Capítulo 6: De Nuevo Al Principio.

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—Explícame, con elementos puramente convincentes, ¿¡Qué hacías fuera de casa!? — la mujer, cruzada de brazos, se acercó al chico, haciendo notable la diferencia de altura de ella con respecto a su hijo.

Jacob se quedó en blanco, no deseaba mentir, pero su madre no se encontraba preparada para saber qué sucedía.

La señora Scott, por su parte, emanaba una terrible molestia, hasta el punto de parecer histérica. Se dio cuenta de que el pequeño no tenía intensiones de responder con la verdad, volviendo a hablar:

—Si no me dices, no volverás a entrar al salón de escritura creativa en tu escuela. — amenazó, sabiendo que eso era lo único que disfrutaba su hijo mientras iba al colegio.

—Bien, — decidió hablar el menor. —escuché unos ruidos en el jardín. Me quedé jugando con un gato.

Segunda mentira que le había dicho a su madre.

Cada una era menos creíble que la anterior.

En definitiva, Luca lo estaba haciendo romper sus propias reglas.

No sabía que una persona podía tener tanta influencia sobre otra.

—¿Y decidiste ir? — la mujer, sin aún creerle, le dio la espalda y se fue alejando lentamente. —¿El gato está bien?

Jacob tragó de su saliva con dificultad.

—S-sí, pero no te preocupes, no volveré a salir. — el pequeño dejó salir una risa nerviosa, esperando a que su progenitora se apiadara de él de una vez por todas.

La señora Scott volteó a verlo, y sonrió de una manera un tanto inesperada.

El ojiazul se sentía incómodo, aún se encontraba en frente de la ventana. Quería lanzarse y correr a los brazos de su “amigo”.

—Está bien. — concluyó la fémina, observando al chico directamente a los ojos. —Al fin y al cabo, mi hijo no me mentiría.

La mujer seguía sonriente y el chico no podía hacer más nada que devolverle una sonrisa, le parecía raro que su madre volviera a tener este tipo de actitudes.

—Por supuesto que no, mamá… — dijo, intentando parecer tranquilo. 

Luego de esto, decidieron que Jacob hoy no asistiría ese día a la escuela, debía dormir todo lo perdido en estos últimos meses.

—Si necesitas algo, no dudes en bajar por las escaleras de la propia casa. — con obvia molestia, haciendo referencia a las escaleras que se ubicaban afuera en la ventana, la mujer dejó un beso en la mejilla del niño que en estos momentos se había preparado para dormir.

En cuanto salió, el chico escribió en su cuaderno como ya era costumbre.

DESCONOCIDO: Día 215.

Nos besamos, SÍ, nos besamos.

Es el mejor día de mi vida.

Pero aún me siento como si no estuviera en mi propia realidad, debe ser la emoción del momento.

Mamá se dio cuenta de que había salido, pero logré disimular.

Quiero verlo de nuevo, necesito hacerlo.

¿Pensará en mí como yo lo hago?

Tengo la necesidad de volver a besarlo, con él estoy en casa.

Me enamoré de Luca Carusso.”

Con esto se dirigió a su cama sintiéndose más tranquilo.

Su cuaderno negro se convirtió rápidamente en su diario más personal.

La Belleza De Volver A Encontrarte [EN CURSO]Место, где живут истории. Откройте их для себя