BLEAU & OWEN

C A T O R C E

Owen Biggs

Termine dejando a Bleau en su casa después de desayunar, me dio las gracias por el fin de semana y se marchó dejando un pequeño vacío en el ambiente.
Mis padres no molestaron mucho en cuanto a ella así que pude relajarme hasta la noche cuando era hora de volver a la residencia. quería volver porque eso significa ver a Bleau por los pasillos o en el comedor.

—¿Como fue la fiesta? —preguntó Liam.

Estábamos los cinco en la sala común. Aless, Galen, Gisella, Liam y yo. no teníamos nada que hacer así que decidimos veniros hasta el toque de queda. No había visto en la cena a Bleau pero tal vez ya había cenado con su casa así que no me preocupe.

—Yo me fui con Bleau al rato de llegar, olive la molesto.

—¿Tú y la rubia tenéis algo? —mire a Galen que me preguntaba con una sonrisa.

—Somos amigos, necesita un amigo y es fácil estar a su lado —les vi mirarse entre ellos pero la única que hablo fue Gisella.

—no les hagas caso, Bleau es guapísima, si te gusta lo entenderíamos.

—¿Por qué no contáis como os fue a vosotros la fiesta? —quise cambiar de tema y vi a Aless echar una rápida mirada a Gisella. Algo escondían.

—Me lie con una chica de tu clase de historia —Liam nos contó por encima su lío del fin de semana y luego Galen como estaba con su novia.

En seguida llegaron la hora de queda así que decidimos irnos a nuestras habitaciones para descansar por la semana que se venía.

El lunes pasó sin señales de Bleau, lo que me preocupó un poco, pero pensé que tal vez tenía que cuidar de su padre. Le mandé un par de mensajes por Instagram, pero no obtuve respuesta. Para el martes, seguía sin aparecer en clase, ni en el comedor, ni en los entrenos. Mi preocupación crecía, así que decidí insistir con más mensajes. Nada. estaba preocupado porque nadie sabía nada de ella, ni si quiera su entrenadora.

Sin embargo, cuando llegó el miércoles y aún no había señales de ella, no pude contenerme más. Le pregunté a Emma, su amiga, como
siempre iba junto a Carson agarrados como lapas paseando por los pasillos del instituto.
—Oye, ¿Sabes algo de Bleau? —le pregunté al cruzarme con ella en uno de los pasillos del instituto.
Emma frunció el ceño, claramente confundida.
—No, no he sabido nada de ella, pensé que estaba mala.

El jueves por la noche, después de las clases y los entrenamientos, no pude aguantar más. llame a mi chofer y decidí ir directamente a su casa, que era el ultimo sitio donde la había visto. Sabía que su situación con su padre no era fácil, pero temia que esta vez fuera algo malo.
Al llegar me fije en la fachada, apenas se veían luces y las cortinas estaban echadas, lo que solo aumentaba mi inquietud. Toqué la puerta y esperé. Nada. Toqué otra vez, más fuerte y algo molesto con la situación. Finalmente, escuché unos pasos débiles al otro lado.

La puerta se abrió lentamente, revelando a  Bleau Su aspecto me alarmó al instante. No era la chica que caminaba por los pasillos. Tenía los ojos hinchados y el rostro más pálido de lo normal, como si no hubiera dormido en días. Podía ver las media lunas debajo de sus ojos. Joder. ¿Estaba descansando bien?

—Bleau, ¿qué está pasando? —le pregunté, sin poder ocultar mi preocupación.

Bajó la mirada y abrió la puerta lo suficiente para dejarme entrar. Nada más entrar el olor característico de su casa me invadió aunque esta vez tenía un aspecto mucho más desordenada y sucia.

—Es mi papá... —murmuró, haciendo un gesto hacia el salón. Lo seguí y vi a su padre en el sofá, pálido y con respiración entrecortada. Tenía los ojos cerrados y parecía estar durmiendo. Se veía mucho peor de cómo le había visto hacía unos días.