—¿Y de quién se trata? —cuestiona entre dientes sin disimular su enojo. Percy sonríe.

—¿Estás celosa? —Percy se ríe a carcajada limpia mientras habla. Annabeth se enoja aún más y lo golpea con la rosa de plástico.

—No es gracioso.

—Oh, para mí lo es. Porque te vez linda enojada.

—Esa frase es de película.

—Puede ser —Percy se encoje en hombros, ya no se ríe pero una sonrisa adorna su rostro—. Pero es cierto.

Annabeth enrojece. ¡Él ha llamado linda! ¡Y además le ha regalado una rosa! Es falsa, pero al menos es mejor que nada. Casi siente que es otro de sus sueños engañosos que suele tener todo el tiempo sobre Percy.

—¿Quieres decir que cuando no estoy enojada soy fea?

—No, no dije ni quise decir eso. Eres linda todo el tiempo —dice el chico.

¡Oh, por los dioses! ¡Ha vuelto a decirlo! Una sonrisa se forma en la cara de ella, simplemente no pudo evitarlo.

—¿De verdad piensas que soy linda?

Ahora se parece a esas chicas que se vuelven locas cuando el amor de su vida les dice que son bonitas. Siempre le había parecido una tontería verlas actuar así, pero ahora comprendía que simplemente era fantástico que el chico de tus sueños te llame de ese modo.

—No lo pienso: lo eres.

—Es lindo de tu parte que me digas eso —admite ella.

—Solo digo la verdad.

—Pero aun no me has dicho de quien estás enamorado.

—¿Vas a seguirme preguntando hasta que te lo diga?

—Oh, sí. Haré eso.

—Mm... —él se queda pensativo, pero no le dice.

—¿Vas a decirme o no?

Lo pensare —Percy sonríe al mismo tiempo que suena el timbre. Es hora de volver a clases, y Percy no fue capaz de responderle.

Al día siguiente...

Annabeth abre su cuenta en la página del colegio, ya que la tenía bastante abandonada. Ve que tiene un mensaje nuevo de FreeBoy y lo revisa:

FreeBoy: Hola, Annabeth. Soy Percy. ¿Sabes? Estuve pensando en lo de ayer, en lo que tú querías saber de quién estoy enamorado. Y te lo diré. ¿Te parece si nos vemos mañana en el Parque Olimpo a las tres? Estaré ahí hasta las cuatro, si no te veo es porque me diste el plantón. Y eso no está bien, Annie. Nos vemos. Adiós.

Annabeth sonríe. Revisa la fecha de envío y ve que fue hace dos horas. Mañana mismo irá a ver a Percy.

Al siguiente día, en el Parque Olimpo...

Tal y como Percy pidió, Annabeth va al parque a las tres de la tarde. No ha tardado en verlo, está sentado bajo un roble mientras juguetea con su teléfono.

—Hola —dice Annabeth. Percy la mira con una sonrisa y guarda su móvil.

—Hola.

—¿Me vas a decir quién es al fin? —pregunta la chica mientras se sienta a su lado. Él se queda callado unos segundos, dudando. Y cuándo al fin responde, no la mira. Solo observa el verde pasto como si fuera lo más interesante que han visto sus ojos.

—Eres tú.

—¿Qué? —eso sí que la ha sorprendido ¿Ella?

—Que estoy enamorado de ti —repite. La rubia lo mira, esperando a que diga que está bromeando o algo así, pero no lo hace—. Me empezaste a gustar hace mucho tiempo, cuando empezamos a estudiar en el mismo colegio, supongo. Al principio estaba seguro de que era amor, pues sólo éramos amigos y luego dejamos de serlo, y yo te odiaba mucho. Pero siempre dicen que del odio al amor solo hay un paso, ¿no? —sonríe para sí mismo, y Annabeth escucha atenta sus palabras. No puede creerse que esto sea real. Había soñado con éste momento millones de veces y al fin está pasando—. Sé que no demostré mi amor en ningún momento, y no tengo excusa válida para justificarlo. En ningún momento luché por ti, no hice nada que diera una pista de mis sentimientos y créeme que me arrepiento de eso.

¡Como te odio, Percy! ✔Where stories live. Discover now