ETERNAL SEVENTEEN

⚜️ Capítulo 3 ⚜️

• DASH •

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T I C   T A C   ,   E F I M E R O
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En cuanto terminó nuestra primera clase, Austin me echó una mirada para nada discreta que decía a gritos: corre tan rápido como puedas.

Aunque la suerte parecía estar de nuestro lado (porque el profesor Murphy le pidió a nuestra amiga que aguardara un momento para hablar de las olimpiadas de aritmética), no nos íbamos a librar de Livy y sus preguntas por mucho tiempo. Yo le debía una actualización del nuevo negocio de Ethan, Austin tendría que responder sobre su obvio problema con el chico nuevo. No estoy seguro de si mi amigo también pensaba que huir era una solución inútil, porque tendríamos que enfrentar a Livy antes de que el dia terminara, pero aún así salimos tan rápido como nuestros pies y compañeros nos lo permitieron.

Austin estaba furioso. Me sorprendió que no se molestara en volver a atacar a aquel muchacho, ni siquiera lo miró al salir. Yo iba a su lado, como siempre, en silencio; esperando que él mismo encontrara las palabras correctas en su mente y me las dijera en el momento que quisiera. Mi amigo no era bueno hablando de sus sentimientos, mucho menos cuando estaba enfadado. Cuando se enfadaba perdía la voz y sus silencios eran prolongados e inquietantes, pero con el tiempo me volví un experto en comprender a Austin Murray, así que no lo presionaba. Dejaba que se tomara su tiempo.

—Puta madre —masculló de pronto.

Y ahí estaban sus bellas palabras.

—Vaya, te ha tomado mucho menos tiempo está vez —le dije.

Intenté ser divertido pero no había chiste que valiera, Austin enfadado era como un toro cuando ve rojo.

—De seguro Livy adoraría oirlas.

—¿Qué demonios hacía con ella? —inquirió, mientras empujaba la puerta que nos llevaría al estacionamiento trasero del instituto.

Probablemente era una pregunta que se hacía a sí mismo, porque de mí no obtendría una respuesta. No sabía que pasaba por su mente y mucho menos cuál era su problema con el nuevo muchacho.

Salir a la parte trasera del instituto en la hora libre para fumar era algo que habíamos dejado de hacer mucho tiempo atrás, más concretamente desde que la malvada Emma Wilcox había avergonzado a Livy en el comedor exterior, delante de todos, por puro placer. Esa chica era retorcida. Austin había decidido no volver a dejar a nuestra única amiga a solas, nunca más. Pero allí estábamos de nuevo, eso quería decir que Austin estaba más alterado de lo habitual. Era la única razón por la que se podría olvidar de su única prioridad en el instituto, es decir, Olivia. Tenía un instinto particular con ella, era incluso más protector que con su propia novia, Natalie. Debo admitir que aquel instinto resultó contagioso con el tiempo, porque mientras estábamos allí intentando calmar los nervios de mi mejor amigo, no paraba de pensar en Livy sola en los corredores, probablemente buscándonos.

Mientras mi amigo colocaba un cigarrillo en su boca, con la otra mano buscaba desesperadamente con qué encenderlo. Si había algo peor que Austin alterado, era yo mismo aún más alterado. Me estaba sacando de mis casillas con sus movimientos torpes e inservibles que no lo llevaban a ningún lado, solo lo alteraban más.