Capítulo 37

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─Entiendo el enojo de Rafael; después de todo, yo maté a su hermano. Fue un accidente, pero, al final, la que lo empujó fui yo. Lo que no entiendo es la razón detrás de tanto resentimiento y después de varios años. Si me hubiera querido muerta lo habría hecho hace mucho, pero salvo algunos cortes, cartas y moretones, él no me ha hecho nada más. No lo entiendo.

─Creo que Ian puede contestar a eso.

Emma frunció el ceño. ¿Qué tenía que ver Ian con todo aquello? Ella le había pedido que investigara, pero nunca le pidió nada a gran profundidad. ¿Por qué Ian tendría que saber algo así?

─Yo le pedí que investigara ─omitió la parte en la que también le pidió que la investigara a ella ─. Aún no me tiene todo el reporte, pero parece que ha encontrado algunas cosas.

─ ¿Por qué le pediste eso?

─Porque la mujer a la que amo está en constante peligro ─contestó, molestó ─. Y no pienso dejar que nadie más le haga daño. No se puede ir a la guerra sin llevar un arma. Parecía que tú no tenías demasiada información y estabas muy asustada para contar lo mínimo, tuve que recurrir a él.

Emma asintió lentamente. Entendía su punto de vista. Ella también había usado a Ian porque no contaba con la información suficiente como para hacer algo al respecto. Tal vez las cosas hubieran sido diferentes si le hubiera contado todo esto a Luka mucho tiempo atrás.

─ ¿Por qué me trajiste a esta casa? ─preguntó, cambiando el tema drásticamente.

─Mañana llega el nuevo dueño y pensé que sería una buena oportunidad para contarte todo. Me sería mucho más fácil estar en dónde todo pasó, con tu compañía, que al otro lado de la ciudad.

─Gracias por contarme todo, Emma ─Luka se tapó la boca y carraspeó ─. Emilia.

─Puedes decirme Emma. Ya me acostumbré al nombre ─rio ─. Mis padres y todo el mundo me dicen de esa forma.

─Emilia es lindo también ─sonrió.

Luka la abrazó. Ella recargó su cabeza en su hombro. Se separó despacio de su cuerpo y soltó un gran suspiro.

─ ¿Quieres que nos vayamos a casa?

─Sí. ─Asintió ─. Ya terminé con esto aquí.

Luka la tomó de la mano y salieron juntos de la casa. Emma dejó una gran roca en ese lugar; una que no pensaba volver a llevar en sus hombros.

Luka le tomaba la mano de vez en cuando rumbo a la casa. Emma le sonreía cada que lo hacía.

─ ¿Podemos pasar a comer algo antes de ir a casa?

─Me encantaría ─afirmó.

Emma se acomodó en el asiento y subió el volumen de la radio. Queen sonaba por los altavoces. Tarareó la canción, sintiendo que su vida iba a mejorar. De ahora en adelante, se apoyaría en Luka. No enfrentaría sus problemas sola, como había estado haciendo toda su vida. Ahora lo tenía a él.

Entraron a un restaurante familiar. Había poca gente dada la hora, pero igual los atendieron. Ambos pidieron platillos sencillos. Se sentaron muy cerca uno del otro, y prácticamente solos, porque los demás comensales se encontraban en otras zonas.

─Estaba esperando volver a trabajar. Cuando mi mano se recupere, claro ─dijo, alzándola.

─El día que quieras estaré encantado de llevarte a la editorial.

Luka se acercó a ella y la besó. Se abrió paso con su lengua para profundizar el beso. Emma se estremeció y jadeó cuando sus labios se separaron.

─Prometo protegerte, nena ─dijo, acariciando su mejilla con sus nudillos ─. Te amo, Emilia.

Señorita mojitos Mil sueñosWhere stories live. Discover now