Cap 5

9 0 0
                                    

La profe Lizbeth decidió acompañarme a la sal de castigo, nunca había estado allí, era una habitación prácticamente blanca(Mesas, Sillas, Cuadernos, TODO de color blanco)

Es una sala de manicomio.

Exageras un poco, ¿no?

Ni tú te lo crees

Cállate

La conversación con mi conciencia tuvo que esperar porque la profe Lizbeth me estaba hablando y yo ni enterada.

—Disculpa, profe, puede repetir un poco, es que ando un poco soleada, como ya sabe es mi primera vez castigada, así que... sí.

—Mía, tienes que concéntrate más, te decía que mientras estés castigada puedes aprovechar para hacer tus tareas, y dependiendo del profesor que cuide a los castigados tienes que hacer ensayos o reflexiones sobre el motivo de tu castigo a y no sé si sabías, pero no puedes usar tu celular aquí así que necesito que me lo des y te lo entrego a las 5:00 PM

—¿No puedo usar mi teléfono aquí?

Nos va a dar algo

Por fin estoy de acuerdo contigo

—Por supuesto que no Mía, ¿qué te creías? Si no le quitamos el celular a nuestros estudiantes se les pasaría estas 2 horas rápido, por algo el castigo se llama castigo.

Mátenme y acaben con mi sufrimiento

Dramática

—Y no puede hacer una excepción—dije esperanzada.

—Mía obvio no, aparte si quisiera no podría, yo no hago las reglas.

A regañadientes le entregué mi celular a la profesora.

—Mía te presentaré con tus compañeros de castigo, después de todo tendrás que convivir con ellos durante las próximas dos semanas.

—Mmmm... Claro

No tengo muchas ganas de socializar, ¿y tú?

Tampoco

—Bueno ellos son Nico—señaló a un chico rubio con cara de creído.

¿Socializamos con él?

Nop

—... Ella es Marianna—A punto con mi celular a una chica con maquillaje estilo gótico y cara de pocos amigos

Dudo que con ella tampoco hablemos ¿o sí?

Tampoco se me antoja hablar con ella

—... Y finalmente Santiago—Tenía el pelo ondulado y la misma cara de perdido que yo.

Por descarte nos queda él y de hecho no se ve mala persona.

Estoy de acuerdo contigo.

—Bueno, Mía te dejo para que te integres.

—Gracias profesora.

Después de eso todo el salón (si es que a eso se le puede llamar salón) se quedó en completo silencio.

Decidí acercarme a Santiago que la verdad tenía también ganas de que me acercará y creo que lo entendía.

—Mmm... Hola.

—... Hola... Mía¿no?

—Sip tú eres santiago por lo que entendí.

—Así es... y... ¿Por qué te castigaron?

—No pude solucionar un conflicto con una chica y pues al ser representante de grado me castigaron por qué en un folleto decía "resolver conflictos"

—Espera... ¿Eres representante de grado? ¡¡¡Yo también!!!

—¿Enserió? Pero... si te veo con la misma edad que yo.

—A ver ¿Qué edad me pones?

—Mmm... como mucho te pongo quince

—Nop tengo dieciséis, y... estoy en décimo.

—A...—Dije un tanto decepcionada.

No pude evitar la cara de decepción, ya que se me da fatal socializar, y pero con chicos mayores que yo.

—¿Por qué esa cara de decepción?

—¿Te digo la verdad?

—Pues si quieres sí, pero total que te tacho de mentirosa—dijo divertido.

—Bien te digo, pero no te burles... No soy buena socializando con chicos y menos con mayores.

—¿En serio? ¿Tú? ¿Mía?—Dijo con un descaro de sorpresa—La chica más guapa que he conocido, ¿en serio no es capaz de socializar con chicos? Esto es algo que quedara grabado en mi memoria.

No sabía qué decir... ¿Un chico me dijo que era guapa?

Siempre había pensado que tener los ojos cafés y la piel morena eran una desventaja, siempre me comparaba con las chicas de ojos azules y cabello rubio, así que el hecho de que me dijera que era guapa, la verdad me tomo por sorpresa y más por qué no nos conocíamos de antes.

jajaja sí, solo se han hablado unos 2 minutos y ya te dijo guapa, esto lo archivo en la memoria.

Conciencia eres odiosa y lo sabes ¿no?

Yo también te quiero <3

—Q... ¿Qu... que dijiste?

—¿qué parte de todo lo que dije? Lo que lo grabaría en mi memoria, que eres guapa...

—Eso

—¿Que eres guapa?, a sí —dijo en un tono despreocupado y encogiendo los hombros.

—Y por qué lo dices tan despreocupado

—Porque lo eres, no te miento, así que... aja.

—Mmm... gracias... t... Tú también eres guapo, supongo.

—¿Supones?—dijo en un tono ofendido y divertido.

—E... quiero decir—empecé a balbucear alarmada—Que eres guapo, uggh si ves que no se me da hablar con chicos.

Eres patética

Cállate

Me pereció que estábamos hablando en voz muy alta porque escuche que Marianna y Nico susurraban algo y de paso nos miraban.

—Este... ya sé que es un poco rápido y todo, pero me caíste muy bien—dijo Santiago, esta vez parecía bastante nervioso.—y no sé si tú quieras... pero... te gustaría pasarme tu número de celular... o si quieres solo el ig.

—Tú también me caíste bien desde el inicio, la verdad... Emmm claro que te lo paso... solo hay un problema—Dije casi riéndome.

—¿Que pasa me apresure? Uggh sabía que me apresuraba... Solo quería que siguiéramos hablando después del castigo...

—No es nada de eso, es que no me sé ni mi número de celular ni mi ig... ¿Te parece si ahorita cuando salgamos te lo paso rápido?

—¡Claro!!!

Al final Santiago y yo terminamos hablando de casi todo, me contó que tenía un perrito Golden llamado Cupcake y una hermanita de once años llama Sasha, el tiempo se pasó tan rápido que cuando nos dimos cuenta la profe Lizbeth ya nos estaba entregando nuestros celulares.

—Emm bueno, pues, este es mi número de celular y mi ig—dije enseñándole la pantalla para que lo viera con más claridad.

—Gracias nos hablamos, ¿luego te parece?

—¡¡¡Claro!!!








El laberinto del corazónWhere stories live. Discover now