Capítulo 17: No puedes dejarme solo

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Ella se giró y me miró a los ojos. No me gritó, ni hizo el amago de querer irse, pero que me mirase con ese resentimiento y dolor me dolió aún más que si hubiese hecho aquello.
- ¿No te das cuenta Marc? No necesitas hablar conmigo, necesitas volver al hospital y ver cómo la novia de tu hermano le engaña, y tú mientras tanto te quedas de brazos cruzados, porque encima de tu moto tienes más huevos y eres más valiente que nadie, pero cuando te bajas de ella la cosa cambia. No te preocupes, volveré a Tenerife y no volverás a verme, eso es lo mejor.
Volvió a girarse, y yo simplemente no sabía qué hacer o decir. Sentía que cualquier acto o palabra podía romper lo poco que me quedaba de ella.
- Pero yo te quiero.
Escuché como suspiraba, y supe que estaba llorando. Me acerqué aún más a ella para quedar a su lado y la abracé, y sorprendentemente no me lo impidió.
- Y si es cierto todo lo que dices no te preocupes, te aseguro que a todo el mundo le llega su hora, y que Lora será desenmascarada un buen día... Pero entiende que ahora no podemos darle disgustos a Alex.
- Sigues sin creerme...
- Nevaeh, tengo tanta fé ciega en ti que si me dijeses que ayer viste un cerdo volando te creería.
Ella comenzó a reír mientras secaba sus lágrimas y yo la besé, sin importarme que estuviésemos delante de toda aquella gente.
- Ey Márquez, ahora debemos compartirla. Si no fuese por mí ya estaría subida a un avión de camino a Tenerife.
Me separé de Nevaeh al escuchar la irritante voz de Rins y pensaba contestarle cualquier bestialidad, pero Nevaeh habló antes.
- No soy un peluche al que compartir, pero Alex tiene razón. Si no fuese por él no estaría aquí.
- Supongo que gracias, Rins.
Tras decir aquellas palabras volví a acercarme a Nevaeh para abrazarla.
- Dime que me perdonas, por favor...
Ella suspiró y me devolvió el abrazo.
- Sí, te perdono, pero en dos días volveré a Tenerife, tengo la graduación la próxima semana y PAU en menos de un mes.
- Bueno... Pero, ¿después volverás?
- No lo sé, Marc.
Me separé de ella para mirarla, sin poder creer las palabras que acababa de decir, y pude ver que estaba a punto de llorar.
Afortunadamente Alex ya se había ido y no había escuchado nuestra conversación.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- No sé qué hacer, Marc. No sabes lo perdida que me he sentido al bajar de tu coche, me faltabas tú y no sabía a dónde ir. Y jamás había sentido esa dependencia por nadie, ni siquiera por mis padres ni mi hermano.
- Pero yo me siento igual Nevaeh, te busqué por la zona en la que te había dejado y...
Negué con la cabeza, yo también empezaba a llorar, era la primera vez que lloraba por una chica en mis veintidós años de vida.
- No puedes dejarme solo.
Fue lo único que supe decir mientras sentía como mis mejillas se empapaban de mis propias lágrimas. Nevaeh secó sus lágrimas y sacó un sobre de su bolso.
- Toma... Es una invitación para mí graduación... Puedes venir acompañado y eso... Es muy importante para mí que vengas Marc... Y si lo haces puedes secuestrarme y traerme unos días a Cataluña de nuevo.
Simplemente sonreí y volví a besarla.
- Te quiero, no lo olvides nunca -susurro cuando rompimos nuestros besos-
- No lo olvidaré petita... Te quiero.
- Tengo que hablar un segundo con Alex, ahora vuelvo.
Asentí y la dejé marchar, aunque no me gustaba la idea de que tuviese cosas de las que hablar con Rins.
-Narra Nevaeh-
Me separé de Marc y me acerqué al box de Alex para poder hablar con él. Estaba hablando con uno de sus mecánicos cuando llegué, pero cuando me vio llegar dejó a medias la conversación para acercarse a mí.
- ¿Todo bien peque, o tengo que ir a darle una paliza a Márquez?
- Todo bien, pero necesito que me hagas un favor.
- Soy todo oídos.
- ¿Tú intentarías ligarte a la novia de Alex?
- ¿Para qué quieres que haga eso?
- Es una larga historia... Pero si me ayudas y el plan sale bien te la contaré.
- Está bien... ¿Qué debo hacer?
Sonreí y le expliqué a mi nuevo amigo en qué consistía mi plan y qué debía hacer él. Seguía sin entender muy bien porqué hacía todo aquello, pero aceptó ayudarme y quedamos en vernos verlos esa misma noche para ponernos manos a la obra.
Me despedí de él y volví con Marc, que parecía estar de muy buen humor. Me contó que Alex recibiría el alta al día siguiente y que toda la familia iría a cenar a casa para celebrarlo. Me alegraba verlo tan contento, ese es el Marc que me gustaba, el que sonreía y bromeaba, y ese era el que había sido capaz de enamorarme.
Pasamos el resto del día en el hospital haciéndole compañía a Alex, que obviamente estaba de un humor excelente porque sabía que en menos de veinticuatro horas podría volver a su casa. Pobre chaval, si supiese que de los cuernos que tenía por culpa de su novia probablemente no podría salir por la puerta del hospital... Marc me había preguntado el día anterior si me importaba que esa noche se quedase en el hospital con su hermano, y yo había sido sincera al decirle que no, ahora me alegraba de que las cosas hubiesen sido así. Me despedí de los hermanos Márquez, y aunque Marc insistió en llevarme hasta casa le dije que iría en un taxi. Lo que el mayor de los Márquez no sabía es que Alex Rins me estaba esperando a unas calles del hospital en su coche. Obviamente ninguno iba a dejar que la prensa nos viese juntos, a saber lo que podrían inventar si esto ocurriese. Al subir al coche de Alex éste sonrió y besó mi mejilla.
- ¿Conseguiste quedar con ella?
Asintió a mi pregunta mientras arrancaba y comenzaba a avanzar por las calles de Barcelona.
- Pensé que iba a contarme trabajo, pero fue muy fácil.
- Ella es muy fácil.
- Cuánto amor.
Los dos reímos y decidí darle un pequeño repaso al plan para que no le quedase ninguna duda. Comprobé que Alex tenía muy claro lo que tenía que hacer y cuándo lo tenía que hacer, así que, cuando aparcamos en el garaje de su casa, los dos comenzamos a prepararlo todo. Yo preparé un solomillos con ciruelas para cenar y un mousse de chocolate como postre y después comencé a encender velas y demás tonterías románticas para darle ambiente al comedor mientras Alex se preparaba. Las agujas del reloj seguían moviéndose y yo cada vez estaba más nerviosa, aquello tenía que salir bien, si Lora descubría que todo era una trampa para desenmascararla... Estaba muerta.

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Where stories live. Discover now