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Si alguien le hubiera dicho a Jake que su madre lo iba mandar a comprar a las 9:00 de la noche en el pueblo que da miedo hasta de día, nunca hubiera nacido, en una noche con luna llena Jake caminaba pesadamente hasta la tienda más cercana en busca de leche.

Si leche, bufo mientras metía su mano entre los bolsillos de su suerte, sus pasos Iban en una velocidad normal, no tenía mucha prisa pero aún así quería llegar rápido, un poco de brisa mecía las hojas de los árboles como una danza que era guiado por el flujo del viento.

Se quedó un momento observando toda la fachada del pueblo, siempre la naturaleza siendo gran parte de todo el lugar las casas que poseía eran bastante antiguas, no había ninguna casa con algún color llamativo aparte del blanco o negro.

Quizás lo que más daba miedo era el bosque, el pueblo estaba al medio de él, siendo un laberinto de árboles y casas, al momento de llegar al centro era donde estaban todas las tiendas, el instituto estaba un poco más apartado de las casas, aparte de las casas de lujo de la familia Park y Lee, eran mansiones rodeadas de leyendas.

Se mantuvo bastante entretenido viendo todas las casas, que no se dio cuenta cuando llegó a la zona más céntrica, el frío iba incrementando poco a poco, el cielo se decoraba entre estrellas y una luna llena que era preciosa.

Entró a la tienda más cercana buscando lo que su mamá le pidió, luego de obtenerlo, volvió a salir de la tienda, avanzando de a poco por su camino.

Comenzar a recordar sobre todo lo que sus abuelos decían de pequeño fue una mala idea, ahora no solo temblaba de frío, comenzó a observar sus alrededores, ahora las casas parecían más solitarias que de costumbre.

— No te encuentro en el colegio pero aquí sí —Un voz bastante conocida se escuchó detrás de él.

— ¡Mierda! —Exclamó luego de dar un brinco colocando sus manos en su pecho.

— Uy lo siento ¿Viste un fantasma? —Bromeo por la expresión del rubio.

— Lo tengo enfrente —Rodó sus ojos con cierto fastidio.

— Que gracioso —Dijo emboscando una pequeña sonrisa.

— ¿Necesitas algo? —Inquirió Jake, observando al mayor con una ceja alzada.

Para Jake no era fácil ocultar sus nervios al tener a Heeseung frente a él, más aún al verlo vestido totalmente de negro con un caso en su brazo derecho. Jake se dio cuenta un poco tarde que andaba en pijama, su pantalón de felpa de color rosado resaltaba bastante.

— Necesito tus datos, el presidente me va matar si no le envió lo que me pidió.

— Oh lo olvide por completo —No mentía, no recordaba para nada eso.

— Bien dame tus datos —Sacó el teléfono de su bolsillo para anotar lo que Jake diga.

El australiano quedó perplejo, parpadeo un momento sin reaccionar, Heeseung dejó de prestarle atención a su celular para ver al menor, hizo un ademán para que Jake se apurara.

— Shim Jake —Comenzó.

— ¿Fecha de nacimiento? —preguntó anotando.

— 15 de noviembre del 2005.

— ¿Nombre de encargado?

— Shim Jung Hwa.

— ¿Número de lista y NIE?

— No lo sé —dijo apenado.

— ¿Cómo no vas a saber? —Inquirió en un tono burlón.

— Soy nuevo, no entiendo muchas cosas de aquí —Jake bajó su mirada al no poder tener contacto visual con Heeseung.

Bloodline | HeeJake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora