Limitless • Jaeyong

7.

—No... ¿más o menos? Me duele como si quisiera... —Dios, esta era la conversación más embarazosa de su vida, pero la desconcertante pesadez y el dolor empeoraban bajo la mirada de Jaehyun.

Taeyong miró la boca de Jaehyun, esperando que entendiera lo que quería decir sin que él tuviera que decirlo.

La garganta de Jaehyun se movió. Volvió a lamerse los labios. —Intento ser un hombre mejor, Yong —dijo.

Cuando Taeyong le lanzó una mirada confusa, Jaehyun gimió y volvió a enterrar la cara contra el vientre de Taeyong, respirando con dificultad, con los anchos hombros agitados como si hubiera corrido una agotadora maratón.

—¿Jaehyun?

—Seguramente no puedes ser tan inocente y puro, Yong.

Taeyong parpadeó antes de reír. —¿Puro? Definitivamente no soy puro, cariño.

Jaehyun lo miró con el ceño fruncido y las manos flexionadas a los lados de Taeyong. —Lo que esos imbéciles te hicieron de niño no tiene importancia. Eres inocente y puro. Demasiado puro para tu propio bien

Taeyong no discutió, sabiendo que era inútil discutir con Jaehyun sobre el tema. —No entiendo qué tiene que ver mi pureza -o la falta de ella- con esto —Se señaló el pecho dolorido y sensible.

Jaehyun se pellizcó el puente de la nariz.

—Tu cuerpo quiere sexo —dijo sin rodeos.

Taeyong lo miró fijamente. —¿Qué? Eso no puede ser verdad. Lo sabría si fuera verdad, ¿no?

La expresión de Jaehyun se tensó. —Estás tomando fuertes supresores, desde hace años. Parece que no sabes nada de tu cuerpo y sus necesidades. Créeme, lo que sientes es excitación.

—Pero... — Taeyong se retorció. —Yo no... yo no te quiero así —No podía. Jaehyun estaba absolutamente fuera de los límites. Taeyong no podía quererlo así. Sencillamente, no podía.

El rostro de Jaehyun se endureció. Durante un largo momento, no dijo nada.

—El deseo sexual es una necesidad física —dijo por fin, con voz apagada. —Tiene poco que ver con la persona con la que estás. No me lo tomo como algo personal —Su mirada se desvió hacia el pecho desnudo de Taeyong, y un músculo saltó en su firme mandíbula. —Tus tetas no tienen leche. Te duelen porque quieres que te toquen y excitarte. Así de sencillo.

Taeyong sacudió la cabeza aturdido. —Pero no se me pone dura —dijo. —Casi nunca se me pone dura. Se supone que se te pone dura cuando estás excitado —Eso sí lo sabía. No estaba completamente despistado.

La expresión de Jaehyun se volvió aún más dolorosa. —Eres un omega. La erección es para ti un signo secundario de excitación. Y después de décadas con fuertes supresores puedes tener disfunción eréctil. Eso no significa nada —Se encontró con la mirada de Taeyong. —¿Se te pone dura?

Con los ojos muy abiertos, Taeyong balbuceó: —¡Ese no es un tema de conversación apropiado!

Jaehyun esbozó una sonrisa irónica y sin gracia. —¿Y enseñarle las tetas a un alfa y decir que te duelen lo es?

Taeyong se sonrojó. Cuando Jaehyun lo decía así, su comportamiento era terriblemente indecente. Pero se trataba de Jaehyun. No era como si nunca lo hubiera visto en topless. —No eres un alfa cualquiera —dijo Taeyong incómodo. —Es diferente.

La expresión de Jaehyun era extraña. —Bien. Entonces contéstame. ¿Te pones resbaladizo?

—A veces —dijo Taeyong, apenas capaz de mirarle a los ojos. —No muy a menudo. Por lo general, alrededor de mis calores. Los supresores no pueden suprimirlo del todo.