Tomo una pluma y se la clavo en su antebrazo, de esa herida empezo a escurrir sangre leve, más al momento de remover el objeto de escritura, empezo a correr en mayor cantidad.

- La regeneración es lenta.. - Artículo mientras veía como el sangrado se detenía lentamente. - Mi gracia no se ha recuperado por completo..

Suspiro mientras buscaba unas vendas para poder atarlas en su herida evitando qué se escurriera más de ese liquido caliente.

- Bien, a lo que venía..

Tomo su celular empezando a buscar entre sus contactos, no hablaban desde hace eones, pero sabe que sin su ayuda el estúpido de ese ángel no querrá ayudarle en su misión.

- Aquí estas... - Cantullo mientras marcaba el nombre indicado. - Vamos, contesta...

- ¿Bueno?... - Se escucho tras la línea.

- Hola, a pasado un tiempo...

- Te dije que no me llamaras si n-

- Si no era una emergencia, lo sé. - Interrumpió irritado.

- ¿Y luego?...

- Necesito que vengas al palacio... Requiero de tu presencia para un asunto importante...

***

Veía su reflejo a travez de ese cristal, el viento resoplaba con fuerza, las ramas se movían sin control golpeando el ventanal de su recamara, y esos relámpagos solo hacían ver cuan molesto se encontraba su majestad en esos momentos, que impotente se sentía, cuanto daría por estar a su lado calmandole de su dolor.

- ¿Pensando en Lucifer?

Se dió la vuelta observando como su otro ser entraba en la recamara con una bandeja de comida.

- ¿Si sabes que no soy fanático de todo lo que tenga que ver con la función alimenticia? - Respondió su pregunta con otra.

- Es una lástima. ¿Sabes...? - Artículo mientras posicionaba la bandeja sobre la cama - Me esforcé en cocinarte todo esto - Se cruzo de brazos al mismo tiempo en que se recostó en la pared para verle con más atención.

- Pues nadie te lo pidió - Respondió irritado mientras realizaba la misma acción que el contrario, sobre el ventanal.

- Eres un aguafiestas.

- Bueno. No estoy aquí para ser un cubo de azúcar querido. - Respondió simple y sencillo.

Aunque le había ordenado llamarle de esa manera había algo irritante en el tono de voz que útilizaba, no sonaba genuino, no como se lo decía a Lucifer.

- Llévate eso. Apestas la recamara.

Se dió vuelta nuevamente viendo hacia los afueras, parecía ser que la tormenta empeoraba cada momento más.

Alfred chasqueo los dedos desapareciendo la bandeja, solo podía ver como el ciervo veía la lluvia con tranquilidad, pero él sabía que realmente Alastor no se encontraba así, seguramente esta nostálgico, extrañando al repudioso de su exprometido.

- ¿Necesitas alguna cosa ó solo has venido a verme contemplar la lluvia? - Pregunto irritado sin siquiera dirigirle la mirada.

- Quiero que cumplas con tu parte del trato - Exigió con simpleza.

- ¿Tan pronto? Al menos invítame a un café primero - Respondió burlesco, aún sin dirigirle la mirada.

- Déjate de estupideces Alastor - Reclamo dejando ver su enojo.
- Hicimos un trato, cumplelo. -
Camino hasta quedar en medio de la habitación.

Alfred no tuvo tiempo a reaccionar cuando fue lanzado a la cama bruscamente, al momento de abrir los ojos diviso al ciervo arriba suyo con una sonrisa extraña, parecía una triunfal, pero no entendía del porqué mostraba esa expresión, si se suponía que lo hacía contra su voluntad.

- ¿Qué estas...?

Alastor lo tomo de su cintura haciendo que un suspiro traicionero saliera de sus labios.
El ciervo empezó acercar sus labios a los suyos, provocando que por instinto cerrará sus ojos de igual forma.

Pasaron los segundos y no recibió interacción alguna, más abrió los ojos al sentir como era levantado de la cintura quedando recostado en el pecho del mayor.

Quedo confundido ya que esa no era la acción que estaba esperando.
- Alastor, ¿Qué haces?...

- Me pediste que cumpliera mi parte del trato y eso hago -
Se reacomodo en la cama mientras Alfred quedaba recostado completamente encima suyo.

- Esto no era el trato Alastor - Reclamo frunciendo el ceño.

- Claro que si... Una parte del trato que mencionaste fué: "Solo quiero que sigas a detalle mis ordenes y me des los mismos tratos que le das a tu majestad en su recamara~" - Repitió sus palabras con un tono chillón.

- ¡Exacto! - Se levanto con ayuda de sus brazos para poder verle mejor.
- Se supone que íbamos a coger y-

- ¡Apahpah! - Levanto su indice ante él haciendo que se tragara sus palabras reclamantes. - Esto es lo que hago en la recamara de Lucifer - Respondió con una sonrisa.

- ¿Qué?...

- En el acuerdo especificaste: " ...Y me des los mismos tratos que le das a tu majestad en su recamara~" - Coloco sus manos bajo su misma cabeza.
- Mencionaste su recamara, no la mía... Verás... - Hizo una leve pausa.
- Jamás hemos tenido intimidad en la recamara de Lucifer, lo único que hacemos allí es dormir y darnos mimos toda la noche hasta que el cansancio nos gane y quedemos dormidos, sin mencionar que su dormitorio se encuentra al lado de la habitación de su hija, la princesa Morningstar, y ya que somos un poco ruidosos ella podría incomodarse... Todos los revolcones, apareamientos, cogidas, ó como quieras llamarle, fueron en mi recamara, y ya que esta no es parte del trato... No tengo porque satisfacer tus necesidades carnales~..

- ¡Alastor! - Reclamo con sus marrones cristalinos ante la impotencia que sentía al no haber cuidado sus palabras, debió notarlo antes, es obvio que su otro ser fue más inteligente que él mismo en ese momento.

- Ya deja de quejarte y hay que dormir.

Lo tomo de su cintura recostandolo nuevamente en su pecho, era cierto que le desagradaba tenerlo tan cerca, pero prefería eso a tener que satisfacer sus repudiosos deseos carnales.

Alfred suspiro resignado reacomodandose encima suyo, encontraría una falla en el trato, de cualquier forma no está tan mal, ha conseguido que Alastor este lejos de Lucifer, así que técnicamente no es una derrota del todo...

•Dos Dimensiones• Où les histoires vivent. Découvrez maintenant