🌼~~~~~~~~~~ 00: Una bebé ~~~~~~~~~~

En başından başla
                                        

—Este lugar debería ser seguro por ahora —dijo Minato, colocando a Kushina y a la bebé en el suelo con cuidado —. Necesito informarle al Hokage lo sucedido y nuestro regreso.

Kushina miró a la pequeña con ternura, acariciando su mejilla suave, mientras el Namikaze se encargaba de escribir dentro de un pergamino.

—Minato, ¿qué vamos a hacer? No podemos dejar que caiga en manos equivocadas, no ella.

Minato se arrodilló junto a ellas, su expresión seria.

—Lo sé, Kushina. Lo prometimos, debemos protegerla con nuestras vidas.

Kushina asintió, su determinación renovada.

—Lo haremos, Minato. Protegeremos a esta niña, sin importar lo que cueste.

Minato sonrió, tomando la mano de su esposa.

—Juntos, siempre —dijo antes de invocar un pequeño sapo que daría su mensaje al Hokage, tomo el pergamino y lo envío—. Ya está listo. Le he dicho a Hiruzen-sama que regresaremos y que tenemos un tema importante y privado que discutir.

Con la bebé en brazos, Minato y Kushina se dirigieron de vuelta a Konoha, esta vez caminando por el suelo, entre los árboles. Al llegar a la entrada de la aldea, fueron recibidos por Hiruzen Sarutobi, el Tercer Hokage, y un grupo de ANBU. Hiruzen observó la mirada de Minato y comprendió de inmediato.

—Así que por eso han estado ausentes —dijo Hiruzen, refiriéndose a la bebé.

Minato asintió.

—Sí, ella es Masumi —presenta Minato, sosteniendo la mano de su esposa—. Namikaze Masumi, nuestra hija.

Hiruzen miró a la pequeña con una mezcla de sorpresa y ternura.

—Bienvenida a Konoha, Masumi-chan —dijo suavemente.

—Tenemos mucho que contar, Hokage-sama —Kushina sonrió, aunque sus ojos reflejaban el cansancio y la preocupación.

—Lo sé —respondió el Hokage—. Vamos a mi oficina. Necesitamos hablar en privado.

Minato y Kushina, con Masumi en brazos, siguieron a Hiruzen hasta su oficina, donde comenzaron a relatar los eventos que los habían llevado a ese momento. Hablaron de la persecución, de las marionetas, y del sorprendente chakra de Masumi. Hiruzen escuchó atentamente, asintiendo de vez en cuando.

—Es crucial que mantengamos esto en secreto —dijo Hiruzen finalmente—. Masumi debe ser protegida a toda costa.

Minato y Kushina asintieron, sabiendo que el futuro de su hija dependía de ello.

—Y lo otro —Hiruzen, continúa hablando—. Es una pena haber perdido a Obirama, era un gran shinobi.

—Y un maravilloso maestro —Kushina, habla con la voz entrecortada—. Obrirama-sensei era una gran persona.

Mientras salían de la oficina del Hokage, Minato miró a Kushina y a la pequeña Masumi con ternura.

—Haremos todo lo necesario para protegerte, Sumi-chan —prometió.

Kushina asintió, sosteniendo a su bebé con amor.

—Siempre estaremos contigo —susurró.

Al día siguiente, los rumores sobre la bebé Namikaze se murmuraban en cada rincón de Konoha. Nadie sabía con certeza si eran ciertos, pero la curiosidad y la especulación crecían minuto a minuto. Kakashi y Rin, alumnos de Minato, no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo. Sabían que Kushina, la esposa de su sensei, había estado fuera de la aldea durante un buen tiempo, y que Minato solo aparecía en la aldea para misiones importantes o para impartir enseñanzas breves antes de desaparecer nuevamente. Esta situación les resultaba extraña, pero no se atrevieron a preguntar.

Una hora antes de su entrenamiento, ambos recibieron un mensaje de su sensei, pidiéndoles que se reunieran en su casa. Kakashi y Rin intercambiaron miradas curiosas antes de dirigirse a la residencia de Minato y Kushina. Al llegar, Minato les abrió la puerta con una sonrisa cálida.

—Gracias por venir —dijo Minato, su voz llena de emoción contenida—. Kushina y yo tenemos una sorpresa para ustedes. Es un momento muy especial y estamos felices de poder compartirlo con ustedes.

Kakashi y Rin se miraron, intrigados, y siguieron a Minato hasta una habitación al fondo de la casa. Al entrar, encontraron a Kushina sentada en un mueble, sosteniendo un pequeño bulto envuelto en una manta rosada. La expresión de Kushina era de pura felicidad y amor.

—Acérquense —les alentó Minato, su voz suave pero llena de orgullo.

Con pasos cautelosos, Kakashi y Rin se acercaron al mueble. Al inclinarse, vieron a una pequeña bebé de piel blanquecina, nariz perfilada y rosada, y una mata de cabello blanco. Les sorprendió ver los ojos de la bebé, de un azul claro, casi idénticos a los de Minato, pero con un tono más suave. Pero lo que les impacto más, fue ver la pequeña media luna morada dibujada sobre la frente de la bebé.

—Ella es Masumi —dijo Kushina con una sonrisa radiante—. Namikaze Masumi.

Kakashi y Rin se quedaron sin palabras por un momento, asimilando la noticia. Después de la muerte de Obito, el equipo había sentido un vacío profundo. La llegada de Masumi era como un soplo de aire fresco, una nueva esperanza.

—Es hermosa —murmuró Rin, sus ojos llenos de lágrimas de alegría—. ¡Felicidades, sensei! ¡Felicidades, Kushina-san!

—Sí, felicidades —Kakashi, aunque más reservado, no pudo evitar sonreír detrás de su máscara—. Es una gran noticia.

Los adolescentes no dirán nada sobre la media luna, esperarán que su sensei o la mujer de este, les diga algo. No quieren parecer chismosos.

—Gracias —Minato asintió, su mirada llena de gratitud—. Sabemos que ha sido un tiempo difícil para todos, pero esperamos que Masumi traiga un poco de luz a nuestras vidas.

Kushina acarició suavemente la mejilla de la bebé, quien se movió ligeramente en sus brazos.

—Ella ya ha traído mucha felicidad a nuestras vidas. Y estamos seguros de que también lo hará en las suyas.

Rin se inclinó un poco más para ver mejor a la bebé.

—Hola, Masumi-chan —susurró con ternura—. Soy Rin. Espero que podamos ser amigas.

Kakashi observó la escena, sintiendo una calidez en su corazón que no había sentido en mucho tiempo.

—Bienvenida al equipo, Masumi —murmura suavemente, el peli plata.

Minato y Kushina intercambiaron una mirada de complicidad y amor. Sabían que, aunque el camino por delante sería desafiante, tenían el apoyo de sus amigos y la fuerza de su familia para enfrentarlo.

La llegada de Masumi no solo había traído alegría a la vida de Minato y Kushina, sino que también había reforzado los lazos del equipo 7, dándoles una nueva razón para seguir adelante.

Y así, con el inicio de una nueva vida y un futuro incierto, la familia Namikaze se preparó para enfrentar los desafíos que vendrían.

Y así, con el inicio de una nueva vida y un futuro incierto, la familia Namikaze se preparó para enfrentar los desafíos que vendrían

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Princesa Suiton ||Itachi Uchiha||Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin