Cap 2

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Mientras trataba de cambiar el tema de conversación para que no me mataran a preguntas, llegó el profesor Melvin.

—Hola Mía—dijo con su típico acento caleño (que la verdad a veces no entiendo)—Quería recordarte las obligaciones y responsabilidades que tienes ahora, ya que eres representante de grado.

—Hola profesor Melvin, claro, que bueno que me lo dice por qué la verdad no estaba muy segura de todas estas cosas.

—Mmm... Como representante de grado de noveno, tienes varias responsabilidades y obligaciones importantes. Toma este folleto que la verdad ni yo me lo sé.

Tome el folleto y empecé a leerlo.

Las obligaciones de los representantes de grado

1. Representar a tus compañeros.
2. Organizar eventos y actividades.
3. Promover la participación.
4. Colaborar con otros representantes.
5. Resolver conflictos.
6. Comunicación con los profesores y administradores.
7. Servir como ejemplo.
8. Ser responsable.

EL INCUMPLIMIENTO DE ALGUNA DE ESTAS OBLIGACIONES CONLLEVARÁN 2 SEMANAS DE CASTIGO DE 3:00 P.M. A 5:00 P. M

Casi me da un infarto al leer la última parte en negrilla, definitivamente tengo que estar pendiente a mis obligaciones.

Qué pereza

Decidí volver con mis amigas y hablar de algo más antes de empezar las clases de nuevo.

—No es por ser chismosa, pero... ¿Para qué te quería Melvin?—dijo Zara con un montón de curiosidad.

—Siempre eres chismosa Zara—dijo Bella con un tono Burlón—pero si ¿Para qué te llamó?

—Sí que son chismosas, solo me entrego esto—señale el folleto con pereza—son mis obligaciones como representante.

Me asusté mucho al ver como Zara y Bella se estiraron bruscamente para leerlo

—¡Oigan!!! Me lo pudieron haber pedido y ya locas.

Qué dramática

Zara Y Bella lo empezaron a leer bastante rápido la verdad y reaccionaron igual que yo al ver la parte en negrilla.

—¡QUEEEE!!!! ¿Dos semanas de castigo durante dos horas diarias?!!! —Grito Zara de repente, la verdad ya me lo esperaba, pero sí me logro asustar bastante.

—¡Eso debe ser un delito!! 

—No es para tanto, supongo que solo son estrictos y ya—dije con mi típico tono de indiferencia.

—¡COMO QUE NO ES PARA TANTO!!!!—Gritaron las dos al unísono tan fuerte que casi me caigo del susto.

—Ya que dramática aparte las reglas no son difíciles de seguir, dudo que me lleguen a castigar por algo tan simple como esto.

Ojalá que eso las convenza por qué me están volviendo loca.

Por suerte sonó el timbre para volver a clases y dejaron de gritarme por nose que puesto que no les puse más atención después de todo cuando se enojan por algo es mejor desconectarse mentalmente si no me quiero aburrir.



El laberinto del corazónWhere stories live. Discover now