Donde Louis tiene la paranoia de que está siendo acosado y recurre a un entrenador personal.
O donde Harry accede a ser el entrenador de Louis, curioso de como una cosita tan blanda cree que puede pegarle a alguien.
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—Vamos otra vez...
—Uno
Muak
—Dos...
Muak
—Tres...
Con cada abdominal que Louis daba, era recibido con un beso en los labios por parte de Harry, quien acariciaba sus brazos y probaba los delgados labios ajenos, casi relamiendo sus labios cada vez que Louis volvía a bajar.
—Y... Doce—. Louis suspiró cansado dejándose caer sobre la colchoneta, Harry acarició sus rodillas con una sonrisa divertida.
Sabía que Louis no era tan fan de hacer ejercicio, así que pensar que seguía allí por estar a su lado le causaba mariposas en todo el estómago.
—¿Cansado?
—Más bien... Muerto—. Ambos rieron suavemente, Harry le ayudó a ponerse de pie, ambos sobre la colchoneta del ring, habían tomado unos minutos de descanso usando las abdominales para matar tiempo.
Louis había estado probando las tácticas que Harry ya le había dado, maniobraba al rizado con cada técnica siendo detenido por el mismo Harry cuando se quejaba por la molestia que causaban los ataques, más bien las inmovilizaciones.
Si bien Harry sabía que no servirían para siempre con los oponentes, a Louis le daría el tiempo suficiente de salir huyendo y pedir ayuda.
Su ayuda.
Harry no había parado de recalcar que podía estar para él en cualquier momento y situación, Louis ya comenzaba a cansarse de escuchar aquello una y otra vez, lo sabía, aún así al ojiazul no le había quedado en la cabeza aquella idea, no por completo.
Sólo... No quería dar molestias.
—Vamos una vez más, intenta detenerme.
Louis sonrió poniéndose en ligera posición cuando Harry se acercó a querer tomarlo del cuello, Louis fue más rápido y le tomó de las muñecas para doblar su brazo y tratar de inmovilizarlo, sin embargo el movimiento no haría tal cosa, pero si infringiría dolor en el rizado, quien hizo una mueca al sentir el tiro, aunque fingió más dolor del que realmente sentía.
—Auch, Auch... Ya.
Louis lo soltó con rapidez y así Harry lo tomó en brazos sorprendiéndolo, quedando el ojiazul aprisionado entre sus bíceps y pecho.
—¡Hey! Eso es trampa—. El puchero en los labios del ojiazul le causaron gracia, Harry sonrió bajando el rostro y así frotando las puntas de sus narices.
Antes de besarse, ambos habían tomado cierto cariño en hacer aquello, mirarse fijamente en cercanía como para sentir sus alientos.
—Lo siento... Es sólo que este bandido quería un dulce beso—. Susurró contra sus labios a lo que Louis sonrió, cerrando el espacio para complacerlo.
