Capítulo tres

75 7 0
                                        

Lan WangJi se sentía agotado. Un mes fuera de la secta se sintió como otro latigazo en la espalda. El llanto era más regular que antes y no podía dormir. Tenía la urgencia de ver donde estaba su Ying'er, su mente se confundía y empezaba a sentirse paranoico.

No dormía bien e intentó un sinfín de veces buscar el alma de Wei Ying, pero estaba tan agotado que algunas veces se quedaba dormido cuando tocaba inquiry y perdía su oportunidad de consultar a otras almas.

Estaba frustrado y agotado.

No podía seguir esperando.

Volvió a la secta y estuvo tentado de ir a la primavera fría para despejar su mente, pero su mente se sentía lenta por la falta de sueño. Los discípulos los saludaban cordialmente y Lan WangJi trataba de dar una buena imagen de sí mismo, así que los saludaba de vuelta y seguía su camino.

El día estaba despejado a pesar de que se acercaba el invierno en Gusu. No pensaba ir a otro lugar que no fuera su Jingshi.

Quería dormir mientras pudiera, de lo contrario acabaría con su vida antes de volverse loco.

Estaba tratando de no pensar en el Ying'er por si de alguna manera eso daba rienda suelta al llanto de nuevo. Hace apenas unas horas se había calmado y no necesitaba más de lo mismo.

Se quedó en su Jingshi hasta el anochecer. Habría dormido el resto de su vida si el llanto no lo hubiera levantado.

Se sentó abruptamente y se quedó mirando un punto vacío de sus aposentos hasta que el crujido volvió a sonar y su corazón volvió a caer sobre su estómago. El sentimiento lo dejaba sin aliento.

Estaba acostumbrado a la migraña que le seguía después, el sabor amargo de la situación se quedaba en su lengua y tuvo que mirar alrededor antes de levantarse y prepararse para salir de su Jingshi.

El cielo ya se estaba adornado con estrellas y los grillos cantaban entre el bambú y la hierba cuando salió del Jingshi.

Caminó entre los pasillos y se sentía aliviado de ver a discípulos o ancianos, aquí o allá. Se sentía aliviado de ver que todo estaba bien, los horrores de la guerra no es algo que se pueda olvidar, pero parecía una mejor realidad que la de una soledad absoluta.

Cuando llegó al Hanshi, notó que las luces seguían encendidas, así que trató de poner sus pensamientos en orden antes de acercarse y tocar la puerta.

La puerta se abrió y su Xiongzhang lo miró con algo de sorpresa antes de sonreír. Era la sonrisa que conocía y Lan WangJi se sintió aliviado por ello.

—WangJi, veo que regresaste antes. Preparé algo de té, ¿quieres un poco? —Su Xiongzhang se hizo a un lado para dejarlo entrar y se sentaron frente a la mesa baja en el recibidor.

—Mn. —Lan XiChen sirvió en dos cuencos té de Oolong, no parecía haber esperado ver a Lan WangJi poco antes de que se cumpliera un mes exacto. Sin embargo, tampoco dijo nada al respecto.

—Pareces agotado, ¿has dormido bien, WangJi? —Lan WangJi miró el cuenco con té y negó con la cabeza casi cabizbajo, pero en realidad estaba a nada de dormirse de nuevo después de ese sueño interrumpido.

Su Xiongzhang suspiró y Lan WangJi volvió a mirarlo solo para percatarse de la expresión preocupada en su rostro. Lan WangJi recordó el beso que le dio la versión de su Xiongdi en la otra realidad solo por esa expresión, sus labios hormiguearon de nuevo a pesar de que nada había sucedido.

Los lóbulos de sus orejas se enrojecieron y Lan WangJi no quería que su Xiongzhang lo notará, así que volvió a centrar su atención en el té y con suerte evitaría el contacto visual con su Xiongzhang y después una inminente pregunta curiosa sobre su repentina timidez.

There's the itch. But I'm not supposed to scratch [Lan XiChen/Lan WangJi]Where stories live. Discover now