Esperando por ti | Yeongyu

1

Los ojos de Yeonjun se estrecharon y arriesgó una rápida mirada a Beomgyu.

—¿Es eso lo que pasó? ¿Trató de forzarte a hacer algo?

Beomgyu sacudió la cabeza. —No.

—No me mientas.

—Te dije que no. No trató de forzarme. Él no estaba contento con eso.

Yeonjun suspiró. —Beomgyu , mira, no hay necesidad de impacientarse por esas cosas. No es vergonzoso, absolutamente nada vergonzoso, en esperar a encontrar la persona adecuada. Sé que suena trillado, pero al final alguien digno va a llegar.

¡Confía en mí!

—Eres la persona adecuada, Yeonjun. Tú.

—No. —Yeonjun meneó la cabeza, con los dedos apretando fuerte el volante— . No puedo estar de acuerdo con esto. Lo estás pidiendo por todas las razones equivocadas y, además, ¿qué crees que Soobin diría de esto? ¿Crees que estaría bien con nosotros teniendo sexo?

—¿Por qué importa lo que piense?

—Es importante porque él ha sido mi mejor amigo desde hace casi veinte años. Y tú eres su hermano menor. Es como una regla en el manual del mejor amigo o algo así.

—¿No te sientes atraído por mí? —Beomgyu preguntó, su voz marcada por el dolor—. ¿Es por eso que no lo harás?

Yeonjun se tragó un suspiro. —¿En realidad estás perdiendo el punto de todo lo que acabo de decir, o deliberadamente estás siendo obstinado?

—¿Esa es tu respuesta?

—Esa es mi respuesta.

Beomgyu resopló. Por el rabillo del ojo, Yeonjun lo vio cruzar los brazos sobre el pecho.

—Bien. Entonces se lo pediré a alguien más.

Esta vez Yeonjun no pudo contener un suspiro, pero apretó los dientes para evitar decir algo más. A menos que fuera "sí, voy a estallar tu cereza" —y, por Dios, si no una gran parte de él le
gustaría decir sólo eso— , sabía que probablemente a Beomgyu no le gustaría oírlo. ¿Eso haría que se sintiera un poco amargado?

Sí, señor. Pero no podía hacer lo que Beomgyu le había pedido. Simplemente no podía. Así que se mordió la lengua.

En el momento en que llegaron a la compañía de aventuras Choi, su mandíbula le dolía.

Beomgyu suspiró, arrojó su libro cerrado, y echó un vistazo por la tienda. Dos horas más y su turno terminaría, y ya había barrido, trapeado, y arreglado todo lo que pudo. Los pasillos de las cañas de pescar, carretes, y otros accesorios de deportes al aire libre estaban en perfecto orden. No había nada que pudiera hacer, y estaba aburrido, lo único que quería hacer era volver a la casa del lago y acurrucarse en la cama para poder lamer sus heridas y tratar de dejar de sentirse tan patético y miserable.

Había pensado que sería fácil. Nunca había contemplado la idea de que Yeonjun podría decir que no a su petición. Pero Yeonjun era, bueno, Yeonjun. Siempre atento. Siempre del tipo sereno y racional. Todo lo que Yeonjun dijo tenía sentido. Perfecto sentido. Él había dicho y hecho lo que cualquier respetable chico haría. Y esa era exactamente la razón por la que Beomgyu lo quería tanto. Yeonjun no era el tipo de persona que se aprovechaba. Pero Beomgyu había pensado que su triste historia acerca de Dirk hubiera sido suficiente para influir la forma de pensar de Yeonjun.

«Dirk. Uff. ¿Por qué no pude pensar en algo más creíble?»

Había pensado en un nombre y el primero que llegó a su mente fue Dirk Nowitzki, jugador de los Maverick de Dallas. ¿Por qué? Ni siquiera podía decirlo dado que faltaban meses para la temporada de basquetbol. Estaba sorprendido de que Yeonjun no le dijera que eran tonterías, en ese mismo momento. Bueno, Yeonjun lo hubiera dicho si fuera del tipo de personas que asumen lo peor de la gente. Sin embargo no lo era, y no tenía ninguna razón para sospechar que Beomgyu estuviera mintiendo. La idea de que Beomgyu hubiera inventado toda la historia de principio a fin, nunca cruzaría por la mente de Yeonjun. No había un ex novio llamado Dirk. No había ningún ex en absoluto.