23. Naya

10 3 0
                                    

-Nadeem

Abro los ojos lentamente y siento las manos y los pies atados. Mi frente está empapada de sudor, veo borroso y siento los baches de la carretera vibrar por todo mi cuerpo.

Levanto la cabeza y me doy cuenta de que estoy en un camión en marcha. Escucho cómo alguien come detrás mío, a mi alrededor hay muchas cajas de madera.

Mi boca está tapada por un trozo de cinta, así que no puedo hablar ni moverme.

Hago un esfuerzo y levanto un poco el brazo, luego lo llevo hacia atrás con toda mi fuerza, golpeando el metal que hay detrás de quien conduce este trasto.

— ¿Qué quieres, zorra? — escucho gritar a Naya.

Y de pronto frena en seco, haciendo que las cajas se caigan a mis pies.

— Ya hemos llegado, no te preocupes. — sigue diciendo. Luego baja del camión, abre la puerta del remolque y la luz que entra me ciega por completo.

Se acerca a mí y me quita de un tirón la cinta, haciéndome soltar un gemido de dolor.

— Sabía que no eras de fiar. — le escupo cada palabra.

— Si yo te parezco así, ¿cómo te va a parecer el "jefe"?

Ella se pone de cuclillas, luego me desata los pies y, cuando lo hace, le doy una patada en la cara, para luego empujarla hacia atrás y salir corriendo.

— ¡Eres una zorra! — escucho que grita.

Ella va detrás de mí y yo avanzo por un camino de tierra; lo único que veo es campo abierto y, al mirar hacia atrás, tropiezo.

Me pongo en pie lo más rápido que puedo, pero ella está más cerca. Logro correr más y veo un bosque. Me adentro en él y pierdo la pista de Naya, así que paro jadeante al otro lado del bosque.

No me creo lo que está pasando, estoy sola sin nadie y mis manos están atadas. Enciendo mi poder y logro que la cuerda se rompa como si fuera hielo.

Me toco las muñecas con dolor y me pongo en pie para seguir andando.

— Aquí estás. — escucho detrás de mí.

No tardo en reaccionar y salgo corriendo otra vez. Me doy con varias ramas en los brazos y siento cómo el corazón se me va a salir del pecho.

— ¡Esta vez no te escapas! — grita jadeante, cada vez más cerca de mí.

Giro hacia la derecha y veo una carretera. Sin pensarlo, corro más hacia allí, hacia el amanecer. Corro y corro, pero no pierdo a Naya, ella sigue detrás de mí.

Mis súplicas se cumplen y veo un coche que viene hacia mí. Hago señas con los brazos y el coche para, yo corro hacia él.

— ¡Ayúdame, por favor! — grito, y un hombre se baja del coche.

Mis ojos se abren como platos al ver quién es ese hombre. Freno en seco a pocos metros de él y maldigo entre dientes, luego algo me golpea la cabeza y dejo de sentir.

*** 

— ¡Ey, tú, niñata, despierta! — grita una voz desconocida.

Siento una patada en las costillas y grito de dolor. Noto cómo algo me ata las manos, pero no es cuerda.

— ¡Que abras los putos ojos, joder! — vuelve a gritar, esta vez la voz aguda de Naya. Irritante como siempre.

Hago caso y veo las dos siluetas de esos hijos de puta. Mi mirada recorre el lugar, haciendo que mi cerebro entienda que me han secuestrado.

Me encuentro en un garaje. Mis manos están atadas con unas correas de hierro y estoy tirada en el suelo.

Me levanto sin emitir ningún sonido y me apoyo en la pared.

— Vaya cabrona que estás hecha. Hacer que mi loba te persiga es muy de mala persona. Como tu madre, ella sí que era una de las buenas. — dice acercándose hacia mí ese cabrón.

— ¡¿Quién coño eres?! — exclamo, y mi voz retumba en toda la sala.

Él se deja ver por la luz y mis ojos se llenan de lágrimas al instante.

— Soy tu peor pesadilla, Nadeem.

— ¡Trevor!

— El mismo que viste y calza. Pero no te preocupes, yo no soy el jefe. Él es el padre de tu novio. Ahora, Naya, llama a Brian, nos vamos a divertir. — añade, y se va de la sala.

Naya se va detrás de él, y me quedo sola.

—Brian. —susurro para mi.

El Bosque De Los Recuerdos [Terminada ✔️]Where stories live. Discover now