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-¿Dónde se metió? — Derek buscó con prisas su móvil dándose cuenta de que ya era hora de almorzar. Envió un mensaje y sin esperar respuesta guardó el aparato. Seguro Stiles había ido a la cafetería de la sede, concluyó. La pregunta era ¿Dónde estaba el lugar?

Siguió su trayecto hacia el ascensor sintiendo las miradas sospechosas y hasta asustadas de algunos estudiantes.

Esperaba que nadie le reconociera. Fue un fugitivo después de todo.

(...)

Lydia le había dado largas, como si estuviera haciendo tiempo a propósito. Stiles estaba a punto de mandarla a callar y exigirle que le dé una respuesta clara. Pero claro, era Lydia, si lo hacía lo más probable es que consiguiera exactamente lo contrario.

-Oh, ya es hora de almorzar. ¿Vamos a otro sitio? — La pelirroja miró la hora en su móvil con despreocupación.

Stiles siguió sus pasos alterado, sabiendo que ya no quedaba mucho tiempo para que su novio llegara. Fue justo en ese momento que hubo una vibración, dándose cuenta de que no tenía uno si no dos mensajes no leídos. El último el más reciente.

Sourwolf ❤️:

Hey, ya estoy aquí.

 ¿Dónde estás?

Mierda. Debía irse ahora, pero Lydia no parecía con intención de separarse de él.

-Lo siento, Lydia. Recordé que tengo algo que hacer así que puedes ir a comer tú y yo...te llamo cuando termine. — Se puso de pie con prisas, dejando unos dólares encima para pagar la cuenta.

-¿Vas a dejarme comer sola en un lugar que apenas conozco? — Exclamó ofendida.

-Sé que eres lo suficientemente lista como para haber estudiado la ciudad antes de viajar. Así que esa excusa no resultará conmigo. — Le guiñó un ojo ante la aparente molestia de la chica. La pelirroja estuvo a punto de decir algo más, pero Stiles no la dejó.

-Está bien, adiós Lydia. — Se despidió con un gesto con la mano y desapareció, saliendo de una vez de la cafetería.

Corrió hacia los ascensores, subiéndose en el primero abierto y marcando su planta de inmediato. En cuanto la puerta se abrió nuevamente, recorrió el pasillo mirando de un lado hacia el otro sin tener señal alguna de su novio. 

Cuando pudo comprobar que, efectivamente, Derek no estaba allí o dentro de su habitación, bajó hasta la primera planta creyendo que podría estar en ella.

A primera vista no lo vio, pero siguió por la zona por si acaso. Sin resultados se apresuró a tomar otra vez el ascensor cuando un brazo lo sujetó con fuerza. No se pudo liberar con facilidad así que fue honesto. 

-Tengo prisa, lo que sea que necesites no puedo hacerlo ahora. — Dijo intentando apretar el botón del ascensor y sin mirar aún a quien lo estaba reteniendo.

-¿Tal vez saludar a mi novio? — A Stiles se le cortó la respiración. Era él y estaba aquí.

Alzó su vista con rapidez y sonrió con ilusión. No sabía si era por lo loco que estaba por él pero le parecía aún más guapo que la última vez que se vieron en persona. 

El castaño entrelazó sus brazos en su cuello en un fuerte abrazo. Sujetando la camiseta que el moreno llevaba y sintiendo su esencia que le confirmaba que por fin estaba allí. Derek lo estrechó por la cintura, acercándolo más hacia si y encajando su rostro en el hueco de su cuello. Estuvieron varios minutos simplemente disfrutando de la presencia del otro y de lo mucho que se habían extrañado. Luego se separaron lentamente, pero a pesar de eso se quedaron cerca, viéndose a los ojos.

Stiles estaba tan tentado a besarlo por esos meses que se sintieron años lejos, solo que el mayor no era muy partidario de las muestras de afecto en púbico por lo que se contuvo. Grande fue su sorpresa cuando fue Derek quien acunó su rostro y besó sus labios con ganas. Stiles se dejó llevar deslizando una mano por su pecho y tirando de la camiseta para estar más cerca. Su otra mano situada en el cuello, ascendiendo hacia su cabello y tirando suavemente de él cuando sentía que estaba perdiendo el control.

Todo era maravilloso hasta que una voz diciendo su nombre arruinó todo.

-¿Stiles? — Ambos se dieron la vuelta para encontrar a una chica pelirroja sonriendo con sus brazos cruzados y una ceja interrogante.







STEREK 2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant