Capitulo 1

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Tenia la mirada perdida en algún punto desconocido, las yemas de sus dedos trazaban lineas sin sentido sobre la ventana, sus oídos escuchaban el sonido que provocaban las gotas al caer, giró su mirada hacia donde se encontraban sus dedos y levantó un poco la vista, imaginando ver el cielo gris y triste, el mismo cielo que había visto la ultima vez y lo odió tanto por haber arruinado su dia, y de haber sabido que esa sería la última vez que vería un cielo tan gris y triste sin ningún rayo de luz, lo hubiera amado y y admirado durante horas, hasta que el primer rayo de luz cruzara haciendo la presencia del hermoso sol brillante.
¿Hace cuanto ya que no había visto el cielo teñido de tristeza? Había perdido la cuenta, ¿Desde hace cuanto ya que no había visto el cielo de dos colores? Sus colores favoritos; el celeste y el blanco.
Recordaba cuando Dayana halagaba sus ojos y su preciosa alma con el color del cielo.

-Me recuerdas tanto al cielo- sonrió mirando el cielo azul resplandeciente de Mayo

-¿Al cielo? ¿Por qué?- preguntó admirando las facciones de la chica, se veía tan hermosa con su cabello rizado como el oro y su rostro iluminado por los rayos del sol. Era tan hermosa, tanto por fuera como por dentro, ¿Como no enamorarse de semejante persona?

-Si, tu alma es blanca, tan pura, hermosa y buena- cerró los ojos sintiendo como el viento soplaba en su rostro- Tus ojos son tan azules como el cielo y tu cabello tan brillante y amarillo como los rayos del sol

La hermosura y personalidad de Dayana lo habían flechado desde el primer dia, desde el momento en que vió la hermosura de aquella chica, fue como amor a primera vista, pero al conocerla mas y ver que no solo era hermosa por fuera si no mucho mas por dentro, terminó completamente enamorado de ella.
Sin embargo, luego de aquel terrible accidente, ya no era la misma Dayana de la cual el se había enamorado, esa era otra Dayana.

-Dayana, ¿Eres tú mi amor?- preguntó el chico recostado en la camilla, mirando hacia el frente como si no tuviera vida, y en efecto, sus ojos no tenían vida.

La chica cerró con cuidado la puerta y a duras penas caminó hacia la camilla mientras lagrimas silenciosas caían por sus mejillas, no podía hacerlo, lo amaba tanto, le dolía verlo así pero sin embargo si ella seguía con el sufriendo, le haría mas mal.

-Niall...- apenas pudo articular su nombre. El chico instantáneamente sonrió al escuchar la voz de la chica que tanto amaba.

-Mi amor, te estaba esperando. El doctor me ha dicho que podré irme el viernes, le he pedido a mi madre que...- se calló de golpe al sentir una presión en sus labios.

Los movimientos de aquellos rosados labios de la chica eran desesperados y tiernos a la vez, era la ultima vez que besaría aquellos jugosos labios y quería recordar el contacto y sabor para siempre.

-¿Que fue eso?- preguntó Niall al no sentir mas aquellos labios encima de los suyos

-Lo siento Niall- susurró ella- No puedo tener un novio que no puede ver, no puedo salir con un chico que no me halague cada vez que me veo hermosa, ¡No quiero tener un novio ciego! ¡CI-E-GO!

Aquella no había sido su Dayana, esa era otra persona, pero desgraciadamente el no podía comprobar aquello, era su voz, pero tenía que ver sus ojos para comprobar aquello.

Niall suspiró rendido y recordó lo hermosa que era Dayana, ¿Que habría sido de ella? Habían pasado casi dos años y aun no podía olvidarla.

-Dayana, te extraño tanto- susurró antes de dejar que una lagrima se deslizara por una de sus mejillas.

En verdad la extrañaba, el no era un chico rencoroso y lleno de orgullo, aceptaba que la mujer que tanto el había amado le había hecho mucho daño y lo había abandonado cuando el mas necesitaba de su apoyo y amor para seguir adelante con su nueva vida, había imaginado las palabras perfectas que ella le diría para animarlo y hacerle saber que no necesitaba ver el mundo para vivirlo al máximo, en cambio de eso, lo había tratado como una basura, en pocas palabras le había dicho que siendo ciego no era absolutamente nadie en la vida, que no serviría como buen hombre en su vida, y en su parte tenía razón, ella necesitaba de un hombre que la halagara cada vez que se viera hermosa, ¿A que mujer no le encantaría ser halagada por un chico guapo o su propio novio? Desgraciadamente Niall ya no podía hcerlo, ya no podía halagar a ninguna mujer, aunque para el todas las mujeres eran hermosas, pero... ¿Alguna mujer creería en los halagos de un ciego?

The Blind Boy | n.h shortWhere stories live. Discover now