Eres la suerte de mi vida 2

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                                                                                      Capítulo 1


Me desperté y vi que me encontraba en una habitación con paredes blancas, estaba en una cama con sábanas blancas y de estructura de madera, no estaba sola, en la cama se encontraba un chico dormido de pelo rubio, con musculosos brazos y estaba vestido solo con un pantalón de pijama por lo que se podía ver su torso desnudo, el cual estaba bien definido. Al lado de las camas se encontraban dos mesillas de color blanco. La que estaba colocada a mi lado tenía un libro, una lámpara, una pequeña botella de agua y un despertador. La que estaba colocada al lado del chico tenía varios libros encima, un despertador y una lámpara.

Me quité la sábana que me cubría y vi que iba vestida con un pantalón corto de pijama y una camiseta de tirantes por mi vestimenta pensé que era verano.

En las paredes de la habitación había varios cuadros colgados. Fui al que estaba más cerca de mí y vi que había una chica de pelo moreno y ojos verdes besando a un chico rubio, me giré y vi que el chico que había en la cama se parecía al del cuadro, seguro que era una foto de él con su novia. Seguí mirando el cuadro y en él había dos niños sentados en el suelo jugando. Peor, no era su novia, era su mujer y tenía hijos. Me dirigí a otro cuadro y este tenía la palabra "love" seguido de una foto con dos manos cogidas, cada mano tenía un anillo, un anillo de boda, para terminar había una foto de una chica y el mismo chico de la cama vestidos de boda. Casado, lo que me temía. Vi el último cuadro que había en la habitación y era el chico de la cama y de los anteriores cuadros jugando al fútbol, con una copa redonda, que tenía todos los países dibujados en ella y ponía en el cuadro "dreams come true". Supuse que la copa sería la copa del mundo y que la habría ganado jugando al fútbol.

Vi que había una ventana y me acerqué a ella, en realidad, era un balcón así que decidí salir al balcón. Pude ver que delante de mí había un patio, todo de césped con dos árboles, una piscina de obra, un cenador y dentro de él una mesa con varias sillas, también había sillones. Fuera del cenador había columpios, supuse que para los niños de él. Alrededor del patio de esta casa, había más patios y más casas. Levanté la mirada y vi unas montañas a lo lejos. Así que estaba en un lugar de montaña.

Salí del balcón y entré de nuevo a la habitación, vi que había dos puertas, una daba al pasillo y otra al cuarto de baño, entré al baño. Dentro del baño había una cortina de ducha tras la que se encontraba una bañera, pensé en darme un baño, pero con un extraño en la otra habitación no me fiaba, pero seguro que ya me había visto desnuda. Seguí observando el baño, nada fuera de lo normal, todo lo que suele haber en un baño.

Fui a la ventana y la abrí, pude ver que el patio de atrás se unía al de delante, enfrenté de mí había otra casa, en la ventana había una chica que me saludó y yo la saludé. ¿Me conocía? Yo no la recordaba.

Me acerqué al espejo y vi el reflejo de una chica con pelo moreno, largo y liso con unos ojos verdes, cara muy bien cuidada, sin arrugas, sin granos, sin espinillas. Toqué la piel de mi cara y estaba suave por lo que se veía me cuidaba. Entonces, recordé la chica de la foto, me parecía a ella, pero no creo que sea ella porque si no me acordaría de este sitio, de este chico, pero realmente no me acordaba de nada, ni siquiera de quien era yo así que había una posibilidad de que ese chico de ahí fuera fuese mi marido y que los niños de las fotos fueran mis hijos.

Volví a la habitación y el chico ya se había despertado. Me sonrió y me pidió que me acercara a él, lo hice, no se le veía peligroso. Me senté en la cama a su lado, él me dio un beso en la mejilla y después otro en los labios. Besaba bien, muy bien.

-Te quiero, Clarissa.- dijo él.

Ya sabía como me llamaba, mi nombre era Clarissa.

-No puedo decirte que te quiero, no te conozco.- dije.

-Lo sé, Clarissa, sé que no recuerdas nada.- dijo él con lágrimas en los ojos.

Sentí un instinto de abrazarle y así lo hice.

-No llores, seguro que acabaré recordando.- dije.- ¿Cuánto llevo así?- pregunté.

No sabía si eso podía suceder, pero sentí la necesidad de expresarlo porque él quería que yo recordase y yo quería recordar.

- Dos meses y ayer te traje dormida a casa, los médicos dijeron que sería buena idea que hoy al despertarte lo primero que vieses fuese la casa por si recordabas algo al verla y bueno, a mí no me han dejado estar contigo hasta ahora, solo podía ir a verte cuando estabas dormida y tenía que verte a través de un cristal, no había podido cogerte la mano, ni darte un beso hasta ahora y eso no era vivir, verte allí en el hospital.- lloró y después continuó.- En un principio estuviste en coma, durante un mes y al siguiente mes te hicieron pruebas, dormías mucho porque estabas cansada por las pruebas, he sufrido mucho y por fin te tengo aquí, pero no me recuerdas, ni a tus hijos, no recuerdas nada...

- ¿Cómo te llamas?- le pregunté antes de que llorase.

- Erik Durm.- dijo él.

- Bonito nombre, Erik.- dije sonriendo.

Él sonrió, me besó y me dejé llevar. Poco a poco, él me quitaba la ropa y yo se la quitaba a él. No sentía miedo, sentía ganas, no sabía de donde salían esas ganas, pero las sentía.

Sentí su cuerpo encima del mío. Estábamos unidos y fue ahí, en esa unión cuando poco a poco los recuerdos fueron apareciendo. De golpe, uno tras otro, pero no se iban, se quedaban ahí y si quería recordarlos de nuevo, volvían a aparecer, se acumulaban en mi mente.

-Erik... Erik Durm campeón del mundo, me tiraste un café encima, así fue como nos conocimos.- dije.

Erik paró y se separó de mí. Me miraba con una sonrisa en la cara.

-¿Lo recuerdas?- preguntó.

-Sí, recuerdo como me enfadé, como te grité y como casi ensucias mis papeles, yo era abogada y supongo que seguiré siéndolo.- respondí sonriendo.

Erik se puso el pantalón y dejó su torso desnudo.

-Te recuerdo Erik.- dije abrazándole y besándole.

-Clary, cuanto he querido esto.- dijo él mirándome mientras sus ojos brillaban.

- Así es como me sueles llamar, es el apodo que me pusiste.- sonreí mirando fijamente sus ojos.

Eres la suerte de mi vida #appleawardsWhere stories live. Discover now