•Dos Dimensiones•

XI

Una fresca brisa pegaba en su rostro se sentía tan bien, pero era exasperante escuchar ese zumbido en su oído; abrió lentamente sus rubis notando esa habitación destruida y esa rosa marchita puesta entre sus manos.

La levanto hasta dejarla frente a su nariz, pero al no sentir aroma alguno empezo a sollozar, coloco sus manos encima de sus ojos aun sosteniendo esa marchitez, el llanto no cesaba, y ese vacío en el pecho molestaba demasiado, no entendía como el rey infernal había cometido tal error como para perder su gracia, quedar indefenso ante alguien tan simple como un mortal, y que gracias a eso ahora ni siquiera sabe donde se encuentra su amado.

La puerta se abrio de golpe dejando ver a una hermosa joven cita de cabellos rubios muy despeinados, su pijama algo ajada y sus ojeras bajo sus rubis solo dejaba ver que se levanto de golpe al escuchar su grito de dolor.

- ¿Papá? - Pregunto desconcertada mientras se acercaba al borde de la cama. - ¿Qué rayos sucedió aquí?...

- Él se lo llevo amor... - Pronunció en una voz quebrada.

- ¿Qué?.. - Cuestiono confundida.
- ¿A quién se llevó? ¿Quién se lo llevo?..

Lucifer exhaló tratando de calmarse pero a pesar de eso su voz aun se escuchaba temblorosa.

- Alfred se llevó a Alastor...

- ¿Qué?... Pero papá.. ¿Cómo sucedió esto? ¿Por qué no los detuviste?..

- Es una larga historia princesa...

***

- ¡Es increíble! - Voceo molesta mientras se posicionaba de pie - ¿Cómo mamá es capaz de hacer esto? ¡Luego de perdonarla! ¡¿Es qué nunca te dejara en paz?! - Su cabello se movía sin control mientras el carmín de sus rubis se expandía alrededor de sus ojos.

- Lo sé amor... Pero ahora... -
Se levanto de la cama con cuidado, sus fuerzas para moverse había regresado, pero aun estaba débil con respecto a sus poderes.
- Tengo que hacer unas llamadas, necesito ayuda celestial...

- ¿Qué? - Pregunto atonica, su padre usualmente evita todo lo que tenga que ver con el cielo. - ¿Por qué con el cielo?

- Necesito contactar a tus tíos, y por desgracia al estúpido de ese angel bufón... - Artículo lo último con algo de desagrado.

- ¿Necesitas que te ayude con algo pá?

- No. Gracias princesa pero no. Necesito que te mantengas lo más alejada que puedas con respecto a esto. Te quiero lo más lejos que se pueda de tus tíos ¿Entendido amor?

- Pero papá...

- ¿Entendido amor? - Pregunto nuevamente.

Suspiro resignado, si su padre lo pedía tenía que acudir a su deseo.
- Si, pá...

- Bien.. - Se acerco a depositar un beso sobre su mejilla - Nos vemos luego princesa

Sin más salió de esa repudiosa habitación.

Caminaba sosteniendose de las paredes, su pecho dolía demasiado, ese dolor tardaría un poco en calmarse ya que su corazón estuvo luchando mucho tiempo por seguir latiendo.

Hasta que porfin logró ingresar en su oficina, camino hasta llegar a su escritorio, donde se sentó con algo de dificultad, su cuerpo aún dolía, no tenía idea de cuanto estaba tardando su gracia en regenerarse.