Nuevos cambios.

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Ya había pasado varios meses desde que paso toda esa pesadilla. Milk traba de llevar una vida normal al lado de su esposo, pero era difícil después de lo ocurrido y mas por el parecido que tenia con su hermano gemelo. Goku para poder acercarse mas a su mujer le pido a Piccolo que cuidara de algún tiempo de Gohan, para estar a solas con ella y recuperarla. Así Gohan aprovecharía para entrenar y aumentar su ki.

Goku notaba ciertos cambios en el comportamiento de su mujer. Cuando le notifico la salida de Gohan no puso resistencia alguna como antes, ni lo forzó a que estudiara. Ya no le gritaba y apenas ni le hablaba, lo único que no había cambiado era la abundante comida que le servia y que no dejaba de hacer las cosas de la casa. A pesar de sus arranques y su mal humor Goku extrañaba a la mujer de la cual se enamoro. Por alguna razón extraña no entendía por que siempre evitaba tratar de acercarse a él. Si antes era difícil para Goku acercarse a su esposa de una manera intima y amorosa, ahora era mucho peor por su indiferencia. Hasta había cambiado su forma de vestir. Milk seguía teniendo ese toque recatado pero un poco menos que lo inusual, algo que ponía loco a Goku. Como había rejuvenecido parecía esa chica adolescente con la que se caso, vistiendo ese traje de batalla color azul del torneo. 

Milk le dolía rechazar a su esposo, pero tenia razones muy poderosas para hacerlo. No solamente era el gran parecido a Turles, si no que no se sentía digna de su esposo. Además quería recuperar todo lo que había perdido en esa nave, incluyendo su vida normal con su familia.

Tenia otras cosas en la mente. Quería cambiar su vida y no volver a ser la misma ama de casa resignada que esperaba a su tonto esposo. Así que se le ocurrió una brillante idea para aumentar su potencial y buscar la manera de acercarse un poco mas a su inocente Goku

Tal vez Bulma me puede ayudar con mi problema" — pensó Milk.

Corrió rápidamente hacia la recamara y busco el uniforme de saiyajin que estaba guardado en el armario. Antes de irse de la nave de Turles pudo llevarse dos frutas del árbol del sagrado. Los tomo rápidamente escondiéndolas debajo de su ropa, saliendo disparada hacia afuera de la casa donde se encontraba Goku entrenando con Krilin.

—Hola Milk— saludo Krilin algo preocupado.

—¿Cómo estas Krilin? —sonrió Milk felizmente.

—Oye Milk acaso ¿vas a salir? —pregunto interrumpiendo Goku rascándose la cabeza extrañado.

—Si, iré a casa de Bulma— explico a su esposo—, necesito hablar con ella.

—Pues si quieres te puedo tele transportar hacia allá— propuso Goku sonriendo.

—No hace falta iré volando—dijo Milk a su esposo.

—¡QUEEEE! —exclamaron Goku y Krilin al mismo tiempo.

Milk se quedo sorprendida por la reacción de su esposo y su amigo.

Demonios, se me había olvidado que ellos no sabían que volaba que tonta — pensó esta.

—¿Milk tu sabes volar? —pregunto impresionado Krilin mirando a Goku.

—Emm si, Turles me enseño— explico sin entender la cara de impresión de Krilin y su esposo.

—¿Por que nunca me lo dijiste? —pregunto Goku algo dolido.

—Tu nunca preguntaste—contesto amablemente, como quien no quiera la cosa—. Bueno ya me voy nos vemos.

Se despidió dándole un beso tierno a su esposo como siempre solía hacer cuando se iba. Saliendo disparada, volando hacia la casa de Bulma.

El rapto de Milk. Parte I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora