alguna extraña razón, los hombres suelen pensar que ella (y las mujeres en general) no pueden conocer nada respecto al tema.