—Quédate, por favor... te prometo que no más pruebas. Además, aunque quisiéramos hoy no podemos, estoy en mi período.

—Está bien cariño, me quedaré...

Nos preparamos para dormir y de nuevo nos acostamos abrazados. A la mañana siguiente desperté y Danna no estaba a mi lado, me levanté al baño y al salir ya me estaba esperando con el desayuno.

—Buenos días mi amor —dijo y me dió un beso en los labios.

—Buenos días cariño.

—Ahora me toca consentirte, me levanté muy temprano a prepararte el desayuno, hice pan cakes.

—Gracias, no tenías que hacerlo.

—Claro que sí, tú ya has hecho mucho por mí, es justo que yo te lo retribuya.

—Me conformo con saber que me amas como yo a ti...

—...Eres tan bueno Yoon, a veces siento... que no te merezco.

—No digas eso bebé, sólo tienes que controlar tus hormonas. Vaya, no quiero ni imaginar cómo te pondrás cuando estés embarazada.

—Me asusta, aunque no lo creas, ¿me tendrás paciencia?

—Por supuesto que si, te amo Danna.

—Yo te amo también y mucho Yoonie...

Nos besamos por unos minutos y después nos sentamos en la cama a desayunar mientras veíamos la televisión. Después ella se bañó y en tanto se vestía yo me bañé también. Cuando estuve listo la abracé por la cintura.

—¿Qué te parecería ir a andar en bicicleta?

—Me encanta la idea, hace mucho que no lo hago, creo que ya hasta se me olvidó.

—Lo que bien se aprende jamás se olvida.

Le di un beso en los labios y después salimos del departamento. Fuimos a un parque cercano donde rentan bicicletas e iniciamos un recorrido, al principio le costó un poco de trabajo, pero después hasta me ganó en una competencia que hicimos. Ambos nos reíamos y estábamos explorando una nueva faceta de nuestra relación, me encantaba que se diera cuenta que no sólo éramos compatibles en el sexo, sinó en muchas otras actividades y que definitivamente no era ese el aspecto que nos unía, a pesar de que así hubiera empezado lo nuestro.

Después compré un par de helados y nos sentamos en una banca a comerlos mientras veíamos a la gente que pasaba. Empezamos a contarnos anécdotas de nuestra infancia y nos reíamos como un par de niños, de repente se puso seria y triste, puse mi mano sobre su rostro y le acaricié su mejilla con mi dedo pulgar.

—¿Qué te sucede cariño? —pregunté preocupado.

— Es... Solo me acordé de la última vez que mis padres me llevaron a andar en bicicleta.

—¿Quieres contarme?...

—...Sí, yo creo que tenía como cinco años y apenas había aprendido a sostenerme sin las ruedas de soporte, mi madre fué a comprar unas paletas y mi padre se distrajo porque un hombre le preguntó la hora, yo tomé demasiada velocidad y no pude frenar a tiempo así que me estampé contra un árbol..  me abrí la ceja y me fracturé la muñeca, me puse a llorar y a pesar de eso y del dolor me dí cuenta como ellos discutieron y se reprocharon el uno al otro por no estar atentos en mí... Tres días después mi mamá me dijo que mi padre ya no viviría con nosotros, todavía lo recuerdo bajando las escaleras cargando una maleta, me abrazó y me aseguró que me quería y que eso no tenía nada que ver conmigo, aunque en ese momento yo pensaba que sí, las cosas ya no volvieron a ser iguales, mi madre se volvió una amargada, hasta que años después conoció a Choi, su esposo actual, entonces empezó a comportarse como una adolescente y por eso luego decidí irme a vivir con mi padre, a quien por cierto sólo lo veía cada quince días los años que "viví" con él...

Estás Libre Esta Noche? || Min YoonGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora