Dime tu nombre.

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Turles entraba a la habitación a dejarle un poco de comida a la mujer, pero esta siempre le tiraba la comida encima cosa que le resultaba divertido. Milk siempre le pedía que le diera algo de ropa, cansada de taparse con la manta. La contestación de Turles siempre era la misma "no la necesitas"— decía riéndose burlonamente.

Milk trataba de llevar la cuenta de cuanto llevaba en ese calvario, enserada ya casi cumpliendo el mes. Turles le hizo una visita pero esta vez no traía comida en sus manos si no una manta nueva.

—Mira te traje ropa nueva mujer — anuncio quitándole la manta que tenia y dejándola desnuda.

Ya era tanta las veces que Turles la había visto desnuda que no le importaba. Lo que quería era matarlo y salir de toda esa situación. Turles tomo la manta vieja y sucia y le tiro una nueva y limpia, mirándola desnuda con ojos seductores.

—Por lo que veo ya no me deseas — observo mirando a Milk.

— Tu voz será la misma al igual que tu rostro, pero no eres Goku — raspo Milk tajante mirándolo con sumo odio.

— ¿Al menos me puedes decir tu nombre? —pregunto burlándose de esta.

—No te diré nada — contesto ella cortante dándole la espalda.

A Turles ya se le había acabado la paciencia que tenia con ella. Así que furioso se acerco a la mujer rápidamente y la tomo por el cuello alzándola en el aire con una sola mano. Llena de rabia forcejeo con él gritando y exigiéndole que la bajara, pero el guerrero solo rió a carcajadas.

—Si no me dices tu nombre, no pasara nada bueno— anuncio apretando un poco mas el cuello.

— Soyy...so...Milk... — contesto Milk temerosa sin poder respirar.

Al contestar Turles la soltó suavemente, poniéndola en el suelo. Ella callo desplomada al no poder respirar. Al verla en el suelo la tomo en sus brazos y la puso encima de la cama.

—Ves, no es tan difícil — dijo acariciándole el rostro.

Milk se quedo tranquila, no valía la pena pelear si quería seguir viva. Tenia que seguirle el juego a Turles y mas si quería ver su hijo y esposo una ultima vez. El saijayin se acerco un poco mas a ella bruscamente y la beso fuertemente. Milk no puso resistencia pero su repugnancia era muy grande, con ganas de vomitar. Al darse de cuenta Turles rió a carcajadas.

—Sabes, para que se te haga mas fácil la vida conmigo por que no imaginas que soy Kakaroto. Así será menos asqueroso para ti —propuso Turles seriamente — Poco a poco te darás cuenta que no soy tan malo como imaginas.

Milk no tenia opción, tendría que apegarse a toda esa situación a como de lugar. Y buscar alguna manera de escapar de Turles y llegar a la tierra.

El rapto de Milk. Parte I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora