Quiero besarlo, necesito sus labios sobre los míos y no es una obsesión simplemente tengo un tipo de parafilia llamada Besorexia algo que solo se activa cuando estoy cerca de él.
“Que tus miedos no te detenga, mandalos a la Mierda y haz lo que te dé la Gana” 💫
El sonido del ventilador me es estresante, el olor a manzana verde hace que me duela la cabeza, Jinnie y yo preferimos el desinfectante con olor a lavanda, Hyunjin está sentado a mi lado mordiendo sus uñas me pone los nervios de punta.
—Ya deja de hacer eso— lo tomó de las manos para evitar que sus dedos terminen Sangrando.
—Entonces tú— Me lanza una mirada matadora —Deja de tronarte los dedos— Levanta mi mano y muestra mis dedos —Te los vas a fracturar— Dice.
Es un hábito que tenemos desde pequeños, Hyunjin muerde sus uñas cuando está nervioso y yo suelo tronarme los dedos hasta que estos duelan.
Es el cumpleaños de los mellizos y fuimos invitados a cenar con la familia Lee a un restaurante bastante caro el cuál fue reservado para la ocasión, hay lámparas lujosas colgando del techo, las ventanas enormes y limpias muestran una vista maravillosa al rio Han, las mesas son preciosas y las sillas acolchonadas, los meseros visten un elegante uniforme con corbatín y nosotros tampoco nos quedamos atrás, nuestros padres adoptivos son asquerosamente ricos y pues de ves en cuando usamos su tarjeta, nos gusta ganar nuestro propio dinero Pero está vez usamos el de nuestros padres, la ocasión lo amerita.
La puerta de la entrada es abierta y entonces vemos entrar a una elegante mujer, su cabello corto, usa un vestido rojo largo con un corte a la altura de una de sus piernas, sus zapatos negros de tacon, luce preciosa pero no es ella quien nos deja hipnotizados con su belleza, aquella hermosa mujer es escoltada por dos angeles preciosos.
Felix y Yongbok vienen agarrados de su brazo, mi precioso Yongbok viste un precioso traje negro con blanco el cual deja un poco a la vista parte de sus brazos y le marca mucho más su pequeña cintura.
Dios, mis pies pican por correr hasta él, mis labios quieren apoderarse de los suyos, quiero rodear ese delgado cuerpo con mis brazos y luego unir nuestras bocas y separarnos hasta que nuestros labios duelan.
Maldita sea mis pantalones están empezando a apretarme.
—Muchachos— Saludo la dra. Lee, trago saliva con dificultad al ver a Lee Hi parada frente a nosotros, Yongbok tiene una linda sonrisa dibujada en sus labios.
—Buena noche— Me pongo de pié y me inclino ante mi psicóloga y futura suegra y Hyunjin hace lo mismo.
—Hola precioso— Me saludo Yongbok sentándose en mis piernas y luego me besa, por un momento me pierdo en ese beso y luego recuerdo que no estamos solos, volteó a ver a la doctora y agradezco que ella esté distraída con su teléfono.
Minutos después el señor Lee entró y juro que sentí un escalofrío recorrer en mi cuerpo, se sentó junto a la doctora y una aura bastante incomoda se sintió.
La cena transcurrió con normalidad, hablamos sobre muchas cosas y también dejamos claro lo que sentíamos por los mellizos, los padres de Yongbok nos aceptaron y dijeron que nos concideraban parte de la familia y eso me hizo realmente feliz.
Después de cenar los padres de Bokkie se despidieron y nos dejaron solos, Hyunjin llevo a Felix a la cafetería y yo llevé a Yongbok al cine y luego le daría su regalo de cumpleaños.
Subimos al auto y joder no he podido quitarle la vista de encima, debería ser un pecado verse así de lindo y perfecto.
—¿Tienes frío?— Le pregunté.
—Un poco— Me sonrió y colocó su mano sobre mi muslo y joder estoy apunto de tener un orgasmo solo con sentir su toque, encendí la calefacción Pero creo que con el calor que emanaba mi cuerpo es más que suficiente, intente manejar tranquilo Pero me fue imposible. La mano de Yongbok acaricia mi pierna y lentamente la va subiendo hasta llegar a mi entrepierna.
—No lo hagas— le pedí mordiendo mi labio, Yongbok me miró y también mordió su labio y maldita sea tengo ganas de devorarlo justo ahora.
—¿Por qué?— pregunta con sinismo y empieza a acariciar el bulto bastante visible en mi pantalón y me hace soltar un jadeo.
—Por que si lo sigues haciendo asiendo perderé el control del auto— Hablé casí en un susurró.
—Entonces deten el auto porque yo no pienso determe— y menos mal que estamos en un lugar poco transcurrido.
Estacionó el carro y a los segundos de apagar el motor siento como Yongbok se pasa a mi asiento y se sube a mi regazo.
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