Lysandro, Mírame [Corazón de Melón]

Especial Halloween

Esto es un gran avance, después de todo, no es algo que ocurra muy seguido.

Después de eso diseñamos un modelo juntas.

Estábamos tranquilamente en mi casa cuando a Rosalya le llega una llamada de Leigh, el cual necesita la ayuda de mi amiga para cuidar la casa en unas cuantas horas. Él y Lysandro irían a hacer unas compras.

Llegamos a su casa, nos sentamos en la alfombra y como era de costumbre, la lengua no nos paraba, realmente jamás se acaban los temas cuando estoy con ella.

—¿Y, Su? ¿De qué te gustaría que se disfrace Lys? —sonrió con picardía—. ¿Qué te gustaría que usase?

Es una pregunta interesante.

—Supongo que... su traje de piel es el que más me gusta —sonreí y Rosalya rió.

—¡Eres una pervertida! —me guiñó—. Y... ¿Cómo van las cosas entes ustedes? ¿cómo va la dosis de amor? —no pude evitar sonrojar.

—Yo diría que bastante bien —ya habían pasado diez meses desde que él y yo tuvimos nuestra primera relación sexual. Había aprendido a tomarle un gran gusto al acto.

—¿Y qué? —sus cejas se movieron se forma insinuante— ¿es una bestia en la cama? —atacó.

—No sólo en la cama... —sonreí con aire de perversión—. ¿Por qué? ¿Leigh también lo es? —contraataqué

—SU PI E RAS —reímos—. Ahora dime, fuera de bromas ¿de qué quieres ver vestido a Lysandro?

—¿Te parece que estoy bromeando? —crucé mis brazos.

—No, créeme —tomó un poco del jugo que estaba bajo la mesa—. Pero ¡por favor! hablo de algo que se pueda usar en público —rió.

—Ahh, ya veo —entonces...—. Un vampiro —respondí mordiendo mi labio. Estoy segura que eso le quedaría bien.

—Oh... suena bien... —dijo apoyando los codos en la pequeña mesa de la habitación. Estábamos en la pieza de Leigh.

—Que bese y muerda mi cuello la veces que él quiera. Me gustaría verlo quitarse el pañuelo y la camisa mientras me besa —Lysandro despertaba un lado en mí que no conocía. Rosalya volvió a reír—. ¿Y tú? ¿De qué quieres ver a Leigh?

—De stripper —respondió. No pude evitar carcajear ante esa respuesta.

—Pero después yo soy la pervertida —me burlé.

—¿De quién crees que lo has aprendido?

—Toda la razón —asentí.

—Sucrette... y... —susurró— ¿cómo te gusta tener acción con Lysandrito?

Obviamente me daba un poco de vergüenza contar las cosas que hacía con Lysandro en la intimidad, pero Rosalya era mi mejor amiga. Ella también me contaba sus cosas. Nos reíamos y compartíamos nuestras experiencias de los callados hermanitos Ainsworth.

—Depende de la ocasión —dejé escapar una sonrisilla—. Hay veces que es más romántico, y otras...

—¿Duro contra el muro? —intentó terminar mi frase.

—¡Qué sea contra cualquier cosa! El muro es sólo un lugar, es lo de menos —se escucha un sonido de cerradura e inmediatamente la puerta de la habitación que se encontraba a mis espaldas se abrió dejando entrar a Lysandro y Leigh.

No importa el tiempo que pase, el mundo seguirá queriendo humillarme.

—¿Estaban escuchando, no es así? —reprendió Rosalya al tiempo que sentía mis mejillas ponerse rojas.

Tiene que ser un mal chiste.

—¿Yo un stripper y Lysandro un vampiro? Se pusieron creativas, ¿no, Rosa? Esto tiene pinta de ser influencia tuya —sonrió Leigh.

—¿Yo? Ella es pervertida por naturaleza, no soy la culpable —me apuntó—. Si quieres repartir culpas, yo creo que tu hermanito tiene mucho que ver, ¿no?

Volteé a ver a mis espaldas. Lysandro estaba incluso más rojo que yo.

—Ho...hola —saludé tratando de calmar las ganas que sentía de salir, correr y perderme en la nada.

—Hola Su —saludó Leigh con una maliciosa sonrisa—. Rosa, necesito tu ayuda, ¿me acompañas a dejar las telas en la tienda?

—¡Cómo no! —se levantó—. Nos vemos Su, después continuará nuestra charla —guiñó un ojo y ambos salieron de la habitación dejándonos solos.

Lysandro se acercó lentamente a mí y se agachó.

—¡Ho...hola! —extendí mis brazos y lo abracé desde su cuello ocultando mi rostro en la curvatura de este.

—Hola... —correspondió mi abrazo.

—¿Qué... sucede? —pregunté al verlo tan extraño.

—Nada... sólo que... preferiría que nuestra intimidad no quedase en manos de Rosa.

—Ah... eso —mis mejillas estaban ardiendo—. ¿Desde hace cuánto estaban escuchando?

—Creo que no es necesario saber... —respondió.

Me solté de su abrazo y ligeramente lo empujé dejando su espalda contra la alfombra. Me subí quedando sobre él, colocando mis brazos a sus costados.

—Dime —sonreí pegando nuestras frentes—, o voy a castigarte —escuché una risilla.

—¿Si te digo que quiero ese castigo —arrastró su ronca voz—, qué vas a hacer? —mordió su labio. Cómo puede ser tan atractivo, dios mío.

—Espera un segundo —le susurré y me levanté del suelo—. ¡Leigh, Rosalya, salgan de la puerta. Ahora! —grité.

—Buu... —dijeron—. Nos descubrieron —salieron de su escondite tras la puerta.

—¿Qué hacían? —me crucé de brazos.

—Fue su idea —se apuntaron mutuamente.

Lysandro, que se había avergonzado nuevamente, se levantó y se puso a mi lado.

—No deberían estar espiándonos —Lysandro también se cruzó de brazos y arqueó una ceja.

—Está bien, está bien —dijeron levantando los brazos—. Ya nos vamos.

Para asegurarnos, los seguimos hasta la salida de la casa y al ver cómo se alejaban, entramos.

—Esos dos son peligrosos —comenté.

—Definitivamente —confirmó—. Ahora... ¿en qué estábamos? —preguntó acorralándome con una sonrisa después de cerrar con llave la puerta de la entrada principal.

Cuando estamos solos, se pone pervertido.

—Pues... Iba a castigarte —situé mis brazos en su cuello y junte nuestros labios acompañada de una maliciosa sonrisa.

—Cierto —me estrechó más fuerte a su cuerpo—. Vamos, dame ese castigo.

* * *

¡Hola chicas! (Tanto tiempo sin saber de ustedes :'))

Esta es la primera parte del especial, el resto saldrá más adelante. Es para que no le olviden de esta novela que tanto las quiere :3

(Díganme ustedes si subo la segunda parte para cuando sea Halloween o en unos días)

Las extrañé mucho. Decidí subir esto, ya que me di cuenta que se me olvidó subir el especial San Valentín... D:

El fanfic se va a someter a una URGENTE edición, ya que está escrita cuando era muy nueva en Wattpad. Estuve tentada a borrarla mucho tiempo, pero le guardo cariño.

¡Un gran saludo!