Capitulo 1

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La noche había caído sobre la ciudad, envolviendo todo en un manto de sombras. Las calles, antes bulliciosas y llenas de vida, ahora se encontraban sumidas en un silencio inquietante. Las luces de los faroles proyectaban débiles haces de luz que apenas lograban disipar la densa oscuridad que lo cubría todo.

En medio de esa penumbra, las sombras parecían cobrar vida propia, alargándose y retorciéndose como si fueran criaturas acechantes. Los sonidos se distorsionaban, convirtiéndose en susurros fantasmales que parecían provenir de todas partes a la vez.

El aire se sentía pesado y cargado, como si la propia oscuridad tuviera peso y consistencia. Los transeúntes apresuraban el paso, con la mirada inquieta, temerosos de lo que pudiera acechar en las tinieblas.

Cada rincón, cada callejón, cada esquina parecía esconder misterios y peligros ocultos. La oscuridad lo envolvía todo, convirtiéndose en un manto asfixiante que parecía querer tragarse la ciudad entera. Solo el débil parpadeo de las luces lograba recordar que aún había vida más allá de esa negrura infinita.

Pero la verdadera pregunta era, ¿qué habitaba en la oscuridad? ¿Por qué todos le tenían miedo a ella? Y no era necesariamente la oscuridad.

— Por un demonio. — bramo la chica peli negra sujetándose el brazo, gruño y vio como su ante brazo sangraba.

Bufó molesta y solo dejó que la sangre fluir sobre su ante brazo y ahora mano. Camino sobre todo el distrito suburbano mientras escuchaba a la mayoría de los habitantes hablar basura de los de arriba.

Mantuvo su compostura firme, la máscara que taba solo sus ojos dejando a la mayoría intriga por saber el rostro de esa persona. Sus ojos se habían desviado hasta los de unos niños, cuales parecían seguro a una chica algo mayor que ellos que iba encapuchada.

Cuando la enmascarada pasó, los cuatro niños miraron con asombro a la chica pasar por su lado sin siquiera mirarlos.

[...]

Hazel tenía sus pies subidos a la mesa del bar, con una bebida sin alcohol a su lado y varios amigos junto a ella. Los cincos haciendo bromas mientras que al fondo, solo era una pelea de mala gana.

— ¡Y Plam, murió! — exclamó el imbecil de Azazel mientras simulaba una caída en su propio asiento.

Los demás del club rieron con ganas, intentó ignorar las mirar que otros les daban, pero era inevitable el poder reír.

— Este asunto se tiene que terminar. — dijo una mujer de una estatura algo indescriptible y de piel oscura. Atractiva ante los ojos de Hazel. — ¡Los tenemos a ellos, claro que podremos ganarles! — volvió a exclamar la mujer señalando esta vez a los demonios cuales dejaron de reír y miraron seriamente a Sevika.

Anubis fue la primera en moverse. Ella se levantó y sus cejas se alzaron. Era entre los cinco la única que no usaba una máscara.

— La negra tiene razón. — dijo Anubis asintiendo y señalando a Sevika. — ¡Hay que parar a esos idiotas! ¿¡Ay, que fue!?

Anubis... oh Anubis. Ella tiene una belleza cautivadora y etérea. Su cabello rubio cae en suaves ondas hasta sus hombros, brillando como el oro bajo la luz. Sus ojos, de un tono púrpura profundo y misterioso, parecen reflejar la sabiduría de los siglos. Su mirada es intensa y penetrante, como si pudiera ver a través de tu alma. Pero con una mente tan decepcionante.

Su rostro es delicado y aristocrático, con rasgos finos y elegantes. Su piel es pálida y suave, dándole un aspecto casi sobrenatural. Cuando sonríe, sus labios rosados se curvan con gracia, revelando una dulzura y calidez que contrastan con la intensidad de su mirada.

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⏰ Last updated: May 02 ⏰

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