Capítulo III

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Cinco meses atrás…

—Carambolas… Es la primera vez que vengo aquí —dije con la mirada fija en los pasillos.

—Estamos igual, hasta siento que estoy en otro país —contestó mientras hacía lo mismo que yo; observar todo y a todos como si fuera un mundo nuevo —. ¡Camille nos hemos alejado mucho!

—Actúa normal, actúa cómo si fuéramos de esta parte. Observamos unos minutos y luego salimos para conectar con la cafetería —Hable mientras caminábamos para adentrarnos más al edificio mientras hacía movimientos con mis manos.

Era "casi" lo mismo, agregando que los pasillos son más luminosos, las paredes eran de color blanco con verde olivo, en cambió el de nosotros las paredes eran grises con blanco y también los pasillos son luminosos pero no tanto.

—Nunca había visto a nadie de aquí allá —Deje de observar las aulas para mirarla cómo miraba a un grupo de chicas a las afueras platicando agustamente con un par de chicos.

—¿No sientes que los estudiantes son como personajes de las películas adolescentes super cringe? —pregunté volteando mi cara para ver a una chica con un pelo semi-largo pelirroja correr a los brazos de un chico con el cabello rubio.

—Me siento extraña —soltó de repente.

—¿No sientes que ya pasó mucho tiempo? —pregunté temerosa, mientras volteaba a mi alrededor observando que ya no había muchos alumnos.

Nos miramos asustadas.

—Oye ¿Ya tocaron? —Le pregunté a un chico que pasó a un lado mío corriendo.

—Desde hace varios minutos —Nos miró raro por nuestra reacción y no lo culpo porque nuestras caras se habían desfigurado.

—Gracias —grité porque ya nos encontrábamos corriendo, apenas y pude escuchar su "De nada".

Nos encontrábamos en el segundo piso por lo cuál, guiándonos de nuestro edificio, conecta con la cafetería y la cafetería estaba cerca de química. No era necesario bajar porque la planta alta conectaba con la…

Dirección.

—¡Cajaro! Nos dirigimos a la dirección —Me detuve después de correr varios minutos por los pasillos.

—Merde, merde, merde, ¿Qué vamos… —la interrumpió una voz femenina enojada

—Mademoiselle ¿Qué es ese vocabulario? —Mire a la dueña de aquella voz encontrándome con un par de ojos azules, quisiera decir un par de ojos pero me encontré con las miradas de todo un ¡Grupo entero! ¡Entero! puestas en nosotras.

—Saben perfectamente que ese tipo de vocabulario no está permitido en está institución —Levantó el mentón queriendo intimidarnos

Aunque yo me sabía muy bien ese juego, lo mío era intimidar a mis compañeros pero en este caso era una profesora.

—La profesora Ángela nos mandó a recoger unos papeles que le entregaría el profesor Rudolph, somos del ala sur y oeste por eso estamos un poco desorientadas, y lo sentimos por nuestro vocabulario —explique normal, intentando que mis nervios no me revelen. Odiaba mentir.

—El profesor Rudolph se ausentó una semana —contestó aún con su semblante serio.

Me sorprendí, si había un profesor que se llamaba Rudolph ¡Bendito señor Rudolph!

—Oh —formule dejando de mirarla y observando hacia adentro del aula.

Lo que pude ver fueron grandes ventanales, algunas plantas en el escritorio, era muy bonito y agradable aunque no me pude concentrar muy bien ya que todos nos estábamos mirando atentamente, mirándonos de arriba para abajo. Fue insoluble no cruzar miradas con algún que otro estudiante en el intento de estudiar el salón.

Emotions | Timothée Chalamet Where stories live. Discover now