24. La piedra

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-Brian

Subo las escaleras del edificio en donde se encuentra Nadeem y cuando llego a la puerta de Mindy, toco sin parar hasta que escucho cómo me dice:

—¡Ya voy!

Escucho pasos y cuando menos me lo espero abre la puerta de golpe.

—¿Brian, qué haces aquí? —dice cuando ve mi cara pálida.

—Le ha pasado algo a Nadeem. —respondo y ella me mira.

No sé dónde está y eso me pone muy nervioso, siento como mi corazón late con tanta fuerza que parece que se me va a salir del pecho.

—¿Cómo? —responde ella con los ojos abiertos como platos.

—Sí, ella quedó con Naya en la biblioteca en la noche, me llamó y colgó cuando una persona llegó y se escuchó un golpe; el móvil se le tuvo que caer de las manos porque lo escuché.

Naya no sería capaz de secuestrar a la mujer que quiero, eso lo sé, no es capaz, nos conocemos desde que éramos unos niños, no me puede hacer esto.

—¡Vamos a buscarla, vamos! —me grita para que reaccione.

Los dos salimos corriendo hacia su habitación y no vemos nada, solo están las sábanas en perfecto estado y una foto en su cama.

—Espera. —le digo a Mindy, que está a punto de salir por la puerta.

Me acerco a la cama y cojo la foto.

—¿Qué? —pregunta.

En la foto aparecemos nosotros dos sonriendo a la cámara, le doy la vuelta por si hay algo escrito en ella y, en efecto, sí lo hay.

<<Se acabó el amor, Brian, busca a tu amor si puedes, claro. Naya.>>

Me escuecen los ojos y enseguida pienso lo peor. ¿Y si la va a matar o lo ha hecho ya? ¡Joder, tengo que encontrar a Naya!

—¡Me quieres decir ya qué tanto lees y qué es esa foto! —dice Mindy y le tiendo la foto.

Ella la lee y yo saco mi móvil a toda prisa y marco el número de Nadeem una y otra vez, pero no me responde. ¿Qué demonios le habrá pasado? ¿Estará bien?

***

Al amanecer, ya hemos revisado toda la escuela de arriba abajo, incluso la cueva donde está el traslador para la casa de sus padres, pero no está.

Mindy se fue a avisar a Trevor, mientras yo voy de camino a la habitación de Nadeem. Cuando llego a ella, me siento en su cama y cojo el portafotos que tiene en su mesilla, en donde estamos ella y yo, yo haciéndole cosquillas y ella riendo.

Mi móvil suena, haciendo que responda rápidamente.

—¡¿Nadeem?! —pregunto nada más responder.

—No, no soy tu novia, soy Naya. ¿Qué tal estás, Bri? —pregunta aún con aire de superioridad.

—¿Dónde está Nadeem, Naya? —mi mano se cierra en un puño y me caen varias lágrimas de los ojos.

—Tranquilo, amigo, tu novia está bien, por ahora, porque pronto lo estará.

—¡Trevor... nosotros confiábamos en ti! —le grito a través del móvil.

—Qué pena, ¿y también confiabas en tu padre, no? Porque déjame decirte que él es el que está al mando de todo esto.

—¿Qué?

—Como lo oyes, amigo, tu padre es un asesino, pero de ahora, él mató a muchas personas.

—¡No le hagáis nada a Nadeem, Trevor! —vuelvo a gritar.

Me levanto de la cama cuando escucho una segunda voz.

—Vale, déjate de tonterías ya, queremos hacer un intercambio. Queremos la piedra del sagrado por la chica. —me informa mi padre desde el otro lado del móvil.

—¡Déjame hablar con ella, ya! —ordeno.

Escucho cómo él, sin decir nada, va andando por el eco del lugar; tiene que estar bajo tierra.

—¡Brian! —escucho la voz de Nadeem.

Mis hombros se tensan y mis ojos se ponen más llorosos.

—¿Nad, estás bien? Dime que lo estás —pregunto rápidamente.

—Sí lo estoy, pero necesito que vengas, te necesito.

Su voz suena desesperada y con miedo.

—Por favor, dales lo que quieren y ven a por mí, esto es horrible. —susurra lo último.

—Vale, tranquila, voy a ir a por ti, ¿me escuchas? Voy a sacarte de allí. —respondo preocupado.

—Tengo un móvil, te enviaré la ubicación si no me pillan. —dice tan flojo que casi ni la escucho. —Haz caso, por favor, Brian. —añade preocupada.

—¡Vale, se acabó, dame eso! —grita Naya. —Hoy a las dos del mediodía, consíguelo y la tendrás de vuelta, aunque sin un rasguño ya no se puede, consíguelo si no la quieres muerta, Bri.

Y me cuelga. Mi cabeza va tan rápido que no sé qué pensar. Pasan unos minutos hasta que alguien llama a la puerta.

—Adelante. —grito.

Y la cabeza de Mindy aparece bajo el umbral de la puerta.

—Me han llamado. —digo cuando entra. —Me piden la piedra sagrada y me devolverán a Nadeem a cambio.

—Pero tú no tienes acceso a esa piedra, Brian. —responde sentándose a mi lado a unos metros de mí.

—Ya, pero la he escuchado, he hablado con ella, está aterrorizada, Mindy. Casi no puede hablar y se nota que le han hecho algo, porque se escuchaba muy débil, necesito traerla de vuelta, necesito traerla. —suelto casi sin pensar, ella abre mucho los ojos.

—¿Le has dicho que sí? —pregunta y yo no respondo. —¿¡Le has dicho que sí, Brian!? —dice mientras se levanta de golpe.

—¡¿QUÉ OTRA COSA SE TE OCURRE, MINDY?! ¿QUIERES QUE LA DEJE CON EL PSICÓPATA DE MI PADRE? ¿Quieres que la maten? —le grito.

—¡No, pero tenemos poderes, algo podemos hacer! —ella me mira y susurra. —Podemos crear algo, estoy segura.

Justo cuando le iba a responder, mi móvil suena. Lo cojo rápido y abro el mensaje.

—¿Quién es? —dice Mindy.

—Tenemos la ubicación, Mindy, podemos rescatarla.

El Bosque De Los Recuerdos [Terminada ✔️]Where stories live. Discover now