seis

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Cuando llegó al salón de pociones que estaba muy cerca del despacho de Snape en las mazmorras, Malfoy ya la esperaba ahí sentado sobre una mesa.

—Llegas tarde, Weasley—dijo en tono grosero

—Ya lo sé, Malfoy—le respondió en un tono igual de grosero.

— ¿Dónde estabas?

— ¿Qué te importa?

— No me importa—escupió con desprecio—Te estoy haciendo un favor, y lo mínimo que espero es que llegues a tiempo.

— ¿Herí tus sentimientos?—dijo fingiendo una cara triste—Ya estoy aquí, dejemos de discutir y enséñame.

—Estúpida—murmuró pero Elle no lo escuchó—Vamos a empezar con algo fácil, como la poción alisadora.

— ¿La qué?

—Poción alisadora, hace que el cabello se alise, es lo más básico.

—Pues manos a la obra.

Malfoy le explicó todos y cada uno de los pasos. Fueron bastante fáciles en su mayoría, y al final ella tuvo que hacer la poción.

— ¡Listo!­—exclamó emocionada— ¿Cómo sabemos que está bien?

—Pues el color está marrón, como dice el libro—dijo Malfoy revisando el libro—Supongo que lo tendrás que probar en tu cabello.

— ¿Y sí lo hice mal?—se acarició el cabello— ¿Qué pasa con mi bello cabello?

—Pues se arruina, y tienes que volver a hacer la poción.

—Lo dices con tanta naturalidad­—dijo un tanto preocupada—Estás loco si crees que arriesgaré mi cabello.

Malfoy negó con la cabeza. Y Elle intentaba pensar en quién podría probar su poción, aparte de quería saber que estaba bien quería hacer una travesura, de esas que le encanta hacer.

—Podemos usarla con Filch—dijo con una sonrisa maliciosa—Su cabello es largo, y está muy feo.

— ¿Acaso te quieres meter en problemas?—Elle asintió—Estás loca.

—Tal vez un poco—dijo la pelirroja—Pero he estado muy aburrida, y amo hacer travesuras, si no quieres ayudarme, está bien, es porque eres grande, amargado y aburrido.

Cogió la poción y la puso en un frasco que encontró. Se salió del salón, con toda la intención de encontrar al conserje y vertérselo en el cabello. Aún no sabía cómo lo haría sin ser muy obvia, ­­pero siempre se las arreglaba.

— ¡Espera!—gritó Malfoy, la pelirroja estaba de espaldas pero sonrío—Está bien, pero si nos descubren yo no tuve nada que ver.

—Sabía que no te resistirías.

Seguían sin saber cómo hacerle, hasta que escucharon a Peeves y a Elle se le iluminó la cabeza.

—Hey Peeves—lo llamó Elle y el poltergeist se acercó—Te propongo un trato

—Peeves no hace tratos con alumnos­—dijo con despreció— ¡UNA PELIRROJA Y EL CHICO MALFOY SE ESCONDEN JUNTOS!—canturreó.

—Sh sh—intentó callarlo Elle— ¿Te gusta molestar a Filch, huh? Pues yo quiero hacerlo

—No va a funcionar—le susurró Malfoy—No seas idiota, y vámonos.

—Cállate—le susurró Elle concentrada en Peeves que pareció aceptar su propuesta porque dejó de gritar—Vete tu si quieres.

Pero el rubio tenía bastante curiosidad de ver que hacía la pelirroja, pero nada valía su puesto de prefecto. Pensó en irse, pero inmediatamente cambió de opinión, por razones desconocidas se quedaría con Rochelle.

— ¿Qué propones?—dijo Peeves con una sonrisa malévola

Elle le dijo su plan. Peeves les ayudaría a buscar a Filch, y ponerlo en una zona donde los chicos pudieran lanzarle la poción en la cabeza desde un piso arriba. Era un buen plan y tendrían tiempo para huir. Y el poltergeist aceptó.

Peeves empezó a tirar cosas a su alrededor para Filch saliera a por él y los chicos estarían en el sexto piso esperando para tirarle la poción. Malfoy reclamaba constantemente, y Elle lo jalaba del brazo constantemente para que caminara más rápido.

— ¡PEEVES!—se escuchó el grito de un furioso Filch que ya estaba debajo de la pelirroja y el rubio.

Elle no lo pensó dos veces y le tiró la poción color marrón a Filch. Le cayó en la cabeza y automáticamente volteo a ver hacia arriba alcanzado a ver rápidamente un cabello rojo.

Elle y Malfoy corrieron, y subieron hasta el séptimo piso. Ambos reían a carcajadas porque Filch les gritaba bastantes cosas. Pararon un momento, ya que se cansaron de correr, y por un momento pensaron que ahí el conserje no los descubriría, pero se equivocaron porque llegó atrás de ellos con el cabello tan esponjado que parecía afro. La pelirroja no pudo evitar reír como loca mientras Malfoy ahora la jalaba a ella.

— ¡MALDITOS ENGENDROS ME LAS VAN A PAGAR!—gritaba el conserje

Y los chicos se metieron a la primera puerta que vieron. Era un armario de escobas, y cosas para limpiar, y el espacio era bastante reducido, pero no tenían de otra.

Hasta Malfoy, el señor don perfecto reía. Fue bastante gracioso ver a Filch con el cabello así de esponjado, y tan enojado.

— ¿Viste su cara?—preguntó la pelirroja muerta de la risa y Malfoy asintió igual riendo—Bueno al menos comprobamos que eres un pésimo maestro.

— ¡Hey!—dijo Malfoy dándole un suave codazo—Tu eres la pésima alumna.

—No sé qué hice mal, su cabello estaba demasiado esponjado.

— ¿Secaste la pulpa con el encantamiento saccavi?

—Opps—dijo Rochelle llevándose una mano a la boca—Bueno, ya tenemos que irnos, seguro ya se fue.

Llegaron a la sala común de Slytherin sin problema alguno. Ya no había nadie, seguramente ya era bastante tarde así que ya tenían que ir a dormir.

—No pensé que me fueras a caer bien pelirrojilla—dijo Malfoy sonriendo.

—Estoy llena de sorpresa—contestó Elle yendo a su habitación—Y tú sigues sin caerme bien, rubiecito—dijo haciendo énfasis en el "rubiecito" y guiñándole el ojo.

—¡Mañana a la misma hora!

The Black Sheep. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora